capitulo 4

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Luisa me llamaba todos los días sin poder comunicarse. la idea de escuchar su voz al otro lado del teléfono me provocaba repulsión, pero ella no parecía darse por vencida y seguía llamando día tras día.

No imagine nunca que fuera tan descarada y pensar que mientras le contaba de lo distante que estaba mi esposo ella lo disfrutaba en su interior, mientras me decía que solo era una etapa por la que pasaban todos los hombres y que luego volvería a la normalidad.

Luego la imaginaba acariciando al hombre que amaba todas las noches mientras yo dormía inocente, lo ultimo me lleno de rabia e impotencia, sin poder evitarlo gruesas lágrimas empezaron a brotar de mis ojos mientras intentaba controlar mis sollozos tapando mi boca con las sábanas.

Mi madre llamaba a la puerta reclamando que hacia ya algunas semanas no preparaba a mí pequeña hija para la escuela, además me aclaraba que moriría si pasaba otro día mas sin comer nada.

Mi madre no imaginaba que morir era lo único que pasaba por mí cabeza en ese momento así que después de llorar hasta no tener lágrimas y escuchar varias veces como intentaba mi madre que le abriera la puerta del cuarto tome la decisión que a mí pensar iba a ser el escape a él gran dolor del desamor que sentía.

Pero no sin antes dejarle saber a mí infiel marido las razones de mi decisión, no tenia el valor de enfrentarlo, no tenia el valor de escuchar de su boca decirme que amaba a otra mujer que a mí pesar era la persona en quien había confiado durante tantos años.

Tome un lápiz y papel y escribí mis razones creyendo que al hacer esto talvez cambiaría de opinión al sentirme ya aliviada, pero cada ves que escribía una palabra mi corazón dolía mas.

Puse la carta donde solo el podía encontrarla y entonces tome lo mas afilado que encontré en la habitación, ya no lloraba pero cada segundo de vida me convencía mas que lo mejor era morir.

Corte mis venas y me recosté lentamente en la cama esperando la muerte mientras la sangre corría por él suelo.

Casi inconsciente solo veía el rostro de mi pequeña que me sonreía mientras jugaba, también lo veía a él.
Estaba vestido de novio con una amplia sonrisa como la primera ves que nos vimos, con una mirada tímida y un aroma que recordaría toda mi vida.
A lo lejos escuchaba voces, entre ellas la de mi madre desesperada intentando tumbar la puerta mientras gritaba

-Elena!! Que as hecho ?!

La Pena De ElenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora