Escarlata
Un azabache se encontraba sentado sobre la rama de un tronco, jugueteando con aquella barita entre sus manos toqueteando las curvas y detalles que tenía esta, dejando que su propia pierna se balanceé mientras sentía la corriente de viento pasar que chocaba contra su rostro, revolviendo aún mas la maraña de pelos que tenía sobre el cuero cabelludo. Sus ojos, verdes como la misma esmeralda—y para algunos como el peor hechizo existente en su mundo—se hallaban perdidos en un punto ciego, donde reflejaba confusión y duda por toda su vida. Una vida manipulada y etiquetada, creando prejuicios y orgullo. Donde el bien común recaía sobre sus hombros desde que tenía memoria. ¿Cuantos años había pasado ya desde que aquel acontecimiento cambió su vida?
Aún recordaba cuando tenía tres años su tía lo había llevado al parque con su primo para disfrutar en la caja de arena, ya que su tío—patriarca y marido de su tía—no se encontraba en casa pero ella sabía que mientras no estuviera no podía hacerle nada malo al hijo de su difunta hermana. Estaba claro que la odiaba por acaparar todo, por ser la "favorita" de papá y mamá, convirtiéndose ella en la sombre de su propia hermana. Pero cuando recibió esa carta diciendo lo que había sucedido aquella noche, se lamentó no poder aclarar las cosas, teniendo un resentimiento aunque lo tuviera bien oculto. Y saber, que debajo de su techo, y ver aquellos ojos esmeralda igual a la pelirroja, supo que era la viva imagen de lo que se juró jamás volver a tener contacto pero fue imposible. Tiempo después se dio cuenta que la pequeño copia de Potter experimentaba los mismo acontecimientos que ella experimentó, le dejaron un mal sabor de boca, apartando a su hijo de su primo y dejándolo más tiempo con su marido quien se desquitaba con el niño tratándolo como un fenómeno, como siempre solía llamarlo, hasta que se convirtió en el criado.
Cuando cumplió cinco años terminó siendo un siervo, haciendo los quehaceres del hogar de su propia familia, que por sin importar el parentescos de sangre con su tía, recibía maltratos brutales y gritos ofensivos por parte de su marido. Su tía apartaba la mirada cada vez que eso sucedía, auto-convenciéndose que era lo correcto ya que ese niñato traería problemas a un futuro, y así fue, ocurriendo sucesos extraños a su alrededor. Y la tía, aunque tuviera una deuda en su corazón, su mente y raciocinio le decía que no debía nada y estaba haciendo lo correcto. No merecía nada ese niño. Así que cuando el joven "huérfano" preguntó por sus padres, estos le dijeron que habían muerto en un accidente de coche y que si no quería salir peor, que no preguntara más. Pero los maltratos siguieron.
Cuando cumplió once, una carta llegó a su hogar, carta que fue tomada y destruida por su tío. Al día siguiente regresó la carga pero igual fue destruida. Pero no importaba que fuera destruida, siempre regresaba la carta. Y así, comenzó un ajetreado y catastrófico momento para los jefes de la casa—aunque para el azabache era más que diversión al ver a su tío exasperado—quitándole y quemando las cartas que llegaban e intentaban posarse sobre las manos del joven niño. Llegando a la locura máxima, el enojo y rabia del patriarca de la familia los llevó a distintos lugares hasta que perdió la cordura de la situación y los llevó a una isla, muy apartada de toda civilización, justo en las entrañas del catastrófico mar creyendo que ahí nadie los encontraría.
Pero, ¿qué pasó luego? ¡Oh, sorpresa! ¡Los habían encontrado!
