Inazuma History's

Diez

Afuro Terumi

Estaba en el punto más alto de la ira y la rabia se encontraba Terumi por una imagen que se filtró a su celular sobre Shuuya y una chica, aquello le molesto, pero lo que hizo que todo aquello se fuera al carajo fue él mismo.

—¡Lárgate! –no era lo que en realidad quería decir, pero fue lo que salió de sus labios.

Goenji no dijo nada, empuñaba con fuerza mientras su mandíbula tensa retenía todo lo que quería decir y hacer. Salió sin nada más que lo que tenía puesto, y no necesitaba de ahí algo ya que tenía su departamento en Japón.

Lanzó el vaso de cristal que tenía a la mano haciéndose al impacto añicos, se jaló el cabello y cayó de rodillas al suelo. Estaba mal, y lo sabía.

Últimamente estaba desconfiando mucho de su pareja por mensajes de desconocidos que le llegaban con imágenes del chico con una mujer atractiva y de buen carisma a simple vista.

¿Por qué dudaba de él después de todo lo que habían pasado antes y después de ser pareja? ¿Por qué no hablaban como antes? ¿Por qué deja que sus sentimientos de ira y frustración le ganasen y hablaran por él?

Lo quería de vuelta, decirle que lo sentía y contarle todo, pero no se movía de su lugar.
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El día estaba cubierto de nubes, el reporte de la mañana sobre el clima hablaron sobre vientos fuertes y lluvias por la tarde; servía su café de la mañana acompañado de tostadas con mermelada.

Goenji había salido temprano, vivían juntos en Corea en el departamento de Afuro desde unos meses, dos años atrás Goenji le pidió formalmente ser su pareja en frente de sus amigos cercanos.

Estaba feliz, aún si Shuuya salía por mucho por el trabajo con Hibiki y su lugar en el hospital, siempre que podía pasaba el tiempo con Terumi y llamando a Yuka, Nana y sus amigos.

Aquel día la pareja de Terumi había olvidado su celular, y no se dio cuenta hasta que sonó por la sala; de salida para llevarle el susodicho, llegó un mensaje.

Nos vemos en el lugar de siempre.

El remitente era de una mujer llamada Yun Gon Rin, le extraño pero para ese momento no le dio mucha importancia y se fue.
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—¡Qué horas crees que son estas de llegar Goenji! –le reclamó Uribe golpeándole la espalda mientras él se dirigía a la habitación guiado por Haruna quién se disculpaba por el comportamiento de Rika.

En la habitación estaba Kudou con su seriedad cruzado de brazos sentado en una silla, Yuki junto a Touko y Natsumi con Fuyuka que la miraba más desganada de lo normal.

—Tanto tiempo sin vernos –sonrío Tachi saludándolo, aquel correspondió al gesto teniendo a Rika aún detrás golpeándole.

Una mirada a Kudou bastó para comunicarse lo que debían, un asentimiento de cabeza y dirigirse a Fuyuka.

Una charla rápida con Natsumi y luego quedaron solo el padre y paciente con el chico. Comenzó por checar signos y hacer preguntas de rutina, algunas de las cuales Michiya respondía ante la falta de verdad en Fuyuka.

—Pediré una ambulancia y que te reserven un cuarto, análisis de sangre y orina como una ecografía –mensajeaba Goenji a su secretaria y padre para que le ayudase ahí en Japón, ya que el estaba de base en Corea pero pidió un tiempo de traslado por Fuyuka a Japón.

—No quiero que Akio...

—Lo se, ya Kudou me informó ¿por qué?

Fuyuka bajo la mirada —quisiera pensar que... estoy embarazada y no otra cosa... –dijo con las manos en su vientre y voz cortada.

Quedando delante de ella sentado en la cama, le sujeto las manos —no le diré, pero, no guardes esto por mucho tiempo, o será demasiado tarde.
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Otra vez esos mensajes...

Esas fotos...

¿Quién era y que quería ese tipo? ¿Dinero? ¿Chantaje?

Apretó el móvil con fuerza y lanzó a los sillones, no quería ver más. Hace días que Shuuya sale temprano de casa.

—¿Todo bien? –cuestionó el de orbes carmín.

—Tengo que hacer el reporte de una paciente y con Hibiki ir a reuniones del consejo –dijo tomando un sorbo de café.

Así era, el hospital y el fútbol consumían a Goenji más de la cuenta, pero...

—Shuuya... agh... –gemía Afuro rasgando la espalda del moreno quien le embestía con fuerza mientras devoraba su cuello y pezones.
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—Seiya lo envío especial para ti –dijo Aki colocando delante de su amigo un bento con variedad de comida —"no está bien que siendo un médico no te alimentes como se debe" –citó las palabras de Tobitaka.

Sonrío —muchas gracias.

—¿Siguen mal tú y Afuro? –asintió —deberías decirle. Lo de Akio y tú...