Aitor R (Furry/Yaoi)

16. Empiezan Las Vacaciones.

Narra Aitor

—José, tenemos que hablar —dije algo serio.

Él suspiró, al parecer ya se lo esperaba de alguna manera.

—Déjame adivinar, ¿Es sobre el oso? —preguntó algo molesto.
—No, no es eso, simplemente ya no me siento como antes —respondí mirándolo a lo ojos.
—No te entiendo —comentó.
—Quiero decir que ya no creo poder amarte otra vez, por más que esté contigo, no me puedo volver a enamorar... Creo que ya no está la misma llama de antes —dije triste.
—Pero ¿Qué dices?, la llama está ahí, solo que... —no continuó y repentinamente se lanzó a mis labios.

Quería comprobar que realmente ya no sentía nada por él así que correspondí el beso, quizás fue el más largo que haya dado en mi vida, pero aún así, le faltaba sabor, no sentía aquello que le daba sentido, faltaba ese amor. Una vez nos separamos él me miró sonrojado y feliz, yo estaba algo triste y serio.

—¿Encontraste la llama?, Jaja —rio.
—Yo... No sentí nada —dije triste.
—¿Qué?, ¿Cómo que no sentiste nada? —preguntó extrañado.
—Ya no es lo mismo José, no desde lo que pasó —respondí y miré a otro lado.
—Pensé que eso ya lo habíamos aclarado, que me darías otra oportunidad —comentó desilusionado.
—Lo sé, lo sé, pero como te dije, ya no me siento de la misma manera que en aquella vez en el parque —dije.

El rinoceronte en un acto desesperado me tomó de los hombros.

—Aitor, mírame, dime que me amas, ¡por favor dímelo! —alzó la voz mientras derramaba lágrimas.

Él seguía sacudiéndome, yo lo miraba con tristeza, un nudo en la garganta me hacía casi imposible el hablar, no me gustaba verlo así, sin embargo no podía hacer lo que él me pedía cuando yo ya no me sentía de la misma forma.

—José, lo siento, pero ya no te amo... —dije sintiéndome mal.
—No, estás mal, tú aún me amas, yo lo sé —dijo y se volvió a lanzar a mis labios, besándome a la fuerza.

Traté de alejarlo un poco, me estaba empezando a lastimar, pero él no quería ceder y se aferraba a mi, para mi suerte un tercero lo tomó por la camisa y lo arrojó hacia atrás poniéndose delante de mí.

—Ya lo oíste, él no te ama, déjalo en paz —era Aarón, estaba más que molesto.

José se incorporó del suelo y nos miró con cierto enojo.

—Tú, seguro fuiste tú ¿Verdad?, Tú hiciste que él me dejara de amar, tú... Me lo arrebataste —dijo.
—No, fuiste tú mismo al jugar con su corazón —comentó Aarón serio.
—¡Cállate!, Tú no sabes nada, ahora aléjate de él —dijo José con más enojo aún.
—¿Sí no qué?, ¿Vas a golpearme?, ¿Vas a hacer que te expulsen por una escena ridícula de celos?, Ya te lo dije, él no te pertenece y ya no te ama, ¡acéptalo! —gritó Aarón.

Al parecer Aarón tenía algo de lógica en sus palabras, José pensó un poco y aún con el rostro lloroso, se acercó un poco.

—¿Qué piensas hacer? —preguntó Aarón estando alerta.
—No es contigo, es con él —respondió en tono triste y enojado.
—Aarón, déjalo, por favor —dije serio.

El oso se hizo a un lado y miró a José quien se acercó a mi.

—Aitor, perdón por lo de antes... Yo no quiero perderte, pero él tiene razón, no puedo obligarte a quererme, solo puedo desearte que seas feliz aunque no sea conmigo y agradecerte por todo —dijo llorando y me abrazó.

Correspondí el abrazo, sabía que sus intenciones eran sinceras, aún así me dolía verlo de esa manera, aún no logro acostumbrarme del todo, el rinoceronte se separó y después de limpiar sus lágrimas miró a Aarón.