Aitor R (Furry/Yaoi)

4. Realidad y Disgusto.

Narra Aitor.

Quizás le gustaba al jefe de mi salón, pero aún así, no estaba seguro de poder corresponderle, digo, no se había preocupado por mí hasta ahora, y sí es que a eso le podemos llamar preocuparse realmente.

—Hey Aitor, ¿Porqué estabas con esos dos? —preguntó Kevin mientras caminábamos.
—No es como si yo hubiera querido, la verdad solo fui a la cafetería y ellos aparecieron —respondí y levanté los hombros.
—Ya veo, entonces fue mera casualidad —comentó.
—Supongo —dije dudoso.

Seguimos caminando hasta que llegamos al departamento, inconscientemente me adelanté y abrí la puerta con mi llave.

—¿No me habías pedido que te acompañará por qué no tenías tus llaves? —preguntó extrañado.
—Ah, eso... Fue una excusa para alejarme de ahí jeje, me sentía incómodo —respondí apenado.
—Bueno, supongo que está bien entonces —dijo y entramos a la casa.

Me acomodé en el sofá y suspiré, saqué uno de mis libros, aún quedaban unas horas para la clase, entonces era leer o irme a dormir. Kevin se sentó frente a mi, lo miré de reojo y seguí con mi lectura.

—Aitor, ¿Puedo hacerte una pregunta? —preguntó.
—Dime —respondí sin apartar la mirada del libro.
—¿Cuál es tu orientación sexual? —preguntó serio.
—¿¡Eh!? —comenté exaltado.
—Sé que es repentino, pero tengo curiosidad —se excusó.
—Te lo diré... Sí me dices tú primero —dije.
—Yo soy hetero —dijo mirándome.

Bueno al menos ahora sabía que él no tenía sentimientos hacía mi o no los llegaría a desarrollar, un problema menos al parecer.

—Soy homosexual —dije con confianza y le di una sonrisa.
—¿Qué eres qué? —preguntó sorprendido.
—Homosexual, eso dije —cerré mi libro de golpe— ¿acaso te molesta?
—No, para nada, es solo que es sorpresivo —respondió.
—Bueno, pues ya lo sabes... —comenté y me levanté.
—Aitor espera, una última pregunta  —dijo también de pie.
—¿Cuál es? —pregunté mirándolo de reojo.
—¿Alguna vez llegaste a sentir algo por mi?  —preguntó.

Me tensé, era la peor pregunta que me podría haber hecho, ciertamente el sueño que había tenido sobre él había despertado algo en mi, pero dada la situación preferiría negar cualquier cosa.

—No, no lo hice —respondí serio y me encerré en mi habitación.

Me tiré en la cama, reflexionando un poco me había percatado que no sabía que era lo que quería para mí, para mi vida y tampoco que es era lo que buscaba, quizás por lo mismo no había hecho el intento de buscar pareja, no me sentía del todo seguro de iniciar algo, tenía muchas dudas. Pasé el rato en mi habitación, mirando el techo, miré el reloj y ya casi era hora para mi clase, tomé mis libros y una mochila, salí de mi habitación, Kevin probablemente no estaba o estaba en su habitación, abrí la nevera y tomé una manzana, me dirigí entonces a la puerta, al abrirla noté como Kevin me miraba desde su habitación, decidí no molestarme y salí de la casa. Caminé por el campus, observé como unos chicos jugaban fut-bol, no era un deporte que me gustara o llamara la atención así que miré al frente y caminé un poco más.

—¡Cuidado! —gritó alguien.

Giré a ver de dónde venia el sonido y por un segundo vi un balón dirigido a mi cara, este me golpeó, fue un golpe limpio y seco, no supe qué pasó después, probablemente me había desmayado o algo así y caí. Todo estaba color negro, ciertamente era una sensación extraña, lentamente abrí los ojos, paredes blancas, camillas, estanterías, parecía ser la enfermería de la escuela, traté de sentarme en la camilla, mi cara me dolía, miré el reloj; eran las tres cuarenta y cinco de la tarde, la clase a la que tenía que ir ya estaba terminando, ya no tenía caso el ir a esta hora.