11 Las noticias no vuelan, se teletransportan

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-Estar embarazada suena complicado

-Ya... Al menos esta vez no tengo nauseas, solo hambre

Se escucho una explosión en la barrera que había alrededor del palacio y Salina suspiro. Desde la ventana se vio a la abuela aterrizar con un gigantesco calamar/pulpo sujeto con su magia

-Se ve delicioso-dijo Salina. La mire mientras veía al monstruo muerto ser congelado por los magos del palacio- ¿Qué? A la plancha y con ajo es como la sepia que comí en el chiringuito de Oliva, Valencia

-Me cuesta recordar que tienes tres culturas viviendo en tu interior

-Ya, es lo bueno de ser mestiza y reencarnarte

La puerta se abrió y la abuela entro con varias botellas de licor entre sus brazos

-Salina, cariño, ve a ocuparte de tu trabajo-dijo posando una mano sobre su hombro- Es momento de que las dos mujeres a las que les han puesto los cuernos beban hasta perder el conocimiento

Me quede mirando a la abuela y la cara de preocupación de Salina

-¡Poneos un sello en vuestros poderes! ¡No quiero que destruyas parte del palacio como la ultima vez!-exclamo Salina aterrada

-Un minuto-dije mirándolas a las dos- ¿Cómo sabe la abuela que Andrew me ha puesto los cuernos?

-¿Pero no lo sabe ya toda la capital?-la abuela lo dijo en un tono plano

Si la abuela lo decía así, eso significaba que casi toda la nobleza y realeza lo sabría ya

-Oh... Dios... ¡Trae esa botella, voy a beber como si no hubiera un mañana!



Me desperté en el salón donde había estado con Salina anteriormente. Había como diez botellas de vino vacías desperdigadas por el suelo y por alguna razón estaba en ropa interior. Intente usar magia para aliviar la resaca, pero no pude invocarla. Mire en mi muñeca y vi un sello a mi poder.

Por alguna razón había medio tentáculo asado sobre una mesa y parecía mordisqueado. Además, la abuela estaba durmiendo cómodamente en el sofá.

Me enderece y busque mi ropa a tientas mientras intentaba evitar la luz y movimientos bruscos. Las botellas se movieron, causándome una puñalada de dolor en el cerebro

En ese momento la puerta se abrió de forma sigilosa y varias doncellas entraron, aplicándome magia curativa y cerrando las cortinas. Detrás de ellas entro otra persona, un hombre con la máxima autoridad en el país

Erick me miro mientras las criadas me cubrían y yo me inclinaba para vomitar en una palangana que apareció de la nada

El prado soñado de los sueños rotos [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora