Positivo

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Una semana había pasado de los síntomas raros de Nathaniel, todos sus amigos los habían notado, pero el rubio insistía que solo era un resfriado.

Nathaniel se encontraba en la sala de delegados arreglando unos papeles cuando una chica de cabellos largos y blancos entro en la sala.

su nerviosismo se notaba a leguas, jugo con sus manos antes de atreverse hablar al rubio

 -Nathaniel- susurro quedo pero el chico aun así la escucho, sin voltear a verla le pregunto -¿Necesitas algo? -pregunto 

-Yo quería saber si, tu- Sucrette estaba tan nerviosa que no podía hilar palabras completas, el rubio la miro -Necesito un favor- Nathaniel sonrió y asintió


-Cuando dijiste que necesitabas un favor no  me imagine esto- decia Nathaniel mirando a la joven quien daba vueltas en la habitacion 

-Lo siento, nunca he echo esto- se justifico Sucrette -Y no pudiste decirle a Rosalya, o Alex- pregunto mirando el reloj -Yo, es que me da pena, y Rosalya pudo decirle a Lys- decia sonrojada

-¿Y Alex?- pregunto levantandose para acercarse a ella. la tomo de los hombros y la sentó -Me estas mareando-  

-Solo pense en ti- rio mirando el reloj -Ya es hora- dijo al dirijirse al baño de la enfermeria, el rubio la siguio -No se si sentirme ofendido o alagado-respondio con una risilla 

-¿Donde dejaste la tuya?-pregunto Sucrette al mirarlo, -Aquí- respondió tomando la muestra de uno de los estantes, Sucrette tomo una pequeña varita blanca con rosa, y la miro soltando un suspiro de alivio -Salio negativa- y sonrió, mirando a Nathaniel el cual estaba mas blanco que una hoja, la prueba cayo de sus manos justo cuando el se desmayo.

-Nathaniel-grito tan fuerte Sucrette por el susto, el rubio quedo tendido en el suelo, y lo que estaba en su mano quedo olvidado en algún lugar de la habitación, la chica se arrodillo a la altura del delegado, mientras daba pequeñas palmaditas -Nath despierta- decía alterada, no quería llamar a la enfermera o algún maestro por que preguntarían que estaban haciendo y eso podía traerle problemas al rubio.

Con esfuerzo, logro sentarlo en el suelo, el chico a pesar de ser delgado pesaba horrores, la chica de cabellos platas mordía su labio intentando pensar como despertarlo, busco en los estantes algo de algodón y alcohol, cuando lo encontró lo paso por la nariz del rubio quien por el fuerte aroma arrugo la nariz.

-¿Nath?-pregunto sin quitarle el algodón alcoholizado del rostro, el chico solo balbuceaba palabras que ella no lograba entender, con resignación salio a buscar ayuda, al abrir la puerta del baño, vio a la persona menos esperada.

-¿!Castiel¡?-grito en sorpresa Sucrette -¿Tu? !Que haces aquí¡-hablo en un titubeo la chica cerrando la puerta del baño -Es algo que no te importa- contesto el pelirrojo con su amabilidad de siempre 

-Yo- la chica rasco su mejilla, al momento de que el guitarrista pregunto -¿Que escondes?- y se acerco donde ella estaba, la de cabellos plata iba a contestar, cuanto la puerta que ella resguardaba fue abierta por un encorvado rubio, que no podía mantenerse en pie, Sucrette se olvido de Castiel, y tomo a Nathaniel por la cintura -¿Como te encuentras?- pregunto 

-Mareado y con ascos-dijo el rubio -Si no fuera por que eres hombre, diría que estas embarazo -dijo Castiel en son de broma, lo cual hizo que Nathaniel empezara a temblar tanto que Sucrette no pudo sostenerlo y callo al suelo de rodillas, Castiel y su asustados llegaron a su altura -Pasa algo Nath, el rubio miro a la chica y después al rockero para mirar con temor los ojos grisáceos de este -Yo no se- y les mostró la prueba.

En aquella varita blanca con rosa, en el recuadro, perfectamente marcadas en todo su esplendor brillaban dos lineas de color rosa fosforescente que daban un perfecto "POSITIVO" 

el secreto de NathanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora