04 | El cuaderno.

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A Regina no le pareció nada normal que dijera "Solo chicos", en lugar de un nombre cualquiera.

¿Y quién se contiene a hojear un cuaderno así? Interesante o no debía saber lo un que tenía escrito.

La curiosidad le picaba en las manos. Así que, lo hojeó y vio diferentes nombres; cosa en común: solo chicas.

No lo revisaría con detenimiento allí mismo, y al ver que no aparecía se dirigió a casa sola, después de guardar el cuaderno.

(...)

Sentada en su cama lo abrió. En lo primero que pensó es que provenía de algún acosador o algo parecido, pues en cada hoja habían diferentes cosas sobre cada chica. Íntimas, chistosas, cualquier cosa de su vida personal, o más bien todo; escritas en primera persona.

«Mi nombre es Agnes... nunca he tenido un novio, aunque sé que algún día Jeff será mío...»

«No soy una fácil, eso es lo que dicen, pero he estado con...»

«Aún espero mi primer beso»

«Le pregunto a el espejo si soy bonita y dice que no. Mi mejor amigo lo guardo en el bolsillo, conoces mucho de mí, no creas que estoy demente, odio que me traten así»

«Mis padres nunca me escuchan»

«Puede que muchos chicos me quieran, no alardeo, pero no me siento bien conmigo misma»

«Creo que estoy embarazada»

¿Y qué hacer con toda esa información ahora? Regina no tenía idea, se le había ido la tarde completa leyendo aquel cuaderno. Ni ella misma lo creía, pero ahora sabía la vida íntima de la mitad de la chicas.

Se quedó dormida con la pregunta aún en mente «¿Qué haré con el cuaderno?»

(...)

En la  mañana siguiente, lo llevó como un día normal, o eso intentó. Durante las clases sentía que todo el mundo la miraba, aunque realmente debía ser al revés.

Hasta que llegó el tiempo del receso.

— ¿Lo tienes verdad? —preguntó con el ceño fruncido.

— ¿De qué hablas? Ni siquiera te conozco.

—Vamos Regina no seas tonta —Bruce le habló cerca al oído apretando con fuerza su brazo— tienes el cuaderno.

— ¿El cuaderno? ¿Cuál cuaderno?

— ¿Acaso crees que soy estúpido? ¡Entregalo ya! —soltó la mano de Regina con fuerza, lo que fue peor.

—¿Y que sucede si no? —se acomodó con firmeza, intentando no mostrarse débil o con miedo.

—Acabarás en la lista —alzó una ceja.

Regina achinó los ojos disintiendo —Todos ustedes están locos —comenzó a abrir la mochila para regresarlo.

—Soy Bruce, haremos un buen equipo —extendió la mano, sonriendo falsamente.

—¿Equipo? Ni siquiera sé a qué te refieres.

—Quien entra en el grupo no sale, ya sé que no querrás acabar en la lista.

—¿Y que se supone que debo hacer? —la desconfianza de Regina era cada vez más grande.

—Eso quiere decir que aceptarás —sonrió de nuevo.

«¡Maldito!» gritaba por dentro.

—Te diré mañana —sonrió despidiéndose.

  Regina respiró profundo pensando en todo eso, y especulando sobre lo que haría involucrada en el grupo de los chicos besadores, así los nombró.

Ahora Regina está infiltrada entre el grupo de chicos con los mejores labios.

Solo chicos, y Regina.

Un Beso No Significa Nada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora