Capitulo 6

344 35 65
                                    

Día 6:
El día lucia precioso aun cuando fuese tremendamente temprano, porque mi estúpida alarma interna me había despertado un Sábado por la mañana, aunque debía admitir que tampoco había tenido un gran sueño reparador, me había pasado la mayor parte de la noche mirando el dije entre mis manos, pensando una y otra vez porque Lucas lo había comprado y aún más importante que significaban esas palabras que tenía grabadas detrás, aunque al mismo tiempo había pasado todo la noche con la cabeza partida en dos, tratando de analizar y procesar todo lo que había pasado esos días, todo había sucedido tan rápido que incluso no podía dar crédito a lo que yo mismo ya había vivido, como por ejemplo de un momento a otro Lucas y yo teníamos que convivir cuando habíamos pasado casi 7 años sin si quiera mirarnos, luego estaba mi nueva actitud y mi plan de olvidar al vaquero, que en lo personal me parecía imposible, pues si bien las cosas se habían hecho mucho más llevaderas eso no quería decir que mi corazón hubiera dejado de latir por él, cada vez que le veía seguía sintiéndome igual de enamorada, cada que le oía no podía evitar sonreír y cada vez que tenía gestos como lo del dije o lo de la hamburguesa mis heridas parecían desaparecer por arte de magia, cada día estábamos más cerca, cada segundo sentía con más fuerza el amor que le tenía, aunque sabía que en cuanto Riley volviera las cosas terminarían por volver a la realidad llevándose todo lo que construíamos ahora, llevándose de nuevo mi corazón, solo que esta vez de una manera mucho más cruel.

Pero lo más importante ahora era descubrir que es lo que decía el dije, primero había pensado en preguntárselo directamente a Lucas, pero algo en mi interior me decía que tal vez él podría mentir y darme cualquier otro significado hasta hacerse el loco y negar recordar eso, por ello es que así como había llegado la idea también la había descartado, mi segunda opción había sido buscar las palabras en los traductores pero de nuevo fracasaba, pues en ellos me aparecía que el idioma no se podía detectar, por ello es que después de mucho pensar había llegado la respuesta a mí, necesitaba a una persona que fuese un genio en idiomas, desde los más raros hasta los más comunes, en conclusión necesitaba a Farckle Minkus, mi amigo castaño además de ser una máquina de dinero y números también era un dotado extraordinario en idiomas, desde el italiano hasta lenguajes africanos que ya ni siquiera se utilizaban, lo malo era que él se encontraba en Praga y por ello mismo la diferencia de horarios no me permitía marcarle, además de que tenía cierto miedo porque al momento en que yo le hablare, con el estuviera Riley por ahí y escuchara la frase, era peligroso que ella supiera que su futuro esposo me había regalado un dije grabado y que su mismo novio no era capaz de ponerle palabras a las argollas de su matrimonio.

Sin embargo no pude resistir más y termine por marcar el número de Farckle importándome poco lo que sucediera, era eso o seguir agonizando en la ignorancia. Atenta espere un tono dos tonos, hasta que la voz de mi mejor amigo resonó del otro lado.

-Maya- saludo con tranquilidad en la voz, haciéndome sonreír por puro instinto.

-Minkus ¿Cómo te atreves a irte a Praga y no avisarme? ¿es que acaso ya no me amas?- fingí estar molestas, armando todo un drama que sabía no me creería nadie.

-Oh mi querida esposa ficticia, necesitaba salir de viaje urgentemente, tengo negocios textiles pendientes y ni siquiera tuve tiempo de hacer maletas como dios manda, ¿sabes lo difícil que es encontrar ropa que no me haga lucir ridículo?- me explico, haciendo que me imaginación creara la escena de un Farckle en pequeños pantaloncitos de playa, definitivamente pagaría por ver eso.

-¡Bien, bien!, te disculpare solo porque siento pena por ti y tu falta de vestimenta- acepte recordando el motivo por el que lo había llamado.

-¿Cómo van las cosas por allá?- pregunto con mucho interés, casi como si pudiera ver a través de la línea y supiera que en realidad estaban pasando un millón de cosas.

Wedding of blood and lies- LucayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora