|Date|

599 60 17
                                    

Louis también podía ser tierno y dulce ante los ojos de Harry, como cundo estuvo todo nervioso en su primera cita.

Louis había llegado después de la grabación de una canción para su primer disco, actuaba nervioso y algo raro alrededor de él. Harry recuerda todas las vueltas que dió para pedírsela, y como se confundía con las palabras hablando de cualquier otra cosa, y como estaba todo sonrojado cuando al fin tuvo el valor para pedírselo.

—Hazza... Harry, yo... Digo tu, yo sólo... —Louis tomó una gran bocanada de aire tomando valor, para luego soltar todo de un golpe:

—¿Quieresiraunacitaconmigo?

Harry recuerda exactamente como reaccionó y como se sintió. No había esperado eso, pero se había sentido tan fantástico saber que Louis se sentía como él en cuanto a sus sentimientos, y también agradecía que el mayor hubiera dado el primer paso, porque sino, quien sabe en donde y con quien estuvieran ahora.

—Por supuesto que si, Louis. Me encantaría. —había respondido intentando no demostrar las ganas de gritar y saltar de felicidad.

—¿En serio? —saltó Louis en el lugar, había bajado la mirada avergonzado, y temeroso de que lo rechazara —¡Eso es genial!. —celebró, alzando los brazos en muestra de triunfo, sonriendo con los ojos cerrados.

Y Harry pensó que era tierno, y que su sonrisa era linda y contagiosa, y entonces Louis había abierto los ojos y regresado a la realidad, carraspeando un poco y acercándose a él, a paso inseguro.

—Digo... gracias por aceptar, haré que sea tu mejor cita. Jamás la olvidarás —le había prometido, tomando su mano tal damisela y besándola con dulzura. Louis había levantado la vista luego a verle, y Harry pensó que estaba siendo deslumbrado por el sol, pero sólo era Louis sonriendo para él.

Y sí fue la mejor cita de mundo, que ni siquiera las siguientes por los últimos años superaron; Sólo Harry riendo por las ocurrencias infantiles de Louis, Harry hablando de los modales en la mesa mientras Louis las seguía y exageraba, y como los sacaron del lugar por ser "escandalosos" terminando juntos, comiendo helado en la banqueta de un parque, como dos simples adolescentes.

Harry jamás podría olvidar el frío que sentía por no llevar chaqueta, pero como los labios de Louis lo habían calentando aún cuando estaban fríos por el helado. Había sido también su primer beso.

—Harry... Harry amor —el llamado se giró, dejando de ver por la ventana de su habitación para ver a su esposo parado en el marco de la puerta de la habitación que compartían, usando un elegante traje que Harry había insistido en escoger para él.

—¿Ya es hora? —preguntó el menor, acercándose a Louis para ayudarlo con la corbata. Harry sabía que sin él, Louis hubiera terminado yendo a la graduación de su tercer hijo, en mono, chaqueta de anciano y zapatos deportivos.

—Si, es hora de ver a nuestro último polluelo volar —dijo Louis y Harry había sentido su voz temblar con la tristeza.

—¿Cuando vas a aprender a atarte una corbata Tomlinson? —Harry quiso cambiar el tema, no quería pensar que otro de sus hijos dejaba el nido. Dolía igual cada que pasaba.

—Nunca, mientras te tenga a ti a mi lado para atarlas —confesó Louis, apoyando su frente con la de Harry. El chico de cabello rizado, en el cual se empezaban a notar canas, levanto la mirada sin despegar su frente de la de Louis, quien mantenía los ojos cerrados —Por favor jamás me dejes —susurró Tomlinson.

—Jamás.

—Quedate siempre conmigo.

—Siempre —eso habían dicho el día en que Louis le pidió matrimonio. El mayor abrió los ojos, y ese azul que era sólo suyo seguía tan brillante como la primera vez que Harry los vio.

—Te amo, Harry Styles.

—Te amo, Louis Tomlinson.

Cosas lindas. [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora