¿Resistirás Hasta Que Te Encuentre? Drarry

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Maddie: Bueno vamos debo de contarles algo primero a mi sala común. –

Todas siguieron a su hermana quien rápidamente entro a su habitación y salió con una caja. Luego fueron a algún salón vacío y bloquearon la puerta.

Camille: ¿Qué es eso? –

Maddie: Los chicos, no sé cómo hicieron para mandarnos esto. –

Emma: ¡Enserio! Que tiernos, dame el mío. –

Diana: Y a mí, pensé que no tendría noticias de ellos en un largo tiempo. –

Maddie: Bien, toma Diana de Ethan, Emma este es de Pablo y Camille este es de Franco. – dijo entregándole un pequeño paquete a cada una.

Lo abrieron ansiosas, Emma encontró un collar con una gema amarilla junto con gusanos de goma y una nota. Diana recibió un espejo dorado con gemas rojas, una nota y grajeas de distintos sabores. Camille recibió un anillo con una gema verde y roja en el centro, unas ranas de chocolate y una nota. Maddie tenía una pulsera con gemas azules y verdes y una nota.

Camille: Nos podrían descubrir por su culpa.

Diana: Pero valió la pena, amo este espejo.

Maddie: Tiene razón, pero mi nota dice que tienen una sorpresa.

Emma: La mía también.

Diana: A que se referirán.

Camille: Ni idea, pero ya debemos irnos.

Todas: Nos vemos. – se despidieron y cada una fue por un camino diferente.

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Navidad ya se acercaba y a la directora se le había ocurrido organizar un baile de invierno. Dándole mucho trabajo a los prefectos que tenían suficiente con los exámenes. Aun así, todos estaban emocionados, bueno claro las chicas más que todo. Y los chicos no se hicieron de rogar, en poco tiempo casi todos tenían pareja para el baile. El día anterior al baile recién las decoraciones fueron puestas. Los prefectos se la pasaron casi todo el día organizando el gran comedor para el baile. Pero con suerte su magia los ayudo mucho y les ahorro tiempo. Para el final del día todo estaba listo. Pansy había quedado en ir con Draco, al igual que Harry con Hermione. Ron no había tenido muchas opciones por lo que mintió diciendo que ya tenía pareja cuando en realidad no tenía a nadie con quien asistir al baile. Blaise en cambio tenía un montón de chicas que querían ir con él. Pero el rechazaba a todas, pues ninguna chica lo convencía.

El día del baile Ron bajo con Ginny y Luna al gran comedor. Ambas habían hecho de todo para que el pelirrojo bajara. Mientras tanto los prefectos esperaban ansiosos para abrir las puertas y dar inicio a la fiesta. Blaise había cedido a ir, pero solo planeaba estar unos minutos en el lugar. Talvez un baile y se largaría. La fiesta empezó Ron tomaba ponche alejado de la pista de baile cuando un moreno llamo su atención. Tomo otro vaso de ponche y se dirigió a hablar con el joven.

Ron: Blaise, porque no estas divirtiéndote. –

Blaise: No lo sé, es sorprendente hasta para mí. Que hay de ti. –

Ron: Solo vine porque me obligaron, no tenía pensado asistir. –

Blaise: Ya somos dos. –

Ron: Ponche. – dijo tendiéndole el vaso de ponche.

Blaise: Gracias. Te gustaría ir afuera no me siento muy cómodo aquí. –

Ron: Claro, matemos el tiempo. – Ambos salieron de la fiesta y terminaron caminando por los pasillos de Hogwarts.

Blaise: Ron... alguna vez has sentido que ya no te conoces. –

Ron: Si, maso menos. ¿Por? -

Blaise: Así me siento, ya no sé quién soy, mucho menos entiendo lo que hago. –

Ron: Solo debes buscar algo que te traiga de vuelta. –

Blaise: Lo eh intentado. Salí con distintas chicas, pero me siento incompleto. –

Ron: ¿Ya probaste todo? –

Blaise: No... -

Ron: Quisiera ayudarte. – dijo y se apoyó en la pared mirando al moreno.

Blaise: Talvez si puedas ayudarme. –

Seguido de esto empujo al pelirrojo y lo beso. Este se sobresaltó, pero siguió con el beso. Era un beso tosco y con pasión. Era lo que Blaise Zabini necesitaba para llenarse por completo. Y era lo que a Ron Weasley le faltaba para darse cuenta de su realidad. Pero el aire les hizo falta y luego de separarse ninguno dijo nada. Simplemente fueron por distintos caminos sin darse cuenta de los sentimientos que acababan de crear.

~o~

Horas antes del baile cuatro jóvenes se encontraban arreglándose para asistir a este. Claramente no tenían pareja, pero siendo hermanas y cuatro eso no importaba. Se vistieron de lo más elegante y salieron para encontrarse frente a la sala de menesteres. Diana llevaba un vestido rojo con corte recto que le llegaba hasta la rodilla y con un cinturón dorado. Emma en cambio tenía un vestido con bobo en las mangas de color amarillo y varios lazos pequeños en la falda. Camille llevaba un vestido verde con corte imperio y le llegaba unos dedos más arriba de la rodilla con una cola que le, llegaba a los pies. Y Maddie llevaba un vestido azul estilo canesú que le llegaba a la rodilla.

Camille: ¿Listas? –

Todas: ¡Sí! – Empezaron su camino al gran comedor cuando unas manos cubrieron sus ojos.

Diana: ¡Pero que! –

X: Shh... -

Las metieron a un salón vacío y una vez puestos delante de ellas les destaparon los ojos.

Chicos: ¡Sorpresa! -

Chicas: Oh por merlín. –dijeron mientras se lanzaban a abrazar a los jóvenes.

Maddie: ¡Que hacen aquí! –

Benjamín: Teníamos que venir. –

Ethan: En caso de que no llegaran al baile de fin de curso. –

Franco: Así que, que esperamos, vamos a la fiesta. –

Pablo: Me permite. – dijo haciendo una reverencia frente a Emma. Siendo imitado por el resto.

Chicas: Seria un placer. –

Los 8 jóvenes bajaban por las escaleras camino al gran comedor. Llamando la atención de todos sorprendidos pues no entendían quiénes eran los chicos. Mientras que las chicas los observaban como ángeles caídos del cielo ganándose miradas de furia de parte de sus acompañantes. Todos entraron al baile y la fiesta empezó. Las cuatro hermanas se divirtieron tanto de poder estar con esos chicos luego de tanto tiempo. Mientras que los chicos tenían un secreto que aún no podían revelarles a las chicas. Por lo que esa noche solo decidieron divertirse. Más tarde darían las explicaciones.