Cap 2- RECUERDOS Y EXPLICACIONES

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*Jin POV

Mi primera impresión había sido la misma que había tenido la última vez que había visto a YoonGi, era un lobo solitario.
El señor Hyung Dong no era una mala persona, su olor me decía que era amargado y desdeñoso, como cualquier persona mayor que viva sola, pero no era malo, había bastado una básica explicación de mi incierto parentesco con YoonGi para que me dejara entrar en aquel pequeño departamento, porque eso era en realidad, solo un pequeño y no tan acogedor departamento no como los que estaba acostumbrado a visitar.
Recorrí el departamento con la mirada mientras depositaba a Suni sobre una de las maletas, sus crías eran aún muy pequeñas para estar solas y por supuesto, no iba a abandonarlas en Gwacheon.
- ¿Estás seguro que al señor Min no le molestara?- pregunto Hyung Dong algo inquieto y desconfiado.
- Claro que no- conteste yo minimizando sus preocupaciones- prácticamente somos hermanos- dije intentando creérmelo yo mismo, ya encontraría luego la manera de que YoonGi no me echara.
El hombre se había retirado dejándome solo con Suni, comencé mi expedición, en busca de algo que me indicara la presencia de una mujer o algún compañero romántico de YoonGi, porque eso complicaría las cosas. Pero al parecer no había nadie más viviendo ahí, en fin, tal vez él tendría una novia o algo así. YoonGi nunca fue apegado a la familia, siempre estaba viviendo solo por ahí y solo lo veían en ocasiones, en raras ocasiones, como la boda de Tae y Hoseok o el cumpleaños de HyeKyo.
De las dos habitaciones, solo una parecía habitada. Era la más grande, por lo menos más grande que la otra y tenía una cama grande, estaba hecho un desastre, igual que el resto del departamento. Había ropa tirada por todas partes y era lúgubre, esa habitación tenía un balcón, pero estaba cerrado. Mi nariz fue invadida por su fragancia de menta y roble, la fragancia de un alfa fuerte, lance un suspiro, pero porque lo hacía, quizá solo fue por los viejos tiempos donde jugábamos todos juntos y no todo era complicadamente adulto.
Ansiaba el aire fresco, así que abrí las puertas de madera dejando pasar el aire, de inmediato me arrepentí, el desastre era peor con la luz, era como entrar a una casa abandonada.
Estaba examinando detenidamente la ropa del armario, cuando escuche voces, me quede estática en el piso. Mi corazón golpeaba contra mi pecho, amenazando con salir de el sin previo aviso, era YoonGi, había regresado ya.
Intente arreglar mi cabello, no debía de verme tan mal, yo nunca me veía mal después de todo. Salí de la habitación y ahí estaba él, dándome la espalda y con algo en sus manos, caminaba con decisión hacia la puerta cargando la sombrerera con mis amados gatitos.
Me apresure hacia él y se la quite sin siquiera verlo.
- SeokJin...- su voz fue como un murmullo, como un eco entre montañas
La piel de mis brazos se erizo y camine con más cuidado, volví a colocar a Suni sobre la maleta y tras respirar profundo, me volví para encararlo.
Ahí estaba él, más alto que yo por algunos centímetros y más fornido de lo que recordaba, no era un sujeto que podría considerar robusto, era más bien era alguien bien constituido, sus brazos y piernas torneadas indicaban que se ejercitaba, al menos eso dejaba ver a través de aquella camisa blanca que traía puesto y esos jeans negros algo ajustados. Cuando éramos aun niños mis hermanos decían que tenía tiernas débiles y que quizá jamás eso cambiaria, de adolecente y una de las últimas veces que lo vi seguía siendo alguien que consideraríamos flacucho y escuálido pero que demolería a golpees a cualquiera, quizá por eso nadie se metía con él, su apariencia engañaba y él en las travesuras siempre nos cuidaba aunque se hacia el desentendido, ahora traía el cabello rubio y más largo de lo que alguna vez, sus ojos estaban rojos delatando que no había dormido bien en siglos y en su piel ultra clara siendo igual, siempre combinando con su expresión entre malhumorada y desinteresada.
- ¿SeokJin?- pregunto de nuevo mirándome con algo de incredulidad
- Hola YoonGi Hyung- intente que mi voz sonara normal, una cosa era que mi atolondrado estomago estuviera repentinamente invadido por mariposas y otra muy diferente que estuviera bien sentir aquello o que a él le importara, porque esa era la realidad.
Nos quedamos muy quietos durante un largo rato, su rostro no mostraba una expresión en específico pero yo sabía de antemano que no le iba a agradar la idea de tenerme ahí.
- Su hermanito dijo que estaba bien que yo lo dejara entrar- Hyung Dong dijo apareciendo en la puerta.
YoonGi se llevó una mano a la frente, echándose el cabello para atrás, tenía los ojos muy rojos y había unas profundas y marcadas ojeras bajo ellos, pero aun así, seguían siendo preciosos y para mi brillaban cansados pero brillaban.
- Él no es...- freno su declaración y tomo otro rumbo- muchas gracias Hyung Dong, yo me encargo ahora.
Fue hacia el hombre que se quedó atónito y prácticamente lo saco del departamento, me senté en el sofá, contemplando como Suni bañaba a sus crías, metí un dedo dentro de la sombrerera y acaricie una de sus orejas, de inmediato comenzó a ronronear.
YoonGi ingreso y se puso frente a mi, no me miraba, tenía los ojos cerrados y parecía muy pensativo.
- Bien- me puse de pie en un salto- ¿Dónde voy a dormir?

DESTINADOS (YoonJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora