Argumento.
Nadie nunca la amó en su vida.
Nadie nunca se preocupó de ella.
Nadie nunca la cuidó debidamente.
Nadie nunca formó parte de su familia.
Y su familia constaba básicamente de ella y Loke, su gran pastor alemán que tenía su misma edad.
Aura, sólo Aura creció toda su vida en medio de la nada.
Abandonada al nacer, ella fue mandada a un orfanato los primeros años de vida…para luego escapar y vivir en la misma mierda.
Maduró a temprana edad y aprendió todo lo que necesitaba para subsistir sola. No tenía ninguna pertenencia que la atara a un lugar, por lo que a veces se la podía ver dormir en un parque, en una pequeña calle escondida entre edificios o a veces en las playas o puentes.
Aura caminaba por las calles de Chicago con su bolso que contenía algunas prendas de vestir, a su lado Loke la cuidaba y eso le bastaba a sus diecisiete años.
Aunque su día a día no fuera planeado, sino más bien espontaneo, sabía perfectamente que hacer cuando cumpliera la mayoría de edad. Tenía una meta y la cumpliría.
Pero, ¿Interferiría en sus planes ayudar a cierto castaño en estado de ebriedad?
Allan Cauffman era un estereotipo de joven normal. Diecinueve años de puro estilo, jovialidad y peligro.
Allan no puede reprimir devolver aquel favor después de volver a estar cuerdo.
¡Le había salvado la vida!
¿Único problema?
Ella no quiere ningún favor de él, ni de nadie.