-Lo sé- dijo Degel con voz suave
-No me refería...- se excusó Harukei
-Lo sé- Repetía el. Movió la cabeza- No puedo hacerlo Harukei- inspiró y el aire le quemo los pulmones-. Sabes lo cuidadoso que debo ser.
-¿Cuánto tiempo vas a seguir viviendo como esclavo por...?-El que haga falta- se dio la vuelta para ocultar su expresión, el dolor que no conseguía ocultar cuatro años después. Sus colegas lo consideraban frio y poco emotivo, pero no era mas que una máscara. Sólo con pensar en Hikari sus ojos se llenaban de lágrimas y se le escogía el corazón.
-Oh Chérie- Harukei suspiró y volvió a mirar la carpeta-. Creo que esto te haría bien. Estás viviendo tu vida como ratón de iglesia, o una monja, no ae cuál. Tal vez las dos cosas.
-Interesantes analogías- Degel sonrió de medio lado-. Necesito llevar una vida tranquila. Lo sabes.
- Se que eres la evaluadora de arte renacentista con mas experiencia de la que dispongo, y necesito que vueles a la isla... esta noche.-No puedo- lo miró y vio acero en sus ojos. Él no iba a dejar que se librara.
-Puedes y lo harás. Aunque fuera el mejor amigo de tu padre, soy tu jefe. No hago favores, Degel ni a ti ni a nadie.Alli está
Degel estiró el cuello para mirar por la ventanilla del helicóptero que lo había recogido en Atenas y en ese momento lo llevaba a la isla, que no era más que una mota rocosa con forma de media luna, cerca de la costa. Tragó saliva e intentó controlar los nervios que sentía.
-Díez minutos más- dijo el piloto.
Degel se recostó en el asiento. Era muy consciente de que dos miembros de la familia de Kardia Antares habían muerto en un accidente de helicóptero hacia poco más de una semana, sobre las mismas aguas.
-No se preocupe. Es muy seguro.
-Ya- Degel cerró los ojos cuando el helicóptero inició el descenso. Aunque era de los mejores expertos en el arte renacentista de Europa, no trataba con coleccionistas privados si no con museos, inspeccionando y asegurando los cuadros que colgaban en sus paredes.El helicóptero tomó tierra a pocos metros de un jeep negro. Degel bajó a la pista. Vio a un hombre delgado que vestía una camiseta teñida a mano y pantalones vaqueros cortados; la brisa marina le alborotaba su cabellera verdosa.
-¿Señor Le Blanc? Soy Shion Arien, el ayudante de Kardia Antares es usted bienvenido a la isla.
Degel se limitó a asentir. No había esperado que el ayudante de Antares apareciera vestido como un turista de playa. El lo condujo al jeep y echó su maleta en la parte de atrás.
-¿Me espera el señor Antares?
-Sí, puede refrescarse y relajarse un poco, después se reunirá con usted.
-Creía que era un asunto urgente- protestó el. Odiaba que le dijeran que tenia que hacer.Bajo del jeep y miró a su alrededor. El complejo era un feo bloque de cemento, como un bunker,pero lo rodeaban unos jardines hermosos. Fue hacia la puerta y probó el picaporte. Comprobó, con alivio que se abría. Era obvio que no estaba paranoico.
Salió al vestíbulo y al fondo vio unas puertas de cristal que conducía a un patio y a una piscina de horizonte. Rodeó una palmera y se encontró ante la piscina un hombre cortaba el agua con seguridad. Parecía arrogante y confiado en sus afueros.
Kardia Antares.
Sintió una intensa irritación. Mientras el esperaba ansioso y tenso, el estaba nadando. Parecía un juego de poder. Degel se acercó a la tumbona y agarró la toalla que había encima. Luego fue hacia el borde en el que Kardia Antares iba a terminar un largo y no podría dejar de ver sus zapatos bien lustrados.El tocó el borde y alzo la vista. Degel no estaba preparado para la descarga que sintió. Algo chisporroteó en el al ver sus ojos azules, con largas pestañas. Aunque sintió terror, le tiró la toalla con frialdad.
-¿Señor Antares?
El curvo la boca con desconcierto y sus ojos se estrecharon con suspicacia. Estaba en guardia, como Degel.
-Gracias -Se secó con parsimonia
Degel no pudo evitar mirar el pecho musculoso y la piel dorada salpicada de agua. Antares era de padres helenos. Era bellísimo, pura piel bruñida y músculo.Un aura de poder, no tanto por su gran altura como la energía y fuerza de cada uno de sus movimientos.
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Una primera impresión :v
★Dayana★
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Tu eres una obra de arte
FanfictionKardia Antares hijo único de un magnate rodeado de escándalos tanto sociales como envueltos en hilos de corrupción, evitando los malos pasos de su padre hace de lado a su familia Degel un famoso tasador de pinturas llega a la paradisíaca isla en el...