Capítulo 15: Despedidas y proposiciones

56 9 21
                                    

POV Shana

Tras una larga sesión de besos, nos separamos en busca de aire. Él bajó a mi cuello entonces, jugueteando y plantando besos por toda la zona.

-Ups – dijo él de repente

-¿Qué pasa? – pregunté

-Oye sabes, igual deberíamos comentarle a los demás que estamos saliendo. Hacerlo oficial y eso – una sonrisa en su cara

-A ver si adivino, me has dejado una marca en el cuello, ¿no?

-...un poco

Solté una gran carcajada

-Bueno, ahora estamos a mano – comenté – Yo también te lo hice hace unos días así que...

-Ahora entiendo las risitas en los entrenamientos – contestó rodando los ojos, ante lo cual yo me volví a reír

-Igualmente, creo que tienes razón. Deberíamos hacerlo oficial. Además, eso ahuyentaría a los buitres – casi susurré esto último

-¿Buitres? – preguntó curioso – ¿Qué quieres decir?

-Quizás, desde hace algún tiempo a esta parte me están llegando...proposiciones matrimoniales – enarcó una ceja – Sospecho también que el Conde Alain de Rialto no está haciendo una mera visita formal.

Hablar del Conde trajo un recuerdo. Mierda. Había concertado una cita – a la que nunca acudí – con él en los jardines. Me llevé las manos a mi cara en un gesto de frustración. Dándole un beso rápido en forma de despedida y una vez que lo abracé fuerte – aprovechando para inspirar su olor – me levanté, desperté a mis lobos y me marché corriendo. Llegué más rápido de lo esperado y escaneé la zona en busca del Conde. Lo encontré sentado en uno de los bancos, y me acerqué rezando porque no haya estado esperando mucho tiempo.

-Con...Alain – corregí recordando la conversación de esta mañana – Siento mucho el retraso

-No te preocupes, entiendo que los deberes de una Inquisidora toman mucho tiempo

"Si tan solo supieras lo que estuve haciendo" pensé. Sonreí educadamente a su comentario.

-Si mal no recuerdo, quería decirme algo – afirmé

-Estás en lo cierto pero por favor, acompáñame – y me ofreció su brazo

-Como usted quiera

Estuvimos paseando mientras charlábamos. No lograba entender el propósito de concertar una cita conmigo simplemente para hablar de cosas poco importantes y superficiales. Conforme íbamos hacia el gran salón, donde había demasiada gente reunida para mi gusto, la conversación iba adquiriendo un tono que no me gustaba.

-Por eso Shana – comentó él sacándome de mis pensamientos – quiero pedirte matrimonio – y se arrodilló

Me quedé ahí, pasmada, completamente en blanco mientras toda la gente de la sala nos rodeaba. De pronto recordé quienes eran: nobles, altos cargos, personas de la Capilla...Sabía lo que estaba haciendo, estaba jugando al Juego aquí, conmigo. No podía dar crédito. Un paso en falso supondría menos influencia para nosotros y mala fama, así que tocaba arriesgarse.

-Oh, pero que bromista que es usted Conde Alain – dije riéndome – No debería de hacerle esas bromas a señoritas que están en edad casamentera, podría ser malinterpretado ¿sabe?

Él intentó hablar aunque yo fui más rápida.

-Venga levántese, no querrá ensuciarse su traje, ¿cierto? – seguí riéndome suavemente mientras la gente que nos observaba empezaba a acompañar mi risa – Mande saludos a su prometida de mi parte y dígale que va a tener un esposo de lo más divertido. Ahora deberá disculparme, el deber me llama – e hice una elegante reverencia.

Gracias al HacedorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora