|ADIOS HERMOSA|

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Sirius Black se había tomado la última poción, ya era momento de poder despedirse de Camila. Se dejó el cabello suelto y se vistió con una túnica muy elegante, tenía que dar una última buena impresión para que jamás se olvidarán de ella.

Termino de arreglarse y salió del dormitorio de las chicas, ninguna de ellas le dirigió la mirada, la odiaban por el simple hecho de haber jugado con dos corazones.

Se deslizó por las escaleras que se habían convertido en un enorme tobogán. Se enderezó y camino con la cabeza en alto.

Salió por el cuadro de la dama gorda pensando que nadie lo acompañaría hasta la salida, pero se equivocó. Muchos alumnos estaban presente, todos eran varones completamente tristes porque una hermosa joven se iría y ya no disfrutarían de su presencia.

—Oh—se llevo una mano al corazón—. Que tiernos, siempre tan caballerosos, nunca los olvidare a ninguno de ustedes—bajo por las escaleras despidiéndose con una agitación de mano. Se sentía la persona más importante del mundo mágico.

Camino muy sexy recibiendo silbidos y aplausos como también algunos piropos de sus más leales fans.

—♥¡Hermosa, no te olvides de escribirme!♥—le grito un Ravenclaw —. ♥ ¡Estaré esperando por ti, mi cielo! ♥

—Te escribiré—le dijo Sirius mandándole un beso.

—♥¡Camina por la sombra, porque un bombón con tu se puede derretir!♥—le grito un Slytherin desde el fondo.

Sirius sonrió de oreja a oreja. Nunca en su vida había recibido tantos cumplidos.

—♥¡Cuídate preciosura!♥—le grito un Gryffindor que Sirius no se dio cuenta pero era Remus—♥ ¡Pensaré en ti todos los días!♥

Todos los alumnos varones de las cuatro casas correspondientes habían salido para poder despedir a Camila. Era impresionante ver que incluso peeves se encontraba presente, el duende no dejaba de aventar rosas y pétalos por donde ella iba caminando.

—¿Que es todo este escándalo?—pregunto Minerva tratando de caminar—..nunca había visto tantos alumnos en un mismo lugar.

—Estamos despidiendo a la niña más linda del mundo mágico—le respondió un alumno de primero

—¿Cómo dice?—se coló por los alumnos y se dio con la sorpresa que no era mentira, la señorita Quill había decidido irse por la puerta grande recibiendo las miradas lujuriosas de todos—. Esto es inaudito. Nunca en todos mis años en Hogwarts—por la expresión que tenía estaba más que claro que se encontraba muy furiosa.

Los piropos para Camila siguieron. Algunos muy románticos como otros muy incómodos.

Sirius caminaba con total tranquilidad sin darse cuenta que su hermano Regulus también estaba presente y gritando piropos para el a cada momento.

—♥¡Esas caderas parecen carreteras!♥

—¿Que son carreteras?—le pregunto Lucius Malfoy

—no lo sé—se encogió de hombros—lo escuché de un muggle y pensé que sería romántico.

—♥¡Eres como un ángel caído del cielo!♥

—♥¡Cásate conmigo, Camila!♥

—♥¡Te construiré un castillo, mi hermosa princesa!♥

Seguían los piropos para Camila.

Los profesores salieron de sus despachos al oír el escándalo. Incluso el mismo director se hizo presente.

—Minerva...por lo veo, la señorita Quill a enamorado a todo alumno presente en Hogwarts.

—Ni lo imagina, nunca había visto tanto escándalo.

El director solo sonrió con diversión. El ya sabía perfectamente que esa supuesta Camila Quill era el mayor mujeriego, Sirius Black, pero no planeaba decir nada, nunca delataría a los merodeadores. El solo disfrutaba en silencio las más descabelladas ideas de ellos.

Cuando pensaron que no habría otra despedía que solo piropos, muchos alumnos empezaron a acercarse a Camila y le entregaron ramos de rosas como algunas cajas con chocolate.

—Se los agradezco...muchas gracias..—recibió una enorme caja que tuvo que hacer levitar hacia la salida—..Gracias, Lucius—le acarició el rostro y el rubio se sonrojo hasta morir

Camino hasta la salida, se detuvo y volteo elegantemente moviendo su cabello como una diosa.

—¡Nunca los olvidare! ¡Ha sido la mejor semana de mi vida!-grito derramando unas lágrimas de emoción— ¡Quiero que sepan que los quiero y siempre estarán en mi corazón!—se despidió con un gesto de mano y se fue...caminando lentamente por los terrenos, hacia Hogsmeade.

Muchos alumnos se dispusieron a seguirla pero el director cerró las puertas con un movimiento de varita.

—Creo que la señorita Quill puede caminar sola hasta Hogsmeade, no es necesario que la acompañen—les dijo con una sonrisa—. Ahora quiero que vuelvan a sus salas comunes, por favor.

*Afuera del castillo*

Al escuchar que la gran puerta del castillo se cerró, Sirius Black no espero ni dos segundos y corrió tan rápido como el viendo hacia la casa de los gritos.

Se quedó ahí, esperando a que el efecto de la poción le pasará. Tenía muchas cosas que hacer, empezó a abrir los obsequios que le habían dado sus administradores, muchos de ellos eran caros y muy sofisticados. Los chocolates se los guardo para su amigo y las flores las escondió, su aniversario con Marlene ya se acercaba.

Después de un largo rato, por fin Sirius Black pudo regresar, a diferencia de Camila, nadie lo espero, solo Marlene y sus amigos.

Había pasado una semana muy extraña y deseaba con toda su alma jamas volver a vivirla.

|Camila Quill|

|Camila Quill|

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