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POV Harry:

Acabábamos de recibir las cartas de Hogwarts diciendo que podíamos volver y retomar el último curso. Pero no estaba completamente convencido de volver. Ya no podría ver Hogwarts de la misma manera. En esos momentos quería volver a tener 11 años y ver Hogwarts como si nunca nada hubiera sucedido ahí. Pero eso no ocurriría al menos hasta luego de mucho tiempo. McGonagall quería que todos le avisemos que volveríamos. E especial nosotros tres, pero no podía decidir eso, al menos no ahora. Aun así, Hermione no dejaba de insistir.

Hermione: Vamos Harry, por favor vuelve a Hogwarts con nosotros. -

Yo: Herms otra vez no. No me siento capaz de volver ahí. - repetí una vez más, apunto de explotar.

Hermione: Vamos no piensas terminar tus estudios. -

Yo: ¡No! -

Hermione: Harry James Potter, me harás caso te guste oh no. - la gota que derramo el vaso.

Yo: ¡Que acaso tus padres ya no te importan! ¡Pensé que los buscaríamos! - grité desahogándome finalmente. Y al instante me di cuenta de mi error. –Herms lo siento yo no... - me acerque a consolarla, pero me empujo.

Herms: Esta vez fuiste muy lejos Potter. - dijo antes de irse de ahí.

Ron: Harry sabes lo duro que fue para ella obliviar a sus padres. – escuche detrás de mí.

Yo: Lo se Ron, pero no es razón para que me obligue a volver. -

Ron: Has lo que quieras amigo, pero debes disculparte con ella. -

Yo: Lose, pero lo hare luego, saldré talvez vuelva tarde. -

Ron: Preocuparas a las chicas. –

Yo: Cúbreme, por favor Nos vemos. -

Fui a mi habitación y tomé una chaqueta, me la puse rápidamente sobre el polo que tenía y me aparecí en el callejón Diagon Alley. Parecía un niño pequeño en aquel lugar. Entre en distintas tiendas, pero en la que más me entretuve fue la de quidditch. Luego fui a Sortilegios Weasley, h había pocos niños y supe que George no estaría ahí así que salí rápidamente. Ese lugar me hacía extrañar a Fred. Aún recuerdo la semana en la que George no quiso salir de la madriguera. Me sentiría igual si perdiera a un hermano, pero ya había tenido suficientes perdidas. Ahora me sentía solo y sin hogar, No estaban ni Sirius ni Remus. ¡Remus! Hace mucho que no visitaba a mi pequeño ahijado Teddy. Una vez que termine Hogwarts yo pasaría a ser su padre por ley. Por el momento Andrómeda lo cuidaba, ya estaba algo mayor por eso quería que yo lo cuide después. Me dirigí a la casa de Andrómeda, o mejor dicho mansión. Llegue, toque la puerta y espere. Al poco tiempo me abrieron y mi sorpresa fue enorme al ver a Malfoy ahí frente a mí. Aun no me miraba pues estaba mirando a alguien de adentro con una sonrisa sincera. Llevaba una camisa blanca, muy ajustada que dejaba ver su cuerpo marcado, también unos pantalones negros y el cabello alborotado. De pronto se giró a verme y la sonrisa en su rostro se borró, haciendo un gesto confundido.

-Quien es Draco. - se escuchó de adentro y supe que era Andrómeda.

-Potter? - dijo mi nombre más a modo de pregunta que dé respuesta.

-Pues déjalo pasar hijo. - esa era Narcissa.

-Buenas tardes Malfoy- dije antes de abrirme paso hacia el interior de la casa. Luego fui a la sala donde supuse se encontraría mi ahijado.

-Qué haces aquí Potter? - pregunto Malfoy.

-Vengo a ver a mi ahijado. - dije mientras tomaba a Tedy de los brazos de Andrómeda.

Pov Narradora:

-Qué bien que llegaste Harry, no confiábamos en Draco para cuidar a Tedy solo. - dijo Andrómeda.

¿Resistirás Hasta Que Te Encuentre? DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora