Hawks se recuerda de pequeño llorando entre sus sábanas con el estampado de su héroe favorito, que a diferencia del resto de niños no era el amado All Might sino el sujeto que llevaba encima las llamas ardientes de su determinación : Endeavor. Pero no sabe exactamente porque siempre lloraba en las noches.
Tal vez lo hacia para que nadie le preguntara el motivo de sus lágrimas, para que sus amigos no se burlaran, para que su madre no se preocupara, no lo recuerda.
Quizás el motivo de esas gotas bajando por sus mejillas eran el sufrimiento que cargaba su madre en su espalda, el que sus alas estuvieran rotas y ya no pudiera salvar vidas la deprimían al punto en que él solamente la veía en las comidas, luego, muy pesadamente, se dirigía a su habitación a la espera de que su marido llegara contando con entusiasmo las hazañas que tuvo que hacer para vencer villanos y salvar personas.
Su padre le decía : no te preocupes, Hawks, mamá volverá a ser la misma de antes. Y se preguntaba como era su madre antes de caer en esa terrible depresión, porque con el tiempo sus memorias fueron degradandose y tiene vagos recuerdos de su infancia, pero a duras penas la vislumbra con una sonrisa y abrazándolo mientras le llama ángel, el ángel que ilumina sus días y alegra incluso los más tristes.
Por ello se convirtió en un héroe, para que su madre lo viera y sus días fueran felices otra vez, para volver a verla sonreír como antes y que nuevamente le llamara su ángel, pero su cometido nunca se logró.
Ella cedió ante sus penas y falleció. Recuerda a su padre abrazando el cuerpo frío de su madre, pidiendo perdón por algo que no comprendía porque él se perdía en su propio llanto, vio las últimas lágrimas de su madre caer hasta fundirse en sus labios resecos y partidos. Aunque extrañaría a su madre, como todo niño normal haría, estaba feliz por su muerte, no lo vayan a malinterpretar, pero lo único que hacia su madre era ahogarse en el sufrimiento y el dolor, por eso estaba feliz, ya que, así su madre no estaría triste y no sufriría en la penumbra de su habitación.
Ahora Hawks también lloraba, silenciosamente se echaba en el sofá y encendía la televisión. ¡Ahí estaba! Endeavor era seguido por una cámara mientras derrotaba y protegía a los civiles. Y entonces una lágrima se desliza por su mejilla al recordar lo que hace a espaldas de él.
Odiaba el olor a ceniza en su ropa porque le recordaba lo que estaba haciendo con la sucia Liga de Villanos.
Ya no sabia si realmente podía llamarse héroe cuando estaba apuñalando lentamente por la espalda a uno de sus colegas.
Quería pedir perdón, contarle todo a Endeavor para librarse de la culpa que esconde tras la expresión relajada y la sonrisa ancha en sus labios, quiere, pero no puede. Lo único que le queda es esperar por ese día y confiar plenamente en las habilidades del héroe No. 1 porque, aunque sabe que Endeavor es capaz, no puede evitar sentir miedo.
Miedo de verlo morir.
Miedo de ser el culpable de la muerte de Enji Todoroki.
Miedo de perderlo.
No quiere perderlo, no sabe si como héroe o como algo más, entonces desde su estómago surgen cosquilleos que lo confunden y lo hacen querer llorar con más fuerza.
Se da cuenta de que tal vez no lo ve solo como un héroe o amigo, que los días que pasan juntos, las noches que miran el cielo estrellado, empiezan a significar algo más para él. Y otro miedo aparece.
Miedo a ser rechazado.
Endeavor no estaría con un mocoso como él, está casado y tiene cuatro hijos, no puede arruinar su reputación con algo tan estúpido como el amor, y menos con un amor que ni siquiera corresponde.
Se supone que son amigos o compañeros, quizás solamente colegas, pero no puede evitar querer estar a su lado para no sentir esta culpa apretarle el estómago. Lo quiere a él.
Otra vez las lágrimas amenazan con surcar sus mejillas, pero una alarma en su celular lo distrae y corre hacia el balcón donde —sin pensarlo dos veces— se deja caer.
El viento lo abraza y justo antes de destrozarse el cráneo contra el asfalto sus alas se extienden y se eleva con magnificencia hacia el cielo, como un ángel que quiere volver a su reino y dejar el mundo de los mortales donde solo esta haciendo daño.
Sobrevuela los edificios hasta que llega a la zona donde nació y creció junto a su padres. Ve la casa azul y empieza a contar. Llega a diez y la ve, desciende lentamente y ahora lo divisa a él.
Sus ojos se encuentran con los topacios que se enfuruñan contra él, pero ahora las cejas alzadas de Endeavor expresan confusión.
—¿Por qué lloras? —pregunta. No sabe que responder.
El alado se sostiene en la baranda donde Enji apoya sus brazos y vuelve a sentir las lágrimas mojando su piel.
—Lo siento, Endeavor —murmura esperando que él no lo escuche.
Su cuerpo parece moverse por instinto, se deja caer hacia delante con los brazos extendidos y se aferra al cuello del flameante héroe con fuerza. Otra vez tiene miedo.
Miedo de no volver a ver el cielo estrellado con Endeavor.
Miedo de no sentir el calor de sus llamas.
Miedo de lo que le espera próximamente a su héroe.
Las grandes manos de Enji lo reciben toscamente, una de ellas posada en su espalda baja y la otra en su cabeza.
Se siente tan pequeño junto a él, tan minúsculo e insignificante, que le da vergüenza y sus mejillas enrojecen.
Las llamas perecieron paulatinamente hasta que todo se volvió absoluto silencio.
Hawks levanta su rostro lloroso y mira la expresión mesurada que carga Endeavor. Aún sin sus llamas siente un calor abrazarlo y reconfortarlo, como si dijera : no te preocupes porque ahora yo, Endeavor, estoy aquí.
—Es mi culpa... —la voz solloza otra vez le hace eco y ahora sus labios se acercan hasta tener contra ellos los ajenos.
Un beso sin consentimiento que llega a los labios de Enji, perplejo aparta al joven entre sus brazos y frunce su ceño sin saber que está ocurriendo.
Hawks sonríe y desaparece haciendo uso de sus emplumadas alas. Enji pasa el dorso de su mano por su boca, limpiando la fechoría cometida por su alado compañero, pero no puede hacer desaparecer ese sentimiento extraño que le hizo palpitar el corazón con fuerza, parecía querer hacerse paso por la garganta para huir como un cobarde por su boca.
—¿Que hiciste, mocoso?
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Ángel || EndeHawks
Fanfic«Enji Todoroki necesita más que un rayo de sol para iluminar un poco su ensombrecida vida y es cuando cierto personaje hace presencia con su sonrisa que parece brillar por sí misma, junto a las alas que nacen en su espalda y le indican que se trata...