Luisa quedó con la boca abierta intentando digerir la información y mí marido seguía hablando con un tono de culpa en cada una de sus palabras.
- por eso acudí la otra noche a tú casa de esa forma. No quería lastimarte pero lo ise y me arrepiento Luisa. Dije cosas que no debí pero debes entenderme. No duermo en las noches viendo su rostro, en mí cuarto siento su presencia todo el tiempo, es como si estuviera ahí mirando cada uno de mís pasos... talvez estoy enloqueciendo... talvez es la culpa de saber que por mí ahora mí hija se quedo sin madre.- iso una corta pausa y luego de tomar otro sorbo de vino prosiguió- quería culparte sabes?... pero no puedo, solo hay un solo culpable en todo esto y ese soy yo, no solo por engañarla sino por casarme con ella aun sabiendo que no la aria feliz, que nunca llegaría a amarla.
Al escuchar las últimas palabras dos lágrimas salieron de mí rostro.
Nunca me amo y esa era la verdad, su tono de voz me iso darme cuenta que cada palabra salia de lo mas profundo de su ser.Yo fui su esposa pero nunca fui su mujer. Me iso el amor... mas nunca lo sintió y ahora entendía las razones de su engaño, no tubo el valor de decirme que las mariposas de su estomago no revoloteaban por mí causa mientras que yo lo ame tanto que nunca lo noté.
Luisa se puso de pie de repente sacándome de mis pensamientos y se dirigió a la puerta con pasos desanimados. Mi marido decidió seguirla y tomándola por un brazo la giro hasta colocarla frente a él.
-Luisa yo...- mi marido intento decir algunas palabras pero luisa se safo de su agarre bruscamente y con lágrimas en lo ojos lo interrumpió.
-No lo entiendes? Esta muerta y es nuestra culpa, sacrifique todo por ella y a fin de cuentas terminó quitándose la vida por mí culpa... es el destinó el que nos separó hace años y estas son las consecuencias de desafiar algo que no podemos controlar.
Sacrificarse por mí?
Ahora era la confusión la que inundaba mí cabeza.-no me sigas, déjame en paz!!!- grito la mujer que ahora lloraba desesperadamente.
Abrió la puerta y salió tan rápido como pudo. mí esposo se quedo quieto por un momento y luego optó por seguirla. yo como en veces anteriores seguí a los dos amantes.
Al salir de casa Luisa se disponía a cruzar la calle cuando escucho a mí marido gritar que se detuviera pero esta corrió mas rápido intentando escapar. Se detuvo justo a mitad de la calle cuando escucho a su amante gritarle "te amo". En ese momento dio la vuelta para mirarle. Mi esposo también se detuvo y yo imite su reacción colocándome justo a su lado, pero algo paso.
Bastaron tan solo unos segundo para percatarme que no era a mí marido a quién Luisa estaba observando sino a mí.
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La Pena De Elena
ParanormalElena no soporto la idea de que su marido a quien tanto amaba la estuviera engañando con su mejor amiga así que toma la desición de acabar con su vida creyendo que era la salida a su dolor pero es justo el día de su cepelio que descubre que aun no p...