Capitulo 15

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— Háblame de ti Degel — pidió Kardia con voz suave y seductora como la seda. Rellenó su copa de vino, tras pedirle permiso con un gesto.

— ¿Qué quieres saber?

— Todo — se recostó, sonriente, con la copa entre los dedos. Degel no pudo evitar admirar su pelo azulado y salvaje además de sus hermosos ojos, eran como esmeraldas. Él alzó una ceja, indicando que esperaba y él, avergonzado por su exámen, agarró la copa.

— Eso es mucho. Como dije soy doctor en...

— No me refiero a tus cualidades profesionales — interrumpió el heleno —. ¿De dónde eres?

— De Francia — contestó él.

— ¿Hiciste el doctorado en París?

— En efecto, también la licenciatura.

—Debiste hacer una cosa tras otra — musitó él —. no puedes tener más de 30 años.

— Tengo treinta y dos. Pero si, fue todo seguido.

— ¿Sabías que yo estudié en París? — Él asintió; en el avión había leído la información que le habían suministrado —. puede que coincidieramos. Soy unos años mayor que tú, pero es posible.

Degel tenía la sensación de que si Kardia Antares hubiera estado a kilómetros de él, lo habría notado. O tal vez no, porque entonces había estado deslumbrado y cegado por otro alumno de París, su ex marido. Sintió un escalofrío al pensar que Kardia y Unity podían haberse conocido, incluso ser amigos. ¿Y si Unity descubría que estaba allí? aunque era un viaje de negocios, sabía cómo pensaba su ex marido. sospecharía y podría negarle el acceso a Camila.

— ¿Degel? — lo miró con preocupación —. te has puesto blanco como una sábana en seis segundos.

— Disculpa — Se excusó — Estoy cansado por el vuelo y no he comido nada desde el desayuno.

— Deja que te sirva — Dijo Kardia. justo entonces llegó una joven con una bandeja de comida.

Degel contempló a Kardia servirle cuscús, cordero y ensalada de pepino y yogurt en el plato. Se dijo que era improbable que Kardia conociera a Unity y además, sería discreto respecto a la colección de arte de su padre. Como siempre, era pura paranoia, pero tenía que estar siempre en guardia, porque su precioso y limitado acceso a su hija estaba por completo en manos de su ex esposo.

— Bon appetit — dijo Kardia.

— Parece delicioso — Degel forzó una sonrisa.

— En serio? Porque estás mirando el plato como si fuera tu última comida.

— Una comida deliciosa, en cualquier caso — Degel apretó dos dedos en la frente; notaba el principio de sus dolores de cabeza. intentó sonreír —. lo siento. estoy cansado nada más.

— ¿Prefieres cenar en tu habitación?

— Estoy bien — afirmó Degel, que no quería admitir debilidad. Se llevó un tenedor de cuscús a la boca y consiguió tragarlo. Percibía la mirada de Kardia sobre él, especulativa y conocedora.

— ¿Has dicho que creciste en París, no? — Preguntó él tras un largo Silencio.

— Si, mi padre era profesor en Trinity College.

— ¿Era?

— Falleció hace 6 años.

— Lo siento.

— Yo debería decirte lo mismo. siento la pérdida de tu padre y tu primo.

— Gracias pero es innecesario.

— Aunque estuvieras distanciado de ellos, es una pérdida.

— Deje a mi familia hace 15 años, Degel, estaban muertos para mi. Ya pasé el luto entonces — Lo dijo con voz neutra, pero Degel captó la gélida dureza que había por debajo. Con un hombre como Kardia no habían segundas oportunidades.

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⏰ Última actualización: Aug 06, 2020 ⏰

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