Capitulo O8

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Maratón 1/3

Se le quedo mirando largo rato, esa chica le recordaba a la princesa Anne pero sería imposible, ella tenía el cabello de otro color, más delgada y no usaba lentes además  Anne vivía en Paris era lo que tenía entendido, no que estuviera viviendo bajo su mismo techo como sirvienta de solo pensarlo parecía una locura.

—   Te pareces tanto a…— las palabras le salieron de la boca.

—   ¿Puede soltarme? Tengo otras cosas que hacer—No quería que Matthew terminara la frase por su cara había reconocido su parecido, no podía decirle la verdad todavía no.

—   Claro—soltándole el brazo—puedes retirarte, gracias por el desayuno.

—   De nada, Majestad— le hizo una reverencia antes de salir del comedor llego a la cocina nerviosa, Matthew estuvo a punto de descubrirla estaba segura que iba a decir que su nombre de princesa estuvo tan cerca pensó mientras respiraba profundo.

—   ¿Qué paso?—le pregunto Andrea.

—   Nada, todo bien.

—   ¿De verdad? Pareces nerviosa—Frunciendo el ceño.

—   Imagínate no es fácil trabajar para el Rey.

—   Es cierto los primeros días son así.

—   Por cierto, la broma estuvo buena.

Las chicas comenzaron a reírse.

—   Siempre la hacemos solo por diversión y verla la cara de susto a las nuevas, pero con el tiempo se ha vuelto un poco difícil nuestro Rey sabe de la bromita— le explico riéndose, Violeta.

—   Ustedes son malas—riéndose con ganas, no lo había hecho desde lo que había pasado con su padre.

Matthew se fue a su oficina para trabajar en unos proyectos de construcción pero no podía concentrarse recordaba a Anne preguntándose que había sido de su vida, se la imagino casada con hijos enamorada de un hombre que la hacía feliz, por un tiempo se había sentido culpable por la forma que la había tratado hace 10 años, sino hubiera ocurrido los de sus padres, fueran ido a la cita y ahí le iba a pedir que fuera su novia pero era algo que había quedado solo en el recuerdo.

Matthew llego mas tarde a su castillo, se metió a darse una ducha de agua fría todo el día había estado pensando en aquella empleada nueva, había algo en ella que lo cautivaba no sabía si es su dulce mirada o su voz tan serena pero no podía sacársela de la cabeza.

Anne término de cambiar las sabanas de los demás cuartos ahora le tocaba el turno a la de Matthew, toco la puerta para saber si estaba ahí pero nadie respondió así que entro.

—   ¿Permiso?— no vio a nadie así que se dispuso hacer su trabajo, quito la sabana de la cama observo con curiosidad su cuarto, prácticamente todo era de color caoba y tomo una de las almohadas pudo sentir el aroma de su colonia, se subió en la en ahorcadillas  para arreglar el cobertor, cuando precisamente  Matthew salía del baño, la miro en aquella pose tan implícita ¿esa mujer como podía seguir provocándolo?

—   ¿Qué haces?— La voz de Matt la sobresalto y se levanto de la cama, lo miro de arriba bajo  llevaba solo una toalla alrededor de la cintura.

—   Yo…Yo…estaba arreglando su cama… Pero ya termine, disculpe de verdad toque y nadie contesto—Nerviosa por estar en una habitación con él y de paso esta casi desnudo enfrente de ella.

—   Estaba duchándome—le dijo mientras se secaba la cabeza con otra toalla.

—   Ya veo, mejor me voy para que se vista—no dejaba de mirarle su cuerpo no podía negar que ese hombre hacía ejercicios aunque es mejor salir de antes de cometer una estupidez, se encamino hacia la puerta.

—   No te vayas, Anne— tomándola del brazo— ¿Puedo hacerte una pregunta?

—   Si— pérdida en sus ojos grisáceos.

—   ¿Tienes novio?—Sonrió.

La pregunta la dejo algo confundida.

—  No ¿Por qué?

—  Una mujer tan bella como tu ¿Sin novio? No puedo creerlo— Su sonrisa se engancho mas—Yo estaría dispuesto a cortejarte sin problemas.

Anne  las mejillas se le pusieron rojas y sonrió con timidez, la estaba coqueteando en paños menores ¿En serio esta ocurriendo esto? Apenas lo vio esta mañana y ya Matt esta haciéndole propuestas indecentes, entonces todos los rumores que decían que es un playboy son ciertos.

—  No entiendo porque me dice eso, es mejor que salga de su cuarto además está desnudo.

—  No estoy desnudo—Señalándole la toalla— ¿Te gustaría que lo estuviera?— “Dios mío, claro que me gustaría” pensó mientras su corazón parecía salirse del pecho.

—  ¿Hace esto con todas sus empleadas, Alteza?—Quería sonar como si estuviera molesta pero no le salió muy bien.

—  No, solo con las que me gusta—Estaba cada vez más a centímetro de su boca podía sentir su aliento.

—  Usted tiene una pinta de ser un mujeriego pero le advierto que yo no voy a caer en sus jueguitos, así que apártese no importa que sea el Rey.

—  Así me gusta que sean las mujeres sinceras, vamos Anne en la forma como me miraste en el comedor no te soy indiferente se perfectamente que sientes algo por mi por eso te pones nerviosa cada vez que me tienes cerca.

—  Es mentira— obvio que es verdad pero no iba confesárselo no le daría el gusto.

—  Vamos a ver si es mentira después de esto—La beso en la boca pero solo por unos segundos, se aparto de ella y la miro de forma extraña.

Podía jurar que la había besado antes,  se paso la mano por la cabeza sin conseguir explicación.

—  ¿Qué pasa?—le pregunte Anne aun sorprendida que la besara pero también por su cara de confusión.

—  Me vas a creer loco pero sentí como si ya te hubiera besado antes.

Anne no sabía que decirle, solo evito mirarlo a los ojos se mordió la lengua para no confesarle la verdad.

Una Princesa Fugitiva.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora