Capítulo Dos

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Capitulo Dos

Menudo loco

Estar caminando de un lado a otro siempre me hacía participe de saber cómo funcionaban las cosas aquí. Me hacían prevenir de todos los riesgos que era vivir en la calle. 

Como siempre en toda ciudad, había peligros que acechaban a las personas. La calle era un lugar de día, pero otro de noche. Al hacer la luna presencia todos los malos cuervos salían al ataque. Las personas que andaban por las calles, debían tener cuidado al caminar, porque los ladrones estaban a la orden del día, o mejor dicho de la noche.

Yo sabía cómo cuidarme de todos aquellos idiotas, de aquellos maleantes que no encontraban nada mejor molestar a las personas. También estaban todos los otros vagabundos que también caminaban y buscaban lugares para dormir así como yo lo hacía. Según su rostro y su aspecto-que casi nunca era bueno-, yo podría darme cuenta de que clase de personas eran, buenas, alcohólicos, drogadictos, etc. Generalmente me alejaba de todos aquellos, sabía que sólo por el hecho de ser mujer y más aún, una adolescente estaba totalmente expuesta a que ellos pudieran atacarme o molestarme. Prefería prevenir y correr lo más lejos que pueda de ellos.

Así lo había hecho desde pequeña, escondiéndome en callejones, tras árboles, en cabinas telefónicas, o cualquier otro lugar donde yo cayera y ellos no me vieran.

Yo sabía cuidarme de la calle, y sabía que no me podrían hacer nada teniendo a la maquina bestial de Loke a mi lado. 

Se estaba haciendo tarde, podía notarlo en el cielo y en como los bellos de mis brazos se erizaban al recibían la brisa del viento a mi favor. Saqué la capucha de mi mochila y me la puse, aunque en el día hiciera un calor del demonio, por la noches salía un viento aterrador. Si refrescaba y era un gusto sentirlo, pero si yo me mantenía desabrigada en cuanto solía, podía agarrarme una gripe o algo así y no podía darme el lujo de aquello. No tenía salud pública, no tenía identificación, no tenía nada de lo que me sirviera para recuperarme por lo que nuevamente era mejor prevenir.

La vida me había enseñado a ser preventiva y resguardar todo lo que tenía.

El miedo no era parte de mi vocabulario, luego de tantos años vivir por aquí, yo habría aprendido que el miedo era algo que sólo existía en nuestras mentes, con algo que se llamaba valentía uno podía combatirlo, y ¡Mierda que había que tener valentía para dormir en la calle!

Sin darme cuenta y suponiéndolo claramente, el tiempo había avanzado rápido, era tarde y las tiendas comenzaban a cerrar. Aquello era mi alarma para empezar a buscar un lugar donde dormir. Como no tenía un reloj, ni nada que me dijera la hora, yo tenía que tomar aquello como referente. Además el parque Lincoln estaba bastante lejos de aquí como para ver la hora en el reloj gigante que había allí.

-bien Loke estoy muy cansada amigo, creo que dormiremos por aquí cerca-acaricié su cabeza y seguí caminando mirando hacia todos lados.

En cada callejón que encontraba debía pasar de largo, pues ya estaba ocupado por alguien más, o estaba repleto de basura y joder si no hubiera lavado mi ropa, no dudaría en dormir allí.

Caminé bastante debo decir, lo noté en cuanto me di cuenta que las tiendas habían desaparecido de mi vista. Estaba andando bastante rápido, quería dormir ya.

En cuanto vi una abertura entre los dos edificios más grande de esta calle, no dudé ni un segundo en correr hasta allí y sólo pude respirar tranquila en cuanto vi que no había nadie allí, ¡ni si quiera un mísero bote de basura!

-hoy es nuestro Loke-me metí en la abertura-adelante  a nuestro dulce aposento-carcajeó y mi perro ladró.

Miré hacia ambos lados y nadie me estaba viendo, aunque realmente no me importaba mucho que me mirasen, sólo lo hago para resguardarme.

Emociones ClandestinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora