Un Amor de infancia

Coincidencia del destino.

Un día común y cualquiera... ese día yo pensé que iba a ser un día normal, un día en el que no iba a pasar nada interesante, el día transcurría... y pues si, no sucedía nada fuera de lo normal, el tiempo estaba congelado, parecía que las manecillas del reloj avanzaban después de haber transcurrido 1.560.900 segundos  para que fuera ¡un minuto!; El salón lleno de fantasías bagas, el profesor de literatura contando las historias de su vida en vez de estar hablando de libros y escritores famosos como Edgar Alan poe, Agatha Chiristie o Gabriel Garcia Marquez y muchos mas, pero ¡NO! Una materia tan interesante no puede interrumpirse para contar la anécdota de la vida de nuestro profesor, a todos les vale un culo del tamaño del espacio su vida pero lastimosamente no es posible decírselo. En fin, las clases pasaron y llego la hora de salida, que para mi es el ¡paraíso! ¡La libertad!.

Caminaba por la calle mirando al piso, no me gusta mirar al frente excepto cuando estoy cruzando una calle, tengo 13 años y pues llevo una vida normal como estudiante de secundaria, tengo mis amigos y mis problemas, James, el chico que me robo el corazón y que después lo puso en su lugar pero destrozado y con vidrios rotos, el chico que me lastimo y que al mismo tiempo yo lo lastime, nos lastimamos mutuamente pero eso ya da igual.  Ese chico vive en la misma casa, en el mismo barrio igual que yo. 

Llegue a mi casa muy cansada y con un hambre canina, llame a la puerta y como era de esperar mi hermano pequeño de 2 años y medio aparece y con una sonrisa me entrega las llaves de la casa. Mi madre no me abre porque a esa hora ella esta ocupada en el oficio, entro a la casa, doy un abrazo y un beso a mi hermano y después doy un beso en la mejilla a mi madre para que después esta me pregunte como me ha ido en el colegio y si me he comido mi merienda.

Me quito el uniforme y me pongo mi ropa de estar.

- Hija, ¿podrías ir a la tienda? necesito unos huevos, una manzana, una pera y unos condimentos, mira- Extiende su mano con la nota y el dinero.

- Vale madre, ahora vuelvo- . Sali de la casa y me fui a la tienda, a lo lejos pude notar que la tienda estaba abarrotada de gente y que me iba a demorar mucho para comprar solo unos huevos.... <no lo mal-pienses chica>, unas peras y.... ya no me acuerdo. Bueno no importa, tengo la lista anotada en un papel. Como la tienda estaba llena decidí ir a otra tienda que estaba mas alejada pero casi siempre se mantenía vacía. 

Rato después............

Se estaba haciendo tarde así que apresure el paso, pero el olor al helado recién destapado que provenía de una casa que al parecer vendía helados me llamo la atención, así que entre a comer helado, habían de muchos tipos y sin notar, el tiempo había pasado volando, ya eran las 7:45 pm. Pague la cuenta y salí corriendo a toda velocidad en dirección a mi casa, el camino ya estaba iluminado por lo que sospeche que ya era tarde.

Mientras llegaba a una esquina vi a un grupo de chicos y chicas, me asuste pero seguí adelante. < Dios que no me vayan a violar, por favor no> de repente el cansancio llego y no me dejo correr mas, estaba caminando delante del grupo de chicos y chicas que estaban riendo y no se que mas, cuando una mano aparece frente a mi cara, mi vista se hizo negra, una voz llego a mis oídos. 

- Hola preciosa ¿quieres unirte?  la pasaras genial,  veras este mundo de forma diferente.... Ven ven-

Trate de apartar las manos pero me tapaban con fuerza, le di un golpe en el estomago al chico que me agarraba, este de inmediato me soltó en quejidos de dolor.

- No gracias, así como estoy, estoy bien.-

-Perra-

Trate de correr pero otro chico me había obstaculizado el paso. - ¿a donde crees que vas? después de golpear a mi amigo de esa forma ¿piensas irte? ¿así como si nada? eso no...-

El chico al que había golpeado estaba dispuesto a pegarme... estaba en problemas. El chico desconocido había alistado un puño, cerré mis ojos para recibir el impacto, llevaba varios segundos esperando pero no pasaba nada, abrí mis ojos para ver que estaba pasando. Un chico había evitado que me golpearan. Los demás adolescentes estaban furiosos y lo llenaban de preguntas y de quejas, el lo único que hizo fue girarse hacia mi para decirme con una sonrisa que me fuera.

- vale, gra-. Fui interrumpida, el me había dado un pequeño empujón para invitarme a salir corriendo de aquel lugar y yo sin pensarlo dos veces salgo corriendo, las quejas aumentaron hasta el punto de escucharlos mientras corría. Todos decían sus quejas al mismo tiempo, por lo que era muy difícil entender lo que decían. Pero por un milagro de Dios entendí una frase. "¿Por que la dejaste ir James?" Al escuchar esas palabras me detuve y me voltee a ver a James, para comprobar que si fuera el, pero no puede asegurar nada, no logre verle bien, seguí corriendo, 10 minutos después llegue a la casa echa migajas. Mi madre me interrogo pero logre salir invalida, le había mentido a mi madre, pero no hice nada malo simplemente fue un accidente, simplemente fue una coincidencia del destino.