Tu piel se hace azul y no te ves.
Me hubiera gustado imaginar o saber, haber notado que ese sería el último día que vería a Azul.
Por la mañana habíamos salido y se notaba muy triste, le pregunté que había pasado y no quería hablar del tema, me evitaba todo lo que tuviera que ver con lo que le sucedió.
La llevé a desayunar unos waffles y licuados, y al esperarlos me dejó unos libros que ya no quería, decía que ya los había leído y otros que no peor que ya no quería. Me dió un beso y dijo .-Amigo, todo se termina-.
Pregunté a que se refería y dijo que por fin se liberaría de esos libros que tanto ha querido tirar pero le costaron dinero.
Cuando se iba a casa, la invité a cenar en mi casa, mamá prepararía pasta y otras cosas de ese estilo. Aceptó a ir.
La acompañé a casa y talle su letra junto a la mía en un árbol viejo que estaba a unas calles de su casa. De la nada me dijo que la juventud, la vida, que todo estaba perdido. Qué se sentía fuera de tiempo y vacía...muy vacía.
Ella se fue a casa y me empujó para que no la siguiera. Insistí. Ella gritó que no vaya detrás de ella, que iría a casa y luego me vería.
No la seguí.Fui a casa apresurado y le pedí dinero prestado a mamá para comprarme ropa que le agrade. Quería verme bien para ella. Quería sorprenderla. Así que fui a comprar una camisa y un pantalón de vestir y unos zapatos bonitos. Estaba muy emocionado.
Mamá compraba las cosas para la cena. Yo practicaba frente al espejo como decirle que la amaba.Había sido un lindo día. El cielo despejado, flores en los parques y jardines y los cantos hermosos de los pájaros. Mamá se comportaba diferente, prestaba mucha atención. Era extraño pero lindo.
Sólo faltaba ella para el día perfecto.Tu piel se hace azul y no te ves tan mal.
La cena estaba servida. Tres platos en la mesa, tres vasos, tres tenedores, tres sillas. Mamá y yo estábamos arreglados. Las manecillas del reloj avanzaban y la hora en la que quedamos simplemente había pasado hace mucho.
Mamá decía que guardemos la comida y cuando llegara sólo la calentamos y servíamos otra vez. Yo decía que Azul estaba en camino. Miraba el celular esperando un mensaje, una llamada. Pero no recibía nada y eso me desesperaba.
Habían pasado casi al rededor de dos horas. Mamá había cenado y acostado. Fui a ver a Azul a su casa.Cuando llegué a casa de Azul todo estaba vacío, no había nadie, ni siquiera alguno de sus hermanos. Había algunas personas en la calle un tanto asustadas y desesperadas y eso era algo extraño para mí, no sabía que hacían ahí o que era lo que estaban diciendo Lo único que podía hacer era ir a los lugares que ella solía frecuentar. Quizá su familia la estaba buscando.
Era la 1:09 a.m, estaba muy cansado, pero, la encontré.
Llamé a la policía.
Cuando llegaron, me encontraron a mi, sosteniendo fuertemente su frío cuerpo.Dijeron que quizá cayó de la parte más lejana del muelle, dónde el mar está profundo o que por accidente alguien la empujó. Nadie podía imaginarse ni tan solo un poquito lo que era la realidad. Nadie podía imaginarse lo que en verdad ella había hecho. Nadie podía imaginarse que ella había saltado por iniciativa propia. Por dolor. Por mala suerte, ella nunca aprendió a nadar. Y aunque se haya arrepentido durante la caída, había sido demaciado tarde para intentar no hacerlo.
Había ido a casa. No literal, simbólicamente. Había dejado de navegar, abandonó el barco, no pudo con el oleaje y se despidió del capitán. Bajó del barco para volar, para ir con las demás estrellas, ahí donde su corazón le mandaba estar, y sólo así poder brillar.
Azul, Azul serás, Sofía serás, amor será. Estarás conmigo en todo y cada momento, en todas las orillas del mar.
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Marineros de la noche estrellada [Azul#2]
Kısa HikayeAún que la vida no sea tan buena, las noches son reconfortantes. Son frías y a veces cálidas. Son amargas y a veces dulces.