—¿Crees que pueda lograrlo? Perdona que suene tan pesimista, pero parece bastante complicado... y él no es más que un niño.
—Quiero pensar que es posible. Siendo sincero, Mordred ha sido impresionante, su magia, nunca había visto nada igual.
—La magia es impresionante en sí misma.
Las voces tranquilas comenzaron a sonar nítidas cuando la consciencia surgió. Mordred estaba cálidamente cubierto por su capa druida y el aroma a guisado recién hecho llenó su nariz. Por un instante, se sintió en casa; él casi esperó encontrar a Kara allí, sentada a su lado con el cabello recogido y los hoyuelos en sus mejillas. En cambio, cuando abrió los ojos, vio a Percival y Lancelot sentados frente a frente, una fogata entre ellos. Este último parecía hablar sin malicia ni intención, sus ojos buscando respuestas.
—Pero... ¿crees que es sincero?
Percival lució un poco ofendido, su voz más ronca de lo normal.
—Claro que sí, él no es malvado. Si lo fuera, no habría usado su magia al punto de desmayarse, solo para intentar salvar mi vida. Estoy muy seguro de que no está mintiendo.
Lancelot meditó un momento ante el fuego. A la pálida luz del día, lucía mucho más cansado de lo que pareció al alba, había ojeras pronunciadas en sus ojos amables, preocupadas arrugas en su frente.
—Escuché rumores, de druidas que se han unido al rey.
—Mordred no se unirá al rey —Percival estaba completamente convencido—. Confío en él.
Saber que Percival confiaba en él hizo a Mordred feliz de una forma extraña, y también un poco culpable por no ser del todo sincero. Lancelot sonrió tenue y comprensivo.
—Aprecias al chico. A pesar de que me has dicho que le conoces hace tan solo un par de días.
Observó. Un rubor tenue cubrió las mejillas de Percival, parecido al que tuvo junto al arroyo.
—No puedo explicarlo, es... Yo... —Rebuscó un momento y después simplemente se rindió—. Tuve un amigo que jamás me contó que tenía magia, lo supe de una forma muy mala hasta el levantamiento de la prohibición. Pero Mordred, él decidió que salvarme era más importante que mantener su magia en secreto. Que alguien confíe en ti de esa manera hace que tú quieras confiar en él.
El hombre castaño suspiró.
—Sí, lo entiendo. Sé lo que se siente que alguien te confíe su más grande secreto. Hay algo en ellos, en la magia que desprenden sus ojos...
—Conoces a alguien con magia —Murmuró Mordred de pronto, haciendo que ambos se sobresaltaran. Percival se inclinó hacia él.
—Hey, compañero. ¿Te sientes mejor?
—Un poco desorientado... ¿Cuánto tiempo ha pasado?
—Dos horas —Dijo Lancelot—. Buscamos al otro caballo, hemos hecho el desayuno también. ¿Tienes hambre?
—Como un perro flaco.
—Flaco si que estás, amigo —El hombre sonrió—. Percival me ha contado un poco sobre sus planes.
—Entonces sabrás que es un plan suicida —Comentó mientras tomaba la comida que Percy le ofrecía—. Y tal vez no tengamos futuro alguno.
—Bueno, cuenten conmigo, las causas perdidas son mis favoritas.
Sus palabras quisieron ser desenfadadas, pero quedaron en el aire entre ellos de una forma lúgubre. Mordred siguió comiendo y Lancelot entonces miró a la nada, parecía incluso triste. Mordred se sintió intrigado por esa reacción.
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Un Corazón de Sombras y Ruina
FanfictieMordred debe emprender un viaje para desenmarañar el misterio que envuelve a Camelot y el levantamiento de la prohibición de la magia. El camino es oscuro y plagado de peligros, pero no está solo. ¿Estará preparado para enfrentarse a la oscuridad? ¿...