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Al principio, no había nada. El multiverso era una basta extensión de nada, la oscuridad se extendía hacia todos lados. Los primeros dioses fueron creados allí; Kim SeokJin y Kim NamJoon, a ellos se les otorgó un poder, y con eso, un cargo. Debían dirigir el multiverso y mantenerlo en completo orden.
SeokJin podía crear, NamJoon podía destruir. Y al ser los únicos en el infinito multiverso, un amor se creó entre ellos, y juntos llenaron de estrellas y planetas todos los universos.
Pero, algo faltaba allí, todo ya estaba lleno de planetas de diferentes colores y tamaños, pero estaban secos, sin vida. Así que crearon a JungKook
JungKook era un Dios bastante atractivo, más de lo usual, su voz era melodiosa y perfecta a oídos de cualquiera. El don de Jungkook fue otorgar vida, y así llenó todos los universos con mortales, aves, peces, plantas y otra infinidad de seres.
JungKook fué feliz mucho tiempo con los animales de todos los universos, pero no se le era permitido dejarse ver por un mortal, así que no tenía más contacto con ellos desde que eran creados por él, pero su felicidad se agotó con el tiempo, al estar tan solo sus pensamientos eran sobre si mismo, auto criticándose. Lentamente su corazón dulce se tornó frío y duro como una roca, y no resistía más.
Para calmar su tristeza, SeokJin y NamJoon decidieron crear a los otros Dioses más, como Jimin, YoonGi y HoSeok. Cada uno tenía un don y un cargo, pero aún la actitud amarga de JungKook seguía presente.
Todos los Dioses trataron de alegrar su vida pero todos intentos eran inútiles, la amargura de Jeon seguía presente.
Pero más tarde llegó Tae, el debía dar fin y dirigir las almas por los tres mundos ( Jyng*, Joogny* y Gea*)
A comparación de Kook, TaeHyung era una persona dulce y amable, pero sobre todo, feliz. Y Kook necesitaba de eso, y sin darse cuenta, admiraba tanto a aquél dulce ser, pero no se atrevía si quiera a hablarle, pues temía estropearlo.
Y así el tiempo pasó, y la admiración de Kook hacia Tae se intensificó, y nunca permitió que fuese lastimado, el pequeño Dios no debía ser lastimado. Lo protegía indirectamente, le dejaba pequeños obsequios en su reino, lo seguía siempre.
Ese día, Tae caminaba por un sendero en su jardín (El cual era más grande que el Central Park). Tae era un amante de la botánica, en secreto admiraba a JungKook por sus creaciones, y en su inmenso jardín tenía una muestra de todas las plantas creadas por Kook, pero eso ya es otro tema.
Los piés descalzos de TaeHyung se movían sobre la capa de petalos que caían de los cerezos hasta el suelo. Era relajante para el, observó detenidamente cada cerezo, admirando su belleza y perfección mientras caminaba. Cerró sus ojos, aspirando el aroma que emanaba del lugar. Siguió caminando, hasta que sintió su cuerpo chocar con alg(uien)o más.
Había caido de espaldas y Tae sobaba su nuca por el dolor, hasta que sus ojos se abrieron de más, y un sonrojo apareció en su nívea piel.
Era Jungkook
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*Jyng; El mundo arriba del lugar de los mortales. Allí van las buenas almas
*Joogny: El mundo debajo del lugar de los mortales. Allí van las malas almas.
*Gea: El lugar de los mortales.
Espero les haya gustado
—Vinnie
(Por aahora no tengo Wi-Fi, no podré actualizar por un tiempo)