Un gigante que era lo doble de alto y lo triple de ancho—no sé porque se me vino eso a la mente—había llegado a ver al niño de ojos verdes y cicatriz en forma de rayo, diciendo que era un mago. Al principio, no se lo creyó ¿quién en su sano juicios creería eso? Al final, entre excusas, gritos y quejas, le contaron la verdadera historia de su familia y la profecía, pese a que él pensara que era más bien una maldición, le contaron de la plaza que tenía desde que nació al estudiar en el mejor colegio de magia y hechicería de toda Gran Bretaña—y tal vez Europa—donde aprendería todo lo que sus padres aprendieron y convertirse en un gran mago.
Bueno, eso explicaba un poco las extrañabas situaciones que sucedían a su alrededor cuando algo peor al encarcelamiento de sus tíos aparecía, creando en su tío una cólera horrible mientras su tía y primo chillaba del miedo. Aunque ahora parecía divertido.
Y terminando otra vez entre protestas, gritos y amenazas, el semi-gigante; cuyo nombre era Hagrid, lo llevó al Callejón Diagon, donde comenzaron su expedición en busca de sus útiles escolares y uniforme. Cabe mencionar que lo pasó de maravilla, todo era espléndido y asombroso, menos por la parte de los carros de Gringots—el banco mágico—, la búsqueda en su barita donde el Señor Olivanders mencionó cosas que a el muchacho le causó escalofríos y un mal sabor de boca al gigante, y no olvidemos al chico rubio platinado engreído que encontró en Madam Malkin. Pero de ahí en fuera todo bien.
El paseó en tren resultó entre normal y extraño, una simple combinación algo ridisurda, había hecho un amigo y se había ganado un enemigo también. Pero una vez llegando a su destino, se fueron en botes a la escuela, donde les había esperado una profesora de porte serio y demandante que les indicó lo necesario para la selección de sus casas. Una vez todo listo, todo los de primer año pasaron en fila y por medio de un sombrero fue pasando uno en uno a sus casas. Vio a su enemigo—Draco Malfoy—fue a Slytherin, la casa de los magos oscuros. Vaya chico, ya te metieron ideas. La chica de tes morena y cabello de melena de león castaño—Hermione Granger—que se toparon en el tren fue a Gryffindor, y su primer amigo—Ronald Weasley—también, al igual que él. Después de una lista gigante, hubo un banquete donde la cena fue exquisita, y después de un momento todos en el gran comedor se dispusieron a ir a sus sala común, donde al día siguiente le depararía una vida como mago, llegando a imaginar que sería asombrosa pero a su aterradora aventura ya que no conocía nada aún pero donde la gran etiqueta del niño-que-vivió ó el-salvador-del-mundo-mágico iba persiguiéndole.
Pero jamás creyó toparse con los actos heroicos que atentarían contra su vida. En su primer año se enfrentó a un profesor que poseía el alma de Voldemort y encontrando la piedra filosofal como también ganándose otro enemigo; el profesor Snape. En su segundo año se enfrentó contra en basilisco en la Cámara de los Secretos gracias al recuerdo del diario de Tom Riddle, el presente, pasado y futuro de Voldemort. En su tercer año se enteró que tenía un padrino rehén y un tío licántropo, así como también liberando a un rehén de Azkaban, y ni olvidar que se podía viajar en el tiempo. En su cuarto año atravesó tres pruebas peligrosas por el torneo del dichoso Cáliz de Fuego, donde le inculparon por poner su nombre, que al final. terminó ganando a costa de una vida—su amigo Cedric—, como también del regreso del Lord Tenebroso.
Sacudió su cabeza empecinado en sacar todo recuerdo de su mente y mantenerla en blanco. Se recargó sobre el tronco y bajó su mano al bolsillo de su chaqueta, sacando un pequeño sobre que había llegado hace una semana.
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Herederos de Hogwarts
FanficDesde que llegaron aquel azabache y rubio platinado al colegio mágico, estos fueron nombrados Príncipes de Gryffindor y Slytherin siendo enemigos jurados desde la cuna, poniendo los prejuicios de sus casas por delante de ellos, pero jamás tomaron en...