capitulo 13

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Su rostro se volvió pálido y sus ojos miraban asombrados sin creer lo que estaban viendo.

Me miraba a mí y no entendía como había pasado. Yo estaba estática en el mismo lugar mirando atenta a su reacción.

Luisa quería pronunciar palabras que no lograban salir de su boca mientras mi esposo intentaba comprender que pasaba por su cabeza en ese instante.

Y ahí estábamos los tres parados casi a media noche en medio de la calle. todo estaba en silencio y nadie decía una sola palabra

Mientras la observaba recordé nuestros años de amistad.

Desde cuando empezamos a cometer errores?

Porque ninguno de los tres se dio cuenta de las consecuencias de nuestros actos?

Porque me enfoque solo en el hecho de que lo amaba como a nadie en el mundo?

Que llevo a mí marido a casarse con alguien a quién no amaba?

Porque siendo mas que una simple amiga Luisa me pago tan mal, tan cruelmente como lo iso?

Preguntas invadían mi cabeza mientras no podía hacer otra cosa que mirarla con frialdad, con dolor, con resentimientos que no se podría sacar de mí en algún momento.

Cuando la amante de mí esposo pudo reaccionar ante la situación empezó a caminar lentamente hacia atrás sin quitar sus ojos de mí mientras mi marido quedaba boquiabierto sin poder entender que le pasaba, giro su cabeza hacia atrás intentando averiguar que provocaba la reacción de su amante pero no tubo éxito, no había mas que oscuridad y silenció.

De repente unas luces aparecieron en midió de la calle, pero Luisa no las notaba, no podía despegar su vista de mí rostro que seguía mirándola con frialdad y dureza.

-cuidado!!!- grito mi marido al percatarse de que un auto se dirigía a toda prisa hacia Luisa.

- cuidado!!!-seguía gritando pero ella no parecía estar escuchando nada, entonces las bocinas sonaron haciéndola reaccionar, pero para cuando quiso apartarse ya era demasiado tarde.

El automóvil golpeo brutalmente el cuerpo estático de Luisa dejándola tendida en el piso. mi esposo corrió gritando su nombre y el conductor con una botella en la mano salio del auto casi sin poder estar de pie debido al alto grado de alcohol en su sangre.

Hay que llevarla al hospital decía el hombre ebrio mientras mi esposo gritaba como loco intentando hacer que despertara, la gente empezaba a acercarse para darle los primeros auxilios, yo me acerque para poder ver entre la multitud que rápidamente rodeo a Luisa.

Una mujer que se abrió paso entre la multitud tomo su pulso para saber si estaba con vida, y al notar que no tenia pulso dirigió su mirada hacia mi esposo que con lágrimas en los ojos sostenía la cabeza de su amante.

-lo siento amigo, ya no hay nada que hacer- mi esposo se aferró mas fuerte al cuerpo de Luisa y yo en chock aun estaba parada cerca del grupo de personas.

Una risa amarga apareció en mí rostro cuando detrás mío escuche una voz muy familiar preguntarme:- Elena eres tú?



La Pena De ElenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora