Cap 7- PRIMER BESO Y SU REGRESO

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Jin POV

- Suni! - la llame de nuevo esperando que estuviera por ahí - Suni!
Estaba seguro de haberla escuchado maullar desde mi habitación, ella había regresado, estaba ahí seguro.
- Suni! -mi voz se quebró esta vez.
Me frote los brazos luchando contra esas ganas de ponerme a llorar, era como si una mancha oscura se cerniera sobre mi y me cubriera por completo, como si a nadie le importara que esas sombras me tragasen vivo.
Ella no volvió a maullar por mas que la llame, así que me senté en el piso, recargándome contra una de las paredes, por primera vez me di cuenta de lo pequeña que era esta ciudad. A lo lejos mire un pequeño templo con un decorado bastante parecido al de Busan, que tan lejos estaría de aquí Busan?
Mi tío HyunJoong siempre me había consentido mucho, cuando niño el solía llevarme muchos regalos y darme muchos dulces, recuerdo que me había propuesto infinidad de veces ir a su casa de vacaciones. Tal vez el quisiera llevarme a Japon, tal vez el me diría la verdad...
Kim HyunJoong siempre había sido más jovial y despreocupado que mi papá.

YoonGi POV

Salí por otra botella, pero entonces recordé que en la casa ya no había otra, así que me puse la chaqueta y tome las llaves de mi motocicleta, necesitaba beber más, necesitaba anestesiarme para no sentir.
La fecha cada vez estaba mas cerca... y además estaba esa pequeña molestia llamada SeokJin.
Me eché el cabello hacia atrás en un intento de verme lo mas normal posible, aun así al pasar frente a la puerta de la otra habitación, estuve tentado a llamar, solo para avisarle que iba a salir, pero me detuve, quizás el estaría ya dormido.
Me limite a frenar mis manos y a salir del departamento cerrando bien la puerta antes de irme.
Tarde, más de lo que había pensado, termine por regresar a casa entre las once y las doce, para esa hora, Jin ya estaría perfectamente dormido, así que podría seguir mi pequeña fiesta yo solo.
Estaba por girar en la esquina donde Lisa tomaba el autobús cuando distinguí una figura conocida que avanzaba hacia el callejón de atrás.
Seokjin...
Susurre mientras me ponía en marcha para alcanzarlo.
Me detuve justo a su costado antes de que pudiera entrar al callejón, el salto al verme, acaso no había escuchado la motocicleta?
- ¿Que se supone que haces fuera del edificio? - le pregunte con furia contenida - te dije que no salieras!
¿Porque le era tan difícil entenderlo?
- Escuche a Suni... - comenzó el señalando el callejón - Además tu cerraste la puerta del departamento! - sentencio - no pude entrar cuando regrese -dijo entre dientes.
- ¿Saliste antes que yo? - le pregunte completamente consternado.
- Suni estaba maullando - me dijo el como si fuera lo mas obvio del mundo.
Mejor no dije nada, me reserve mis comentarios, me quite la chaqueta y se la di, desde que llegue el tenia los brazos cruzados obre su pecho y estaba temblando.
- Póntela y súbete - le dije encendiendo la moto.
No dijo nada mas, se puso la chaqueta sin protestar y se subió tras de mi, sin necesidad de que se lo pidiera, él se aferró a mi. Era una sensación extraña la de sus manso contra mi, sentí el impulso de huir de su tacto, pero no lo hice, me quede quieto sintiendo... solo sintiendo.
Me detuve donde no debía hacerlo, pero que mas daba, de todas formas no debía faltar mucho para que fuera hora de irme a trabajar.
Abrí la puerta del edificio para que el pudiera entrar y luego entre, el vestíbulo estaba oscuro, así que no me extraño que él no se moviera, yo me sabía de memoria el vestíbulo y podía llegar perfectamente al elevador a oscuras, mas de una vez.
- Ven - le dije tomándolo del brazo.
El renegó un poco de mi agarre y lo escuche refunfuñar unas cuantas cosas, seguía molesto por lo de anoche, pero por mas que eso me pareciera molesto, me arranco una sonrisa de los labios, se veía demasiado cómico con mi chaqueta puesta.
La luz del ascensor me segó por unos momentos, pero luego me acostumbre a ella y pude observarlo mejor. Estaba en pijama y no tenia zapatos.
- ¿Estas descalzo? - le pregunte un poco indignado.
- Tu estas ebrio - respondió rápidamente levantando una ceja acusadora y volviéndose a mirarme.
No se porque, pero me reí, de verdad el seguía molesto y me parecía en extremo gracioso, pero tal vez podría ser que la botella que me tome yo solo y el aire fresco no fueran una buena combinación. Me reí otra vez y no supe porque, entonces caí en la cuenta de que estaba un poco ebrio, me calme apoyándome contra una de las paredes del ascensor, respire profundo una... dos... tres veces.
El ascensor se abrió y él fue a pararse justo enfrente de la puerta del departamento, abrí la puerta y al ver las llaves de mi motocicleta él se sorprendió.
- No le regrese sus llaves a Lisa! - dijo muy alarmado.
- Es viernes, ella no viene a dormir los viernes - respondí convencido.
Era verdad, Lisa era la cenicienta de todas las noches, pero nunca la princesa de un castillo.
- ¿No viene a dormir el viernes? - preguntó Jin un poco espantado.
- Se queda en casa de una amiga.
No se de donde saque ese argumento, pero ahí estaba, intentando proteger un poco el candor y la inocencia de ese niño. Aunque no estaba seguro de que fuera tan inocente, lo habían echado del colegio... perdón, suspendido, por dejar entrar a un chico a su dormitorio.
Cuando entramos al departamento, nos quedamos mirándonos el uno al otro, era extraño, no sabia que hacer y el, estaba distraído.
- Creo que deberías irte a dormir - le recomendé yo - es muy tarde.
Él se encogió entonces, miro al piso, estaba triste, muy triste.
- No voy a poder dormir, ella lleva mucho tiempo lejos de mi... y si esta herida o tiene hambre? Si la atropellaron en la calle? O si ese perro del demonio la atrapo y...
Se tapo el rostro con ambas manos y como guiado por dios o el diablo, fue a ponerse contra mi, su cara oculta en mi pecho, sus manos aferrándose a mi playera, podía sentir sus finos dedos directamente sobre mi piel.
Solté un gemidito que espere y el no escuchara, los malditos meses de abstinencia y los rostros de todas esas omega a las que había despreciado, pasaban rápido frente a mi. Porque las había ignorado y había llegado a este punto? Porque deje que mis estúpidas necesidades físicas me llevaran a sentir esto por un niño, que además de otras cosas, era algo así como mi hermano.
Lo escuche sollozar un poco al mismo tiempo que enterraba mas sus dedos en mi, deje salir todo el aire caliente de mis pulmones y llenándolos de nuevo de oxigeno fresco, forcé a mi cabeza a poner a TaeHyung, mi verdadero hermano en su lugar.
- Sh... - le dije yo un poco más tranquilo - está bien, va a estar bien, los gatos son... son listos, ya veras que va a estar bien.
- De verdad crees eso? - pregunto alzando su rostro.
- ... Si - le respondí en un suspiro - yo creo que ella esta bien.
Lo tome por los hombros y lo aleje de mi, el me miro extrañado, apuesto a que ni imaginaba lo que había estado pasando por mi mente mientras estuvo tan cerca de mi.
- Ve... - le dije colocándola en dirección al pasillo - ve a acostarte.
Casi como un resorte, él se volvió hacia mi con su rostro suplicante.
- Ya te dije que no voy a poder dormir - explico - mejor déjame ir a buscar a Suni.
- ¿Al callejón donde te encontré? ¿Estás loco? Es casi la 1:00am, quien crees que esta en la calle a esta hora?
- Tú - me respondió de modo sagaz y hasta altanero.
Por unos cuantos segundos no encontré con que argumentar a mi favor, no tenia ni idea de cómo educar a un niño, un niño chillón en este caso.
- Pero yo soy un alfa... -el me miro con los ojos entrecerrados a modo de duda - además soy mucho mayor que tu y se lo que hago, tu apenas eres un niño.
Esta última sentencia pareció convencerlo un poco porque se quedo callado, entonces aproveché para empujarlo de nuevo hacia el pasillo.
- Vete ya a la cama - le ordene - voy a llevarte algo para que duermas.
Él se volvió de nuevo hacia mí y me miro con el seño fruncido.
- Ve! - le dije empujándolo de nuevo hacia el pasillo y dándole una palmada en el trasero.
Ojala y nunca lo hubiera hecho, ojala nunca le hubiera puesto una mano encima, ojala y nunca hubiera mirado sus ojos...
Respire un poco mejor cuando estuve solo en la cocina, tenia pastillas para dormir ahí en un cajón, llene un vaso con agua y luego me dirigí a su puerta, con una sola pastillas bastaría, eso era seguro.
Golpee la puerta antes de entrar, él estaba sentado bajo la ventana con las rodillas dobladas contra su pecho, distinguí la caja con los gatos frente a él, tenía ahí la jeringa y un vaso de leche vacío.
No fue necesario que le dijera nada, me quede ahí de pie al lado de la cama y de pronto salto del piso y camino hasta mí un poco más lento de lo habitual.
Puse la pastilla y el vaso con agua en el buro.
Retrocedí un poco, intentando alejarme de él, intentando no aspirar su aroma a miel, pero todo se fue al demonio cuando, en lugar de ir a la cama, fue hacia mi y me abrazo, pasándome sus delgados brazos por la cintura.
Pude escucharlo sollozar, pero también pude sentir su cuerpo contra el mío, apenas y había tenido tiempo de mirar la desgastada playera que había llevado bajo mi chaqueta y un pensamiento escandalosamente erótico invadió mi cabeza, el solo llevaba aquella playera con ese estampado de letras extrañas.
- ¿Dónde está? - sollozó el pegando su nariz a mi pecho - Quiero que regrese... - exigió suavemente.
Mi corazón se encogió antes sus palabras, era lo mismo que yo había preguntado por años, solo que el objeto de mis cuestiones era mi padre y el del lamento era mi madre, yo también había deseado tanto que regresara...
Lo abracé entonces, no supe exactamente porque pero lo abrace con fuerza, intentando que olvidara un poco la tormenta que había sobre su cabeza. Mis labios movidos mas por un impulso que por voluntad bajaron a depositar un suave beso en su cabeza, el me miro entonces y me perdí en sus ojos.
Ahí en su pequeña y fina cara de muñeco de porcelana, había dos grandes y preciosas almendras, en que momento sus ojos se habían vuelto tan intensos? O mas bien, en que momento yo me había prohibido verlos?
Fue un momento, un maldito y absurdo momento en el que sus ojos dejaron de tener ese lozano brillo, esa candidez y esa tristeza tan llena de dulzura, entonces se tornaron sagaces, profundos y fríos, casi inexpresivos, como los de Rose...
Todo colapso en mi en ese segundo, en ese momento en que mis sentidos se adormecieron gracias al recuerdo de ella, de Rose. Mi mano fue de su hombro hasta su mejilla, rocé la delicada y tersa piel de su mejilla, como tantas veces lo había hecho...
"Bésame YoonGi..."
La escuche, pero sus labios no se movieron, sus ojos no se apartaban de los míos.
"Bésame como si fueras a morir mañana"
Esas palabras eran suyas, Rose siempre había vivido su vida al tope, justamente como ella misma decía "como si fueras a morir mañana".
Y eso hice, con un impulso desmedido, tome esos delicados y esponjosos labios con los míos, aprese su frágil figura entre mis brazos deseando que el momento fuera eterno.
Su respiración era errática mientras yo restregaba mis labios intensamente contra los suyos, estuve a punto de dejarlo y volver a la realidad, pero el movió su boca, un ligero movimiento me hizo quedarme. Lo presione aún más contra mi cuerpo, maravillándome de lo sensible y suave que era su piel, moví mi lengua pidiendo pasar y explorar más su boca, mi beso era desesperado, rápido, quería saciarme rápidamente, solo pensaba en mí y en mi necesidad, que no importo si lo estaba lastimando, si luego me sentiría culpable, solo quería saborear más sus labios carnosos, tome su cabeza con una de mis manos y la otra la lleve a su cintura sin despegarlo de mi ni un milímetro, sentí su lengua tímidamente rodeando la mía que estaba enloquecida en su interior, no quería su beso inexperto, cambie nuestra posición a una donde yo podría profundizarlo si es que aun eso era posible, mordí sus labios repetidas veces, no deje lugar para ser descubierto en sus labios y su boca, sentí sus suaves curvas presionándose contra mi, su piel deliciosamente erizada...
Entonces un fuerte estruendo me hizo dejarlo, lo solté de golpe, empujándolo lejos de mí. Cuando abrí mis ojos, Jin estaba respirando de forma agitada, con sus labios rojos y sus ojos velados... no supe exactamente de que, tal vez de miedo...
- Lo siento - dije casi en un susurro furioso, que mas bien fue un gruñido y salí de su habitación.

DESTINADOS (YoonJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora