Investigación Ψquica

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-Muy bien, la sospechosa está en este momento pidiendo el almuerzo junto con Teruhashi. Eso me favorece ya que puedo mirar esas 4 bubis al mismo tiempo.

-¿Eso es lo que te enseñan en el templo? Deberían volver a encerrarte otros tres días para expiar tus pecados.

-¿Pero no se te hace extraño que Teruhashi la haya invitado a comer tan de repente?- cuestionó la rubia quitándose los binoculares.

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-Gracias por acompañarme a almorzar. Estaba preocupada porque no sabía donde encontrar la cafetería, y olvidé mi almuerzo por salir corriendo. 

-No es ningún problema. Además, es lo menos que podía hacer por ti, ya que te lastimaste hace unas horas. 

-No te preocupes. Sólo fue un rasguño. Y mi pie ya casi no duele gracias al medicamento que me dio la doctora. Fue muy buena conmigo.

-Y tú fuiste muy dulce al salvar a esas avecillas y ayudarnos con el profesor de inglés. "Ni creas que me vas a engañar con ese acto de bondad falsa. Sólo querías ser el centro de atención"

-Ah, no fue nada. De veras. Que linda, aunque no hice nada importante.

Sabía que iba a pasar esto. Bueno, la escuche pensar cosas así en ambos incidentes, así que no me sorprende. No le gusta que la comparen o le roben la atención. Lo que me intriga es saber como va a reaccionar Karen a sus ataques.

Ambas llegaron a la barra y ordenaron una comida completa cada una. Al recibir los platillos, el cocinero les regaló, a Karen un camarón tempura extra, y a la peliazul una langosta entera, justo como cuando fue con Rifuta; la castaña solo se quedó viendo su plato, algo pensativa.

"¿Lo ves? Yo recibí algo mejor porque soy simplemente perfecta, y es inevitable que me den las mejores cosas ya que las merezco."

No es así.

-Oh, disculpe...

"Vaya, y encima piensas reclamar. Sabía yo que no eras tan linda como todos piensan."

Te equivocas.

-Me preguntaba si podría darme un poco más de camarón.

-¿Eh? Creo que te estás aprovechando de mi regalo, pequeña. -comentaba molesto el señor, y varios murmullos de desaprobación se escucharon a lo lejos cuando algunos comenzaron a ver aquella escena.

"Increíble, así de fácil deja ver su lado malvado. Creo que ahora todos saben quién es la mejor aquí."

Sigues equivocada, y resulta que ella es mejor que tú.

-Oh, no me malentienda. Es solo... que me sentiría mal de que yo tenga un camarón extra, mientras que mis amigos no. No sería muy justo. Y me gustaría compartirlos con ellos. Incluso estoy dispuesta a pagárselos para que no tenga problemas con ello. -De inmediato, la chica dejó la charola a un lado y sacó de su monedero un billete extra para comprar 7 camarones y se lo ofreció.- Puede quedarse con el cambio como agradecimiento.

-O-ofu. Al parecer tus amigos son muy afortunados por tener a alguien tan gentil como tú. Adelante. Tómalos como una bienvenida a la escuela. -dicho esto, le dio un plato con 7 camarones y una palmada en la cabeza, mientras que varios chicos se amontonaron a su alrededor asombrados. 

-Muchísimas gracias señor. Genial. Ahora podré compartirles a mis nuevos amigos. Será una grata sorpresa.

¿Ves a que me refería? 

-Ah, toma Teruhashi. -agarró uno con los palillos y lo puso sobre la langosta en el plato de la ojiazul con una enorme sonrisa - Para que tú también tengas uno extra. 

Kokomi solo la siguió con una venita en la sien al darse cuenta de su fallido plan. Fueron a sentarse al lado de Kaidou, Nendo y Aren, donde la joven sonriente repartió los camarones a sus amigos.

-Wow, casi se podría decir que es un ángel. -El pelimorado se sentó al lado de Kusuo, ya que su objetivo estaba a tres mesas de distancia y ya no había necesidad de realizar espionaje.

-Pues eso averiguaremos. Kusuo, desactiva tu aura por un momento. 

-Espero que sepas que no soy una lámpara. -y dicho esto, siguió indicaciones. No porque se lo hayan ordenado, sino porque también sentía curiosidad. La adivina esperó pacientemente unos segundos, hasta que lo miró molesta.

-Oye, te dije que lo apagaras. 

-Eso hice. Ya no debería verse. 

-Es raro... sigo sin ver auras... ¡a menos que...! -y sin completar su frase, salió corriendo del lugar, tardándose unos minutos en volver totalmente agotada.- Esto es increíble. Su aura es grande, aunque no tanto como la de Kusuo. 

-¿Eh?- preguntaron ambos.

-Es como un tercio más pequeña que la de Saiki y de lejos luce como una burbuja. Pero lo más increíble, es que parece estar compuesta de mariposas. Son miles y miles de mariposas dentro, y algunas se posan en los hombros de la gente. ¡De hecho, nosotros tenemos una en este momento! Y también está lleno de colores, como si fuera un tipo de discoteca, o una aurora multicolor, o que tuviera un arcoiris. 

-Suena a algo sacado de un cuento, o un manga... oh, espera... Bueno, no importa.

-Bien, es mi turno... ¡Oh, wow!

-¿Qué ocurre?

-Su guardián... es un lobezno.

-¿Lobezno?-Kusuo procedió a quitarse los guantes invisible y a usar su psicometría en Toritsuka y Aiura para que ella pudiera ver también. 

-Así es. Es un cachorro de lobo negro. ¡Y es tan lindo! Me recuerda al chihuahua de Kaido. Tiene suerte de tener a una protegida tan sexy... ¡Y aquí viene! Ven cachorrito boni... ¿Eh?

Aquel cachorro se acercó amenazantemente al pelimorado al oír lo que dijo de su "dueña", y con cada paso que daba, iba aumentando su tamaño, hasta llegar a convertirse en un lobo adulto de dos metros de alto, con feroces colmillos y enormes garras, tomando un semblante intimidante y que provocaba terror, haciendo que hasta el pelirosa se pusiera algo pálido por la sorpresa. El lobo se posó frente a ellos gruñendo y cuando estaba a punto de "morder" a Reita (recordemos que es un fantasma), escuchó la risa de la castaña a la que cuidaba, por lo que sólo le ladró como advertencia y regresó a su lado, volviendo a transformarse en un cachorro. Los tres quedaron paralizados por la sorpresa y comenzaron a inhalar profundo, pues su cuerpo había dejado de respirar en el momento de mayor tensión.

-... ¿Alguien más estuvo a punto de orinar sus pantalones? ¿O sólo fui yo?

-Yo casi muero del susto - la rubia contestó, juntando fuerzas para no desmayarse.

-Eso fue nuevo. - Saiki trataba de recuperar su color y eliminar el temblor de sus manos. 

-¡Hey, Kusuo! - Karen lo saludó a la distancia, se levantó con un plato en manos y llegó hasta ellos, dejándolo en la mesa con cuidado.- Ojalá te gusten, saben bastante bien. Vi que estabas con unos amigos tuyos, así que también pedí para ellos. Nos vemos en clase.

Y dicho esto, regresó a su lugar rápidamente, dejando a los tres con la vista sobre el plato. Tres camarones, uno para cada uno. El psíquico volteó a verla extrañado. Ahí estaba, riendo inocentemente, disfrutando de la compañía de los otros chicos, como una persona normal; muy común. Como si lo que acababan de descubrir fuera un sueño o una fantasía.

¿Qué más escondes?

Las desastrosas vidas de Saiki K. y Saiki K.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora