Before I Love You (Pausada) | Robbie Kay & Tú |

La mirada de un ángel

Capítulo 4

Me desperté, como si sólo hubiera parpadeado en toda la noche. Como si mi sueño hubiera sido un abrir y cerrar de ojos. Honestamente no quería levantarme pero lo hice. Me arreglé para ir a desayunar e ir a la escuela.

— Buenos días.  — Saludé.

— Buenos días cielo. — Me dijo papá. — Oye, ¿Ya tienes pareja para el baile? — Me pregunta, él sabe cuanto me incomoda ese tema pero en estos momentos no pensaba mucho en eso.

— Ah, sí. — Aseguré mientras me sentaba en la mesa a esperar a que mi desayuno se sirviera solo. Papá se dió cuenta y me miró mal. Le sonreí y me convencí a servirme leche.

— Y ¿Quién es? — Pregunta. Ya había comenzado a investigar y es tan gracioso porque es muy malo con eso.

— Es Robbie, el chico de ayer. — Le dije.

— Hey, buen chico. Es muy educado y se ve que es divertido — Sonreí a sus comentarios. — Aunque apenas lo conoces, creí que irías con Derek.

— Sí, pero él no conoce a nadie. Además fue él quien me invitó. — Dije. — ¿Me podrás llevar a la escuela? — Le pregunté cambiando de tema.

— Sí, pero justo ahora. — Asentí para luego beber el contenido de mi vaso con prisa.

— Sólo me cepillo y subo. — Asiente mientras ordena su portafolio.

Hice lo último de rutina de la mañana y subí al auto. Papá me dijo que tenía permiso de usar su tarjeta por el día de hoy para ir de compras con Abby y que más tarde me recogería en su casa lo que agradecí ya que necesitaba hablar con ella de prisa.

De repente recordé algo así que revisé mi carpeta de trabajos. Los deseos de Robbie. Me entraba gran curiosidad por saber que pasaba por su mente y que era lo que deseaba. Me inquieté cuando papá volvió a hablar.

— ¿Le dirás a Abigail? — Pregunta en uno de los altos.

— Sí — Respondí enterada a lo que se refería. — Es mi mejor amiga.

— Bien, lo respeto. — Asentí y bajé la mirada. Cuando llegamos me despedí de papá y bajé del auto sin decir una palabra más.

Comencé a pensar en las posibles reacciones de Abby, me preocupaba que después de esto me tratara diferente, por más cliché que sonara las personas suelen hacer este tipo de cosas cuando saben que personas que aprecian pueden irse en cualquier momento.

— ¡Señorita McCartney! — A lo lejos escuché a la señorita Jones hablar ¿En qué momento ya estaba yo en la segunda clase? Tenía tantas preocupaciones en estos momentos que no podían afectarme y mucho menos en la escuela. Parpadeé un par de veces.

— Si, disculpe. — Murmuré intentando incorporarme y ordenar mi mente. Volteé un segundo a ver a Robbie y sus ojos verdes se iluminaron con preocupación.

— Distracciones fuera del aula. — Me dijo áspera. Viniendo de ella significaba mucho, es la maestra más dulce que alguna vez conocí, me sentí apenada por eso.

— Si, lo siento. — Volví a disculparme. — No volverá a ocurrir. — Fríamente volvió a lo suyo.

— ¿Estás bien? — Me pregunta Robbie.