La leyenda; Watterfall.

Capítulo 23.

Los días después pasaron tranquilos, como si todo lo que hubiera ocurrido en el lago realmente no hubiera pasado. Drake nunca sacaba el tema de nuestros besos, lo cual me irritaba seriamente.

Al día siguiente de nuestro encuentro en el lago fui a clase y como Drake me predijo todos preguntaron por mi estado de salud, a lo que yo les conteste que había mejorado favorablemente. Después de esa vuelta a clase, al final de clases espere a Drake en la puerta y fuimos juntos a la biblioteca de la Calle Leyendas, nos sentamos en la mesa en la que siempre solíamos sentarnos y toda la tarde estuvo enseñándome fotos de diferentes tipos de Hunter y también de Nereydas.

-Quiero que adivines que es el que hay en esta foto, un Hunter o una Nereyda. -En la foto había un hombre muy apuesto, rubio, con ojos verdes, alto y guapo, con una sonrisa que ocupaba su cara entera.

-Es una Nereyda.

-Exacto. Las Nereydas son la belleza personificada, uno de los rasgos más frecuentes son el pelo y los ojos claros, como este que es rubio y con ojos verdes, pero no te confundas, muchas de las Nereydas de este siglo ven atractivo teñirse el pelo de colores llamativos, como verdes, rojos o morados, pero aun así sabrás que son Nereydas, pues un Hunter nunca tiñe su pelo y siempre le tienen negro. También uno de los rasgos de una Nereyda es que siempre están sonriendo, estáis echas de belleza y felicidad, algo que los Hunter aborrecemos y envidiamos al mismo tiempo, algo contradictorio, ¿no crees?

-Pero tu eres un Hunter y no eres feo, tampoco estas enfadado o triste normalmente.

-Ahí quería llegar a parar, mira hasta ahora solo te he enseñado fotos de Hunter Inzondos, los que se dejar por el odio, miedo y el dolor, estos siempre son seres horribles y lúgubres como habrás podido ver en las fotos que te he enseñado. -Drake tenía razón las fotos que me había enseñado de Hunter normalmente todos estaban encogidos, no sabría decir si por el miedo, el odio o simplemente era una mala postura, también eran muy feos, casi deformes y su pelo era tan negro como la noche sin estrellas.

-Ahora te voy a enseñar fotos de Hunter Uthando. -Drake saco una de las fotos y la mire detenidamente, había un hombre adulto, no tenía la misma mala postura, más bien diría que todo lo contrario y era atractivo para la edad que precia aparentar, lo único que parecían tener en común los dos tipos de Hunter era su pelo negro.

-El mismo pelo. -Dije en un susurro.

-Exacto, es uno de los rasgos mutuos que tenemos los Hunter, pero los Hunter Uthando solemos ser más atractivos y a veces sonreímos más ocasionalmente, lo de ser lúgubres quizás también es algo que tengamos mutuamente los dos tipos de Hunter, pues a los dos nos gusta la oscuridad, la soledad y el color negro. Te enseño todas estas fotos para que sepas diferenciarnos, se que no es tan complicado, pero para una Nereyda que ha olvidado todo o que no sabe nada acerca de los Hunter, estos se suelen aprovechar para ganar la confianza de una Nereyda diciendo que ellos también lo son y después cuando estas hayan depositado toda su confianza en el Hunter, este las mata descabelladamente. Esto es un caso muy poco inusual, pues si ocurre es entre las Nereydas más pequeñas o en las que como tú, se ha olvidado de todo.

Todo esto me estaba empezando a cansar, no porque no me pareciera interesante, sino porque Drake hacía caso omiso de mis sonrisas dedicadas sobretodo para él o mis parpadeos de ojos en forma de flirteo y decidi cambiar de tema.

-Drake. -Dije firmemente.

-¿Si?

-Phupho dijo que no podía enamorarme en las siguientes tres Imikhosis, pero ¿Y si ya lo he echo? -Esta respuesta pareció dejarle muy impresionado.

-¿Te has enamorado?

-Puede... -Dije avergonzada, pues estaba casi declarándome descaradamente, pero estaba harta de esperar, estaba harta de no disfrutar y como me dijo en el lago, tengo que disfrutar y lo que tenga que llegar, ya llegara.