Paciencia de Ψquico: Parte 1

949 122 12
                                    

Hmmmmm, se han preguntado... ¿Cómo sería poder hablar con los animales? Si me lo preguntan... Me da curiosidad, y es una habilidad que podría difrutar en algunos casos, cómo platicar con mi pequeño amigo Hikaru; es mi mayor adoración. Pero escucharlos todo el tiempo... Sería deprimente. Oír los últimos pensamientos de un ratón o un pájaro antes de ser comido por un gato me dejaría encerrada en mi cuarto por una semana debido a la tristeza. Creo que lo dejaré así. De algún modo, no lo necesito para entender a mi pelusa café.
--------------------------------------------------
Bien, llevo películas poco conocidas, un paquete de gelatinas de café y té verde para acompañar. Con suerte, nada va a interponerse y evitar que pase mi fin de semana tranquilamente.

-TÚ... H-HUMANO...

Te detesto Dios.

Apenas abrió la reja de su casa se encontró con un perro café que lo miraba temeroso, con la cola temblando y las orejas bajas.

-Oh, hola Ku-chan. Karen salió con sus padres esta tarde y cuidaremos de su perrito.-al oír los ladridos, Kurumi se asomó a recibir a su hijo en la entrada.

-¿Y por qué no lo dejaron en su casa o se lo llevaron?

-Al parecer fueron a visitar a sus abuelos y el pobre se marea demasiado cuando viaja en carro. No saben si regresarán hoy mismo o mañana, y se me hizo cruel dejarlo sólo todo el tiempo, así que sugerí que podríamos hacernos cargo de él en lo que regresan.

-No me incluyas en ésto.

-¿Ni siquiera lo harías por pastel de fresas?

-...

-Karen nos regaló un poco como agradecimiento por encargarnos de Hikaru.

-...

--------------------------------------------------
Saiki observaba al perro mientras comía una rebanada del pastel en la mesita de su habitación y repasaba las instrucciones que le habían dejado para su cuidado.

"Kusuo.
Gracias por cuidar de Hikaru durante éste rato. Te dejo unas cuantas instrucciones para que les sea más llevadero a ambos, pues tengo entendido que no eres muy fanático de las mascotas.

1. Le tiene miedo a la gente. Pero si juegas un rato a atrapar la pelota con él, poco a poco te irá agarrando confianza."

-¿Q-qué planeas hacerme?- el cachorro lo miraba aterrado desde la esquina del cuarto. Para subirlo, tuvo que atraparlo con telequinesis porque salió huyendo apenas tuvo la oportunidad.

-Una opción es convertirte en un tapete, pero sospecho que si lo hago, acabaré muerto.

-¿Q-qué?, ¿P-puedes entenderme?

-Para mi desgracia, sí. -Hizo levitar una pelota y la lanzó al otro lado de la habitación- Según Karen, debo jugar contigo, así que ve por la pelota.

Hikaru se levantó corriendo para alcanzar el juguete, lo tomó, se subió a la cama del psíquico y se dispuso a morderlo.

"2. Le gusta subirse a las camas."

-Oh, no. Ni loco. -lo bajó de un empujón. Casi de inmediato, un olor penetrante llenó la habitación, provocándole náuseas al psíquico.

"3. No lo espantes, porque exprime sus glándulas anales y el olor es difícil de quitar. (Para mayor información, pregunte a su veterinario de confianza)"

Esto no puede ser peor

Apenas dió un paso, se topó con un charco que mojó su pie.

-L-lo siento. No pude aguantar.

"PD: También orina cuando tiene miedo."

Ahora la idea de hacerme un tapete no es tan mala.

Las desastrosas vidas de Saiki K. y Saiki K.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora