Before I Love You (Pausada) | Robbie Kay & Tú |

Baile de bienvenida 3/3

Robbie

Ella se veía tan perfecta esa noche, su cabellos oscuro brillaba por las luces y lucía un vestido hermoso en color rojo. Pero lo que más me gustaba era su sonrisa, aquella que hacía que sus ojos brillaran de ilusión. Intentaba disfrutar de la noche tanto como era posible pero no entendía la razón, aún así, yo intentaba disfrutarla a ella tanto como fuera posible.

Entonces su expresión cambió. Parecía en otro lugar, su sonrisa y su mirada de ilusión se habían apagado y marchaba fuera de la pista de baile para sentarse en una de las mesas cerca del ponche. Me extrañó verla de esa manera, así que me acerqué a ella para hablar.

- Cassie... - Le hablé. Ella volteó a verme, fue entonces cuando sabía que debía preocuparme. Sus ojos estaban casi cerrándose, se notaba pálida y de su nariz brotaba una línea de sangre. - Tú nariz está sangrando. Por su expresión parecía asustada. - Se me ocurrió recalcar lo obvio pero no fue lo más inteligente que hice. Me dirigí a la mesa del ponche y regresé con una servilleta de papel, ella comprobó lo que decía. Tomó su bolso y se levantó.

- No, no, no. - La detuve tomándola de los hombros. - Tienes que sentarte, puedes caerte. - Le dije. Ella me ignoró y me empujó un poco para correr hacia los baños, intenté llamarla pero parecía no escucharme. Me asustaba que algo le ocurriera.

La puerta se cerró impidiendo mi paso. No podía quedarme sin hacer nada. Podía llamar a los chicos, pero ellos que podrían hacer. O podía a su hermano, aunque no tenía su número. Decidí esperar. A muchas personas les sucede eso a menudo y quizás sepan como controlarlo, pero ¿Y si ella no?

Me dejé caer en la puerta esperando a que ella saliera, pero con cada segundo que pasaba, más me alteraba. Un pequeño sollozo se escuchó desde dentro

Cada segundo que pasaba, cada segundo que era más difícil respirar. Daría lo que fuera por tener a Mike o a papá conmigo. Las lágrimas vinieron por consiguiente y no sabía cómo controlarme, bajé mis manos a la barra del lavabo para intentar relajarme pero me fue casi imposible. Cuando menos me di cuenta la sangre había dejado de fluir.

No pude soportarlo más. Las ganas por saber si estaba bien me mataban. Maldición, no lo hagas Robbie. Maldije internamente pero adivinen quien abrió la puerta y entró al baño de chicas.

- ¿Cass? - Hablé mientras caminaba hacia los lavabos. La miré un momento. Estaba hecha un desastre que intentaba vagamente arreglar con agua. Las lágrimas caían y su hermoso vestido rojo con beige ya estaba manchado de sangre. Entonces corrió a mis brazos y le abracé fuertemente. Ella lloró en mi pecho, yo aproveché y acaricié su cabello por primera vez.

- ¿Estás mejor? - Pregunté. Asintió con duda.

- ¿Podemos salir de aquí? - Asentí. Le sonreí intentando hacer que hiciera lo mismo, no comprendía nada de lo que le pasaba pero esperaba saberlo pronto. Me saqué el saco de vestir y se lo entregué para que cubriera su vestido. - Necesito aire fresco.

Comentó mientras caminábamos fuera de los sanitarios. Por suerte, nadie me vió ni entrar ni salir. Cuando estuvimos fuera de la escuela me detuve antes de cruzar calle.

- Mmm - Hablé pensando. - ¿A dónde vamos? - Pregunto.

- Hay un parque aquí atrás. Podremos sentarnos. - Me dijo señalando al frente.

Una vez ahí nos sentamos en una de los columpios grandes, más o menos, del tamaño de una banca. Me senté, ella recostó su cabeza en mis piernas, algo que no creí que hiciera alguna vez. Pero le dejé sin decir nada.

Al contrario, pasé mi mano de manera tranquila por su cabello mientras le observaba sonriente. Ella volvió a sonreír, buscaba encontrar un ambiente tranquilo para ella. Miré al cielo disfrutando de la noche, se encontraba estrellado y la luna parecía coronar nuestras cabezas, pues se hallaba justo arriba.