Aturdido, despierto en medio de la noche gracias a la gotera que cae justo sobre los rizos de mi cabeza; me levanto tan rápido que, para mi desgracia, mi frente topa con la parte baja de un escalón, el sonido de ese golpe retumba por mi cerebro, maldigo mentalmente, no solo por el dolor, sino también porque la gotera arruinará la madera y la ama, Marie, me mandará a cambiar y reparar todo. Alzo la vista hacia la ventana, llueve a cántaros, bajo al cobertizo por una cubeta (disminuirá los daños en la madera) y, tratando de hacer tanto ruido como un ratón, la coloco justo debajo de la gotera.
. . .
Un estruendoso sonido interrumpe mi sueño y el grito del amo Pierre me avisa que nada bueno está pasando.
-¡Jean-Jacques! –salto inmediatamente y voy hasta donde se los gritos del amo me guían. Al llegar ahí, doy por sentado que mis pensamientos no eran erróneos; el o Pierre estaba tirado al final de la escalera, junto a él estaban la cubeta que había puesto para la gotera y un enorme charco que manchaba la alfombra.
-¡Oh, Pierre!, ¿Qué ha sucedido? –Exclama la ama Marie al bajar por las escaleras– ¡¿Y qué haces tú, ahí parado sin ayudar a tu amo?! –Seguido de eso me muevo rápidamente hacia donde está el amo Pierre y al acercarme para ayudarlo me toma de la camisa y se levanta, tirándome al suelo.
-¡Fuiste tú!, ¡Muchacho insolente! –Junto a esas palabras me suelta un puñetazo en el rostro, entonces puedo sentir el sabor a metal en mi boca y un enorme sentimiento de comenzar a llorar, pero me contengo porque si no la paliza será peor.
Cuando el amo Pierre finalizó su tortura llena de puñetazos, patadas y, hasta golpes con el mango de la escoba; con mi cuerpo adolorido y repleto de moretones y heridas, la ama Marie me lanza los cachivaches para limpiar. Hincado en la escalera, seco el agua de la gotera, mezclada con mi llanto silencio y algunas gotas de sangre que resbalan desde mí ceja izquierda, después de todo aquello he de quitar la alfombra a mano y llevarla a lavar.
. . .
Al finalizar el día, con las manos callosas y las heridas costosas, me acurrucó en mi rincón bajo la escalera, con los ojos de iris verde hinchados, esperando a lo que venga mañana, sintiéndome cobarde y asustado. Ser el auxiliar mejor perfumista de París jamás será fácil.
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Poemas y Escritos cortos
ŞiirEspacio creado para expresar todo. Aquí encontrará desde poemas con temática de verso libre hasta relatos cortos. Creado el día 06 de Junio de 2015 NO ADAPTACIONES, NI TRADUCCIONES. Todo lo que se encuentre aquí escrito es único y original de Passi...