Capítulo 1

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Recién llegaban a la isla, habían demorado dos días en encontrarle. Kardia Antares da pasos en reversa acompañado de dos ingenieros que con anterioridad había contratado para abrir la cámara de su padre

Retiraban las puertas de las bisagras. Habían tardado menos pero el padre de este en su paranoia poseía un sistema de seguridad demasiado avanzado, con tecnología láser pudieron cortar la madera

Kardia no tenia la más remota idea de lo que había dentro; nunca se había imaginado la posibilidad que tendría un sótano en el complejo de la isla que poseía su padre

A paso lento recorrió todas las instalaciones y en ella evidenciando las pruebas necesarias para encerrar a su padre con el detalle que este ya no seguía con vida

-Esta muy oscuro- decía uno de los ingenieros que le acompañan. Ambos apoyaron la puerta en una pared y la habitación a la querían entrar se veía totalmente en penumbras

-Con lo paranoico que solía ser mi padre dudo mucho que tenga ventanas allí dentro- Kardia con una sonrisa llena de amargura. No se hacía alguna idea de lo que podría encontrar allí ¿Algo valioso o más problemas? Su padre era un lunático no sabia que podría conseguir
-Una linterna-dijo. Uno de los ingenieros se la facilitó. Ya encendida se dio varios pasos en la oscuridad. El corazón le latía con mucha fuerza y eso lo irritaba, pero conociendo a su padre sabia que se enfrentaría a otro trágico testamento de su poder y posteriormente lleno de crueldad

La oscuridad lo envolvía. Bajo sus pies sintió la gruesa alfombra que cubría la cámara y captó casi de inmediato la fragancia única que desprendían los fuertes aromas entre la madera y cera de los muebles.
Alzó la linterna lleno de alivio y seguridad notando una amplia habitación totalmente amueblada con semejanzas al estudio de un caballero de la alta sociedad,Sofás y sillones incluyendo una mesa para bebidas.

Kardia conocía los grandes pensamientos y obras de su padre, no bajaría a una cámara para relajarse y tomar su mejor vino. Vió el interruptor en la pared y encendió las luces. Giro en círculo, analizando primero los muebles y después las paredes.

¿Señor Antares? Llamaba con intranquilidad uno de los ingenieros desde fuera. Kardia comprendió que su silencio ya duraba demasiado

-Estoy bien-contestó. Lo que tenia ante su mirada azulada era tan asombroso como terrible. Vió una puerta de madera en la parte de atrás de la sala. Se acercó y entro a la habitación más pequeña. Allí solo habían dos cuadros que hicieron que Kardia estrechara los ojos si eran los que creía que eran...

-¿Kardia?- llamó Shion su ayudante. Kardia salió de la habitación y cerró la puerta.

Apagó la luz y salió de la cámara. Los dos ingenieros y Shion lo esperaban, con miradas llenas de curiosidad y un tanto preocupadas.

-Dejenla- les dijo a los ingenieros, que habían apoyado la enorme puerta de acero contra la pared. Sentía el principio de un dolor de cabeza. -Me haré cargo de todo esto más tarde-.

Agradecido de que nadie preguntará ya que no tenía las intenciones de decir que había en la habitación. Aún no se confiaba de los empleados que permanecían en el complejo tras el fallecimiento de su padre. Cualquier persona que trabajara para su padre debía de estar desesperado o carece de valores. Ambas no inspiraban un grado de confianza.

-Puede irse-. Le dijo a los ingenieros -El helicóptero los llevara a Atenas-.

Kardia desactivó el sistema de seguridad y entraron en el ascensor que conducía arriba. Kardia sentía como todo su cuerpo se tensaba, llevaba varios días desde que había salido de la ciudad de Atenas a la isla endiablada, tras enterarse que sus padres habían fallecido al estrellarse su helicóptero.

Hacia 15 años que no los veía ni tenia algún lazo con la empresa Antares.

-Shion, necesito un tasador preferiblemente de arte contemporáneo-.

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Esta historia es muyy larga y las actualizaciones serán diarias

Besos

¤Dayana¤

Tu eres una obra de arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora