VI

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Seúl, 1969.

Ambos pensaban que los labios del otro eran adictivos. Lo pensaban tanto que incluso consideraban que era algo indispensable para sus encuentros clandestinos. Park JiMin estaría mintiendo si repentinamente dijera que no se sentía culpable por estar engañando a YoonGi, evidentemente se sentía mal por ello, sin embargo, decidió ser egoísta por primera vez en su vida y se preocupó sólo por sus sentimientos.

Era viernes y el pintor se había asegurado de invitar al más joven su nueva exposición una noche antes, en uno de sus improvisados encuentros. JiMin no había dudado siquiera por algunos segundos aceptar la invitación de TaeHyung.

Entonces... ¿es un pintor?

JiMin rodó los ojos cuando escuchó la pregunta de su pareja. Le resultaba bastante molesto el hecho de que YoonGi estuviese preguntando lo que ya había contado alguna vez, sin embargo, ya se había acostumbrado a la poca atención que el de cabello negro le ponía cada vez que decidía abrir la boca.

Que YoonGi lo acompañara a la exposición no estaba en sus planes, sabía que era una mala idea y era lo que menos quería, pero cuando su pareja insistió que debía acompañarlo sólo para pasar un poco de tiempo con juntos no pudo negarse por más que quisiera.

Sí.

Respondió casi al instante.

Ambos detuvieron el paso cuando JiMin le informó al mayor que habían llegado a la galería en la cual se exhibirían los cuadros de TaeHyung. Un fuerte suspiro escapó de los labios del de cabello negro cuando su novio soltó su brazo repentinamente. Frunció el ceño, aquella no era la idea que tenía de pasar el viernes con JiMin, pero... pensó que la mejor idea sería no quejarse.

El olor a tabaco llegó hasta la pareja apenas entrar y el sonido del cristal producido por el golpe de dos o más copas de vino era bastante audible en la galería. JiMin esbozó una pequeña sonrisa cuando visualizó aquellos cuadros que había tenido el privilegio de ver antes que nadie el día en que el pintor lo besó por primera vez. Aquel día en el que TaeHyung plasmó su belleza sobre el lienzo.

JiMin – el pintor sonrió después de caminar hasta quedar frente a él –. Me alegra que hayas venido.

El más bajito rio por lo bajo mientras observaba a su amante. TaeHyung lucía incluso más atractivo de lo normal, su cabello estaba perfectamente peinado, vestía un saco blanco junto a una camisa oscura, su pantalón era a juego con el saco y los Oxford que utilizaba aquella noche eran blancos con la suela negra.

Park JiMin sintió una punzada en su pecho cuando la sonrisa se borraba del rostro de TaeHyung después de notar la presencia de su acompañante.

TaeHyung, él es YoonGi.

El mayor se mordió el interior de la mejilla mientras asentía lentamente con la cabeza. Esbozó una falsa sonrisa antes de agachar la cabeza hacia el de cabello negro, haciendo una reverencia.

Kim TaeHyung, es un placer.

YoonGi imitó su movimiento.

Min YoonGi.

Su rostro sin expresión provocó cierta molestia en el artista. Sujetó la copa de vino que sujetaba con su mano derecha y la agitó mientras inspeccionaba minuciosamente a la pareja de su amante.

Park JiMin era demasiado arte para una persona que carecía de sensibilidad.

TaeTae – una voz masculina llamó repentinamente al más alto, quien giró la cabeza por un par de segundos para observar a su amigo –. Definitivamente esta ha sido mi colección favorita.

Monocromo - Vmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora