capitulo 11

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Necesitamos hablar... lo lamento, yo nunca quise decir esas cosas que dije el otro día...-  eran las diez treinta de la noche cuando Luisa al fin decidió contestar las llamadas de mí marido.
-tenemos que hablar Luisa es muy urgente que hablemos- seguía diciendo mi esposo con una voz de súplica.

Luisa acepto verlo y quedaron de verse esa misma noche en nuestra casa puesto que Anna dormía.

Yo observaba desde las escaleras como intentaba arreglar el mechón rebelde de cabello que no quería quedarse acorde con el resto de su peinado.

El timbre de casa sonó una hora después y mí esposo no perdió tiempo en abrir la puerta, Luisa entraba con prisa a la sala y con una voz dura le aclaraba a mí esposo que solo tenia unos cuantos minutos de su atención, luego se iría y no quería una sola llamada mas de su parte.

Mi esposo estaba tenso y no podía disimularlo, tomo una copa de vino y la vertió en una copa tomando todo el contenido de un solo sorbo.

Pasó la mano por su cabeza intentando acomodar su cabello y se giró hacia su amante con una mirada de preocupación.

- no piensas decir nada?- pregunto Luisa mientras cruzaba sus brazos bajo sus pechos- que es eso tan importante que debes contar que no as podido decirlo por teléfono y ahorrarme el viaje hasta tu casa?

Mi marido saco de su bolsillo un papel doblado y lo coloco sobre la mesita de donde estaba recostado mientras tomaba el vino como si fuera agua.

Luisa cambió su expresión de incertidumbre a curiosidad cuando vio el papel que mi esposo coloco con la intención de que ella lo tomara.
Se a cerco hacia donde estaba mí marido y sin mediar palabras tomó el papel ya un poco arrugado por los dobles.

Empezó a leer y por su expresión descubrí de que se trataba. Era la carta que había dejado a mí esposo la que sostenía Luisa en sus manos.

Yo seguía observando desde las escaleras la escena que se tornaba un poco incomoda incluso para mí que solo era una espectadora.

La amante de mí marido termino de leer la carta y fijo sus ojos en su acompañante que sin voltear la cabeza pero percatandose de que ya tenia su atención prosiguió diciendo

-Por eso se suicidó, ya sabia lo nuestro. Había descubierto no solo que yo la engañaba con otra mujer. también descubrió que mi amante era su mejor amiga.

La Pena De ElenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora