La mañana del lunes era algo común en la casa de los Loud, había siempre un caos, pero en lunes era un tanto mayor, por perder el hilo de las cosas en el fin de semana dado un pequeño accidente con el único hijo varón de la casa.
Este fin de semana Lincoln definitivamente había perdido totalmente el hilo de las cosas. Su mente tendría aquel fin de semana en su cabeza para siempre sin remedio alguno, no es que quisiera remedio pero... algo se le tenía que ocurrir.
En el cuarto del joven se encontraba este mismo, durmiendo como si estuviera hibernando, el despertar no fue lo que más le preocupo, el sentía que durmió diez horas, con su cuerpo totalmente listo para el día, ya que su descanso fue total en tan solo una hora y con ello, se sentía con muchas más fuerzas que en toda su vida.
Pero no con la suficiente energía para poder despertar a Lynn, quien estaba a su lado, mas allá de la chica ruda que fue desde siempre... es su hermana, había alguien muy dulce y tímida en todos los aspectos que creía conocer de su hermana, su lado que, en definitiva, lado que una chica no le enseña a cualquiera, en caso de Lynn, ni siquiera creería que existiera algo así en ella, aunque claro pensaba, si en verdad se lo había enseñado a alguien antes. Bien Lincoln había descubierto algo antes de que la propia Lynn conociera algo de todo lo que llegó a sentir este peculiar fin de semana.
Fue así que Lincoln vio el reloj, solo faltaban cinco minutos para la hora en la que todos despertaban para alistar todo para la escuela, así como el conocía aquella vez del "Proyecto Casa Loud". Uno de sus mayores pesares se presentó, era que su hermana seguía dormida así que... Sería su adiós definitivo. No fue bastante con que ignorara sus sentires ayer para interrumpir su momento especial con ella en la noche, aunque resultara en decir... que tanto enamorada estaba ella y que tanto estaba perdido por dejarla, terminaron llorando ambos y haciendo sus sueños realidad, ahora tenía el deber de despertarla.
Claro, estaba pensando que, esto no tenía que ser algo malo de hacer, no de la manera que iba pasando por su cabeza, lo de ayer no había forma de disfrazarlo pero esto... a pesar de que ayer lo hicieron docenas de veces, otra nunca le haría daño alguno.
Le dio un beso, uno lento, Lincoln no cerró los ojos, era de los momentos que quería ver siempre, podía notar cualquier otra cosa, estar pensando en planes, de la "A" hasta un plan "Z", él solo memorizaba los detalles de su rostro, como si fuese la primera vez que la veía, ella con la sensación comenzó a despertar, antes de que abriera completamente los ojos se separó de ella y Lynn solo vio cómo se iba de la habitación, Lincoln escucho de pronto como Lynn caminaba para seguirlo, este corrió al baño para cuando Lynn llegó al marco de la puerta del cuarto de su hermano, y al verla, su sonrisa de torpe se hizo presente, saludó e hizo gesto para que se acercara.
Lincoln: Adelante todo tuyo. - apuntando al baño y abriendo la puerta, quedaban un par de minutos antes de que una turba de chicas corrieran al dicho lugar, que Lincoln le ofrecía en bandeja de plata.
Lynn no pudo decir ni hacer nada, quería que todo esto fuese un sueño y no todo lo que tenía en su subconsciente, cosas que iban desapareciendo a los cinco minutos de regresar a este mundo. Le encantaría haber dicho "¡Acepto!" antes de despertar, pero no se decepcionó, pues al final si terminó besando a... su hermano.
Lynn: Linc...
En cualquier momento espero que le mencionara algo, pensó que estaba consciente de lo que hace un momento paso, al parecer se equivocó o por lo menos no mostró señas de que se había dado cuenta de... su peculiar forma de despertarla y decir... adiós.
Lynn: ¡Muchas gracias! -corrió y entro directamente.
Al parecer no notó su pequeña despedida, creer que era lo mejor no era lo que habitaba en la cabeza del joven, quien vio cómo se armaba una fila bastante grande, recordando que tenía el reloj atrasado, saliendo dos minutos antes, no cinco, de lo programado, así ya tenía que esperar que Lynn saliera y comenzó a dudar, ¿En verdad no lo había notado?
ESTÁS LEYENDO
No me dejes nunca.
أدب الهواةLos lazos de hermanos en la casa Loud siempre fueron increíblemente fuertes, no importando a quienes pusieras a debatir, era claro que todos ponían las manos al fuego por todos, pese a esto había dos que siempre destacaban, quienes siempre hacían la...