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-Está muy triste Camille. Déjame despertarlo. – imploraba Maddie.

-Imposible Maddie, si lo haces el plan se arruinará por completo. – negaba Camille.

-Oh Camille, a veces eres muy dura. Su vida está en nuestras manos. – agregaba Diana.

-Exacto, no creo que seamos suficientemente fuertes para tenerlo mucho tiempo así. –continuaba Emma.

-Solo necesitamos unos días. A lo mucho 2. Sé que es fuerte lo lograra. - decía firme Camille.

-Como quieras Camille, hoy aremos el hechizo de sueño. Luego lo despertaremos. – dijo Maddie antes de salir del lugar.

*En la torre de los prefectos*

Harry se encontraba tirado en el sillón de la torre de prefectos. No había cenado y ni siquiera había tocado la pila de libros sobre el escritorio. Los trabajos no eran muchos, pero su mente estaba perdida.

-Potter? ¿Qué haces a estas horas aquí? –

-Que te importa Parkinson, ¿tú qué haces a estas horas despierta? – contradijo a la azcabache.

-Aj pero que humor. - dijo algo furiosa.

-Déjame solo. –

-Talvez así encuentres tu cerebro. –

La joven se dirigió a su habitación totalmente estresada. Tenía suficiente con haber terminado los deberes de Draco. En la habitación frente a ella una castaña se encontraba adelantando los deberes de la semana. Harry decidió irse a su habitación sin terminar las tareas. Al poco rato la azcabache y la castaña salieron de sus respectivas habitaciones. Con dos objetivos distintos pero el mismo lugar en común.

-Granger. – dijo Pansy al entrar a la cocina.

-Parkinson. – respondió la castaña mientras tomaba la jarra de agua.

-Qué haces aquí Granger? – pregunto, mientras buscaba chocolate en la repisa.

-En Hogwarts? – respondió confundida.

-No tontita. En la cocina, a estas horas. –

-Ah, debía tomar una pastilla. –

-Estas, ¿enferma? –

-No... es para dormir, desde la guerra no he podido pegar ni un ojo. –

-Te entiendo, pero prefiero un pequeño chocolate antes de dormir. Las pastillas y yo no nos llevamos del todo bien. –

-Ni yo, pero fue la única solución que encontré para dormir en paz. –

-Te equivocas, jamás lograremos dormir en paz otra vez. Nos vemos. –

-Chau. –

Ambas volvieron a su habitación. Y luego de unos minutos quedaron completamente dormidas.

~o~

-Hola? – se escuchó en todo el lugar.

En medio de este se encontraba un joven de ojos verdes cegado por la luz. Todo era blanco y a lo lejos se observaba una cama vacía. El joven se levantó y empezó a acercarse a esta. Pero ya no estaba vacía, ahora había un rubio sobre esta. El ojiverde tomo la mano pálida y fría del rubio y se acercó a su rostro lentamente.

-Vuelve por favor...- susurro para luego depositar un pequeño beso en los labios de este.

Al separarse de este, volvió a dejar su mano y dio media vuelta con la intención de irse. Pero el sonido de la voz del rubio llamándolo lo detuvo. Volteo rápidamente a verlo y este tenía una sonrisa en el rostro y un brillo en sus lindos ojos grises.

¿Resistirás Hasta Que Te Encuentre? DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora