Volvíamos una vez más a la casa Loud, la conocen, han estado viéndola desde hace tanto, ¿Recuerdan la primera vez que la vieron? Bueno, quizá encuentren algo de diferente, tal vez sea Vanzilla, un tanto más sucia que de costumbre. Ahora hay dos bicicletas en el tejado. Entrando vemos una cocina aún más sucia, pero el estar a altas horas de la madrugada hace que todo en general, se vea más limpio.
La habitación de Lynn Sr. y Rita Loud está con algunos detalles distintos, ahora el armario estaba clausurado, pues hace poco de la idea de un baño secreto que ocultar... En unas cajas se encontraban la ropa habitual de los padres Loud; suéteres rosas y blusas verdes.
Subiendo la escalera estarían los retratos de la familia Loud, la tan recordada "Foto Perfecta" junto con retratos de cada uno, algunos más chuecos que otros, pues siempre al acomodarlos el rechinar de las escaleras más gastadas que de costumbre hace que sea imposible acomodar los cuadros.
Llegamos a la segunda planta, donde vemos el espacio relativamente cómo siempre; manchas de pintura, amplificadores, humo, algún florero roto. Del baño, mejor no hablemos, estaba horrible, peor que de costumbre y como llegas a recordarlo.
Hay tan solo un pequeño detalle, que quizá nunca habías visto, o no habías tomado el tiempo para analizar con detenimiento, no la última vez que nos encontramos aquí. A pesar de las altas horas de la madrugada, sigue una luz encendida, pero que no es tan fuerte como para no dejar dormir a los presentes, aunque para ser justos... No es que lleven mucho durmiendo, no era lo que hacían con exactitud, pero dado que el cuerpo necesita descansar, ambos decidieron dormir en el mismo cuarto, para su tranquilidad juntos, iniciando abrazados y con el poco tiempo transcurrido y dado el calor de la noche, se separaron un poco.
Pero al parecer un acontecimiento de otro mundo, algo que hizo retumbar la realidad hizo que la mente de un joven... logrará arder en un calor inmenso, que el calor iniciara en su cabeza y estuviera recorriendo todo su cuerpo, calor que haría que perdiera la respiración, que hiciera que sudara cada vez más, que su sueño se hiciera interrumpido, que por falta de aire comenzaran los jadeos, que sin quererlo tomara las sabanas con las que estaban cubiertos ambos, que su ceño se estaba frunciendo cada vez más... hasta que la joven con quien compartía cama, debido a los repentinos golpes y sonidos que habían interrumpido la noche de "sueño" que tenían y eran provenientes del joven a su lado, se volteo hacía él, mientras estaba recostado boca abajo con el rostro mirando fuera de la cama, poco a poco iba colocándose en una posición fetal, era lo que le daba tanto miedo... que su novio de hace 3 meses este así... le preocupaba mucho, no sabía que hacer exactamente, más que encender su lámpara que estaba al lado de su cama, buscó hablarle, a más falta de poder hacer algo...
Linka Loud intentaría ayudar a su novio, Lynn Loud Jr.
Intentando despertarlo, Linka lo movería de poco a poco, lo sacudiría con algo de fuerza, a pesar de los entrenamientos que tenía con Lynn, aún tenía algo de fuerza.
Lynn por su lado se volteó y su cara apuntaba al techo, los conceptos de tiempo y espacio se habían perdido, estaba en un sueño, era una alucinación extraña... sentía como moría, pero esa sensación de pronto ya no estaba con él, sino que veía morir a un joven... familiar, lo veía morir, con su corazón, con la razón por la que latía, en la mano, su energía poco a poco se extinguía y se fundía en sangre, mientras que sus ojos se cerraban, sentía como un fuego enorme se ubicaba en su estómago, sentía como algo lo tomaba y se lo llevaba poco a poco. Notando que estaba en un parque, por un árbol... Había un hombre extraño, con la mirada vacía, como si no tuviera ojos. ¿Acaso de quien se despedía era... él?
Nunca podrá saberlo, todo comenzó a brillar demasiado, el tiempo y el espacio volvían a ejercer su labor y una voz de ángel se hacía presente. Volvía a la realidad una vez más.
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No me dejes nunca.
FanficLos lazos de hermanos en la casa Loud siempre fueron increíblemente fuertes, no importando a quienes pusieras a debatir, era claro que todos ponían las manos al fuego por todos, pese a esto había dos que siempre destacaban, quienes siempre hacían la...