Camino

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Me caí tantas veces, que sólo sé tropezar.

Me tropecé tanto, que sigo enredándome con mis propios pies.

Mis pies tienen tantas lastimaduras que las curitas no alcanzan.

A veces, es tan fácil salir herida que no son necesarias las adivinanzas.

Y aun así,

después de caer,

una se levanta con tantas ganas, con tanta fuerza,

que parece imposible que algo pueda detenernos.

Que nada te detenga.

Nunca.

Tan humana que dueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora