Capitulo 4

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Día 4:

El día era mucho más soleado y cálido que los días anteriores, incluso podías salir a la calle sin necesidad de un paraguas o de un abrigo enorme, lo cual agradecía ya que incluso la galería se sentía mucho más hogareña, mi día había sido bastante tranquilo, todo un logro en estos días, incluso por la noche había podido dormir unas cuantas horas, pues había tomado la firme decisión de poner en práctica el consejo que me había dado Zay el día anterior, debía dejar ir a Lucas y con ello mi actitud, no sería fácil y probablemente muchas veces terminaría mal pero valía la pena intentarlo, incluso había revisado cada carpeta y cada cita agendada para el resto de los días, planearía la boda de mi mejor amiga con felicidad y entusiasmo, era lo menos que se merecía alguien tan dulce y buena como Riley, aunque tuviera que tragarme mi dolor dibujaría la sonrisa más sincera y aprendería la diferencia entre la gama de los amarillos e incluso me pondría a pensar alguna sugerencia para sus argollas de matrimonio, era hora de avanzar.

Pero sacándome de mis pensamientos el teléfono sonó, por lo que sin dudarlo conteste.

-Buenas tardes, galerías Hart, ¿en qué puedo ayudarle?- hable, jugueteando con una pluma en mi mano.

-¡Peaches!, no sabes cuánto te extraño- se escuchó del otro lado de la línea, sacándome una sonrisa al instante pero también un pequeño picoteo en el pecho de culpa.

-Honey , ¿Cómo te va en Praga?- pregunte tratando de ignorar mis sentimientos y poner atención.

-¡Genial!, las cosas están saliendo como lo planeado, aunque hay tanto trabajo que no tengo tiempo ni para respirar- rio con alegría- aunque no creerás quien está aquí también, ¡Farckle!, me lo encontré en el living del hotel y me dijo que vino por negocios pero aun así es bueno tenerle, me hace sentir menos alejada de New York- me explico y yo sí que me sorprendí, ese genio no había mencionado nada de un viaje, aunque no podía culparlo, se la pasaba de un país al otro y avisarme de cada viaje que hacia sería un poco estúpido.

-Eso es muy bueno, dile que le mando saludos y que cuando vuelva lo primero que debe hacer es venir a verme- ordene un poco decidida, pensando en lo irónica que era la vida, ahora mi castaño amigo podría disfrutar de la compañía de Riley a solas aunque fuese por poco tiempo y yo estaba aquí en New York con Lucas ¿divertido no?.

-Yo le diré, y ¿Cómo van los preparativos? ¿El pastel? ¿Las argollas? ¡Dios!, dime que todo está bien y que no debo colapsar en estrés- comenzó a hiperventilarse y aunque no la podía mirar mi imaginación creo una perfecta representación de una Riley caminando por toda la habitación como un pequeño gatito enjaulado.

-Tranquila rayo de Sol, todo va bien, tu pastel ya está listo al igual que tus argollas...aunque- dude un poco ya que en realidad no estaban del todo listas, aún falta grabarlas, pero eso era lo de menos ¿cierto?.

-¿QUE? ¿QUE PASA CON ELLAS? No están listas ¿cierto?-parloteo como una loca reventándome un poco los oídos mientras trataba de no echarme a reír.

-¡Peaches calma!, las argollas están bien, solo que falta grabarlas, ni tu ni Lucas acordaron nada sobre eso y ahora él se está encargando de pensar que poner- conté sintiendo un poco de picor en la garganta y una sensación extraña en el pecho que por supuesto ignore.

-La verdad es que no se me ocurrió nada...y sigue sin ocurrírseme, ojala el piense en algo bueno- me explico con la voz un poco dudosa, lo que me desconcertó bastante ¿Cómo es que ella tampoco sabía que decir?, 7 años de noviazgo y parecía que sus cerebros se negaran a elegir algo.

-Sera así, ya veras, por cierto el primo de Lucas se está quedando en tu habitación, espero no te moleste- le conté recordando al vaquero número tres que según me había dicho en la mañana muy probablemente estaría en un desayuno familiar con sus padres en un hotel de New York.

Wedding of blood and lies- LucayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora