|EL PLAN|

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Siempre era lo mismo, el la invitaba a salir, ella se negaba y lo rechazaba. Era común ver aquella escena todos los días, pero octubre sería sin duda muy diferente.

Los merodeadores no habían aparecido para el desayuno y eso había alarmado a todos los alumnos, incluyendo a los profesores. No era normal que se saltarán algo tan importante en sus vidas.

Minerva McGonagall había ordenado a la prefecta Lily Evans que vaya en busca de ellos. La pelirroja amablemente obedeció pero por dentro ni siquiera quería estar cerca del arrogante de Potter, sabía que el no perdería ni un segundo y la volvería a invitar a una supuesta cena romántica bajo las estrellas.

Camino hacia el cuadro de la dama gorda, dijo la contraseña e ingresó, subió despacio hacia el dormitorio en donde  “El trio de idiotas y Remus” dormían.

Toco un par de veces y sin esperar respuesta ingreso con una apariencia completamente calmada.

—La profesora me envío a...—se quedó helada de pies a cabeza. James Potter se encontraba echado en la cama mientras una alumna que ella jamás había visto en su vida estaba encima de él, ambos se encontraban semi desnudos.

—¡Oh!—fingió asombrarse James poniendo a su acompañante a un costado—. Evans ¿Qué haces aquí?—se sentó en la cama y empezó a acomodarse la túnica, mientras la desconocida alumna solo se cruzó de brazos algo molesta.

—Ah... bueno... la... la profesora McGonagall pidió que tú y tus amigos fueran al gran comedor a  desayunar—le dijo intentando no bajar la mirada al ver lo  hermosa que era la supuesta novia de el—. ¿Donde esta Remus?—le preguntó ya con la misma expresión de siempre. ¿Porque tenia que sentirse mal? Potter no era nada de ella, simplemente era un arrogante que por fin la dejaría en paz.

—¿Lunático? Mm... No lo sé, no lo he visto—miro a la desconocida alumna con que se había estado besando hace segundos—. ¿Has visto a Remus, Camila?—le pregunto sonriendo de costado.

—No—le respondió mientras se recostaba en la cama—. Es muy escurridizo, además de ser lindo—se estiró dejando a la vista su hermosa  y perfecta silueta.

—Bueno si lo ves, Potter, dile que lo estaré esperando en la biblioteca para un trabajo que nos faltó hacer—le dijo fríamente y luego dirigió una última mirada hacia Camila, para después salir del dormitorio a toda velocidad, no soportaba estar mas tiempo cerca de ese par de enamorados.

James se quedó en silencio por algunos segundos, su rostro se había congelado completamente. Después, como si se hubiera dado cuenta de algo muy grave salto encima de Camila y empezó a ahorcala.

—¡Me las pagarás, Canuto! ¡Si Evans me termina odiando, juro que te mataré!

—¡Sueltame! ¡No puedes golpear a una dama!—le dijo mientras forcejeaban—. ¡Todo saldrá bien! ¡DEBES CONFIAR EN MI! 

—¡¿Confiar en ti?! ¡Tu estúpido plan solo me alejara más de mi Evans!

—¡No comprendes! ¡Estoy más que seguro que este plan tendrá éxito!—empezó a golpearlo por todas partes para poder defenderse.

Peter y Remus salieron a toda velocidad del baño para poder separar a esos dos y evitar que salieran heridos.

*Dos minutos después*

—Muy bien..—respiro James algo frustrado—. ¿Que haremos para que nadie sospeche?

—¿Porque sospecharían?—preguntó tímidamente Peter

—¿Porque sospecharian? Pregunta el idiota—se burló  James con total enojo—. ¿No te das cuenta que Sirius Black desaparecerá y una nueva estudiante aparecerá de la nada?

—Espera—protesto Canuto—. ¿Quien te dijo que quiero seguir siendo tu amante? Que lo haga Peter, yo no pienso seguir tomando esa asquerosa poción.

—¿Yo? Fuiste tú el de la idea, Canuto, debes quedarte firme hasta el final—le dijo Peter para poder librarse de  todo—. Lo haces de maravilla. Tu actuación es muy natural, llevas dentro de ti a una mujer.

—Lo que Peter quiso decir, es que nadie puede ser tan elegante—aclaro rápido Remus para evitar que hubiera otra pelea—. Camila debe ser amable, sexy, inteligente, capaz de hacer cualquier cosa y todo eso  solo lo  puedes hacerlo tú, Canuto.

—Ahss..Está bien, lo haré. ¡Pero!—apuntó con su dedo a James para dejarle las cosas bien en claro—. No quiero que me toques, solo besos y nada mas...por cierto, besas horrible, amigo. Deberías practicar con la almohada o con tu mano.

—Yo si se besar, el problema eres tú, tomas la imagen de toda persona pero por dentro sigues siendo hombre y eso es...asqueroso.

—Escuchen, lo primero que debemos hacer es enviar una carta al director Dumbledore especificando que Sirius estará ausente por dos semanas—dijo Remus —. Podríamos falsificar la letra de tu madre, James, porque ahora ella es la tutora de Canuto.

—¿Falsificar la letra de mi madre? ¿Quieres que muera?—le pregunto James completamente aterrado—. Si mi madre se entera... ella me matará lentamente. No puedo arriesgarme en eso—no mentía en lo absoluto, su hermosa madre tenia un carácter de temer.

—Entonces hay que falsificar la letra de tu padre o pidamos ayuda, el siempre nos apoya en nuestras bromas—dijo Remus en busca de alguna solución. Conocía muy bien al señor Potter y sabía que si o si haría lo que sea por su hijo.

—Bueno, el sin duda me ayudaría, pero ¿Que haremos con Camila? ¿Como explicaremos su procedencia?

—Podríamos decir que es tu prima lejana que estuvo estudiando en el extranjero y se cambió a Hogwarts—opino Sirius

—Seria amante de mi prima—dijo con horror James

—No es tan grave, en mi ex familia pasaban cosas peores—murmuró Sirius

—Muy bien, entonces todo está resuelto, solo serán dos semanas, si no logramos nada en ese tiempo—dijo Remus mirando a James— me temo que te tendrás que olvidar de Evans.

James asintió con dolor.

La Hermosa Novia De CornamentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora