Era de tarde, un jueves por la tarde, el sol como siempre tan brillante, sin posibilidad de que lloviese o se hiciera una ventisca de viento helado, nada podría evitar que este día, junto con el fin de semana que Lynn Loud Jr. y Lincoln Loud, dos jóvenes hermanos que vivían en el 1216 de la avenida Franklin, habían compartido de la forma más única, otra manera distinta de decir rara según la situación, se volvería inolvidable para cualquiera de los dos.
Sea para bien o para mal. No había vuelta atrás.
Ambos iban caminando, Lincoln claro era, iba del lado de afuera de la acera, más que una costumbre impuesta por la sociedad más que nada, era por el deseo de proteger a su... de cualquier cosa, si, era claro que en un mano a mano Lynn podría dar más pelea, pero el hecho de que algo le pasase a ella, solo no cuadraba en la cabeza del peliblanco, sabía que de ser necesario, daría la vida por... por ella y por cualquiera de su familia, lo tenía claro, ella últimamente había sido muy buena con él, demostró interés donde sencillamente sintió abandono, consiguió apoyo donde en verdad le costaba ver con claridad lo que sea que fuese, expresó todo aquello que pensó nunca confesarle a nadie, le compartió quien era el en verdad, demostrando todo aquello que le encantaba, sentir que lo relacionaba con alguien, por primera vez en demasiado tiempo... hizo cosas, primeras veces de cientos de cosas con ella, sentía protección, por lo mismo debía de defenderla a capa y espada, o pala, como uno de los protagonistas de videojuegos que más le gustaban.
Lynn entendía ese deseo de proteger aquello... que amas. Nunca, ni en el fin de semana, había dicho esas palabras, no desde el modo que ella ahora veía a su hermano. Entendía eso, pero por lo menos esta vez le había tocado ser mala perdedora, por el camino, muy de vez en cuando veía que Lincoln iba algo distraído, algo le tenía preocupado, pero no podía saber que, no duraba lo suficiente distraído como para pensar que era algo mayor, además, las veces que este se encontraba de forma tan rara, la castaña no se quedaría solo viendo, molestando al chico, aunque en su interior, sabía que cada momento lo consideraba más, con tomarle la mano, no era un apretón fuerte, todo lo contrario, siempre buscando entrelazar sus dedos, solo un par de veces lo había logrado, pero de inmediato Lincoln se zafaba, en parte entendía, porque, para la vista de todos, ellos seguían siendo... hermanos y si bien algunos lo veían de un modo tierno, a un cariño que solo los hermanos tenían, no se arriesgaría e intentaría tener las cosas del modo que siempre habían sido. A pesar de que no quería que fuesen como siempre habían sido.
En verdad Lynn se preguntaba que tenía Lincoln tan pensativo, ¿Ronnie Anne? En verdad nunca lo había visto así por ella, así de preocupado, distraído y un tanto adormitado, no pensaba que fuese ella, en verdad ni siquiera la había mencionado en bastante tiempo... Tampoco esperaba que le dijera "¡Lynn! ¡Termine con Ronnie Anne! Bueno, aunque no éramos novios, le deje en claro que a la que amo con todo mi corazón es a ti, ¿Quieres ser mi novia por el resto de lo que quede de la eternidad?".
Pero si esperaba alguna señal de algo por lo menos. Quizá ir de camino al médico era lo que lo tenía tan preocupado, pero comenzaría a indagar cuando apenas pudiera.
Por más y más cosas que pensara sobre cómo hacerlo sentir mejor y que se distrajese con ella y no con lo que sea que tuviese en la cabeza, no podía pensar en nada bueno, en algo que en verdad lo calmara más que nada. De verdad, si ella no podía hacer sentir mejor a su hermano, no podía ni entender como conseguía palabras para animar a cualquiera de... sus hermanas, antes ella considerándose entre ellas, no por recriminarlas, sino... dada la situación, inclusive hacía sentir mejor a sus padres, como bien lo demostró el lunes al levantar el ánimo familiar que se encontraba recaído por la pequeña revelación de Lisa.
Aún faltaba bastante para llegar, así decidió romper el silencio:
Lynn: ¿Linc?
Lincoln: ¿Qué paso? -Volteando con una sonrisa, fingiendo que iba viendo a toda la calle.
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No me dejes nunca.
Fiksi PenggemarLos lazos de hermanos en la casa Loud siempre fueron increíblemente fuertes, no importando a quienes pusieras a debatir, era claro que todos ponían las manos al fuego por todos, pese a esto había dos que siempre destacaban, quienes siempre hacían la...