El Quizás de mi Realidad

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CAPÍTULO 10.

Orestes

No podía dejar de pensar en la corta conversación que tuve con mi abuelo, mi corazón estaba desbocado con tan solo pensar si Valeria no era prima, pero claro, eso no podía ser así, porque si resultaba serlo eso significaría que nos han mentido toda nuestra vida, y no sería fácil de perdonar, porque si hay algo que yo más odio en esta vida son las mentiras.

Ya que el mentir no viene solo, viene acompañado de traiciones, malas intenciones y vaya Dios a saber que más cosas horribles trae con ello. Por lo que mejor ocupo mi mente y emociones en otra, como nadar, si, eso sería lo mejor para despejar mi mente.

Me puse el traje de baño, agarre mi toalla y baje, hice mi camino hasta la piscina y sin pensarlo dos veces me tiré de cabeza y comencé a nadar. Nade y nade hasta que me dolieron las extremidades y las yemas de mis dedos se empezaron a arrugar. Apenas voy saliendo del agua notó que mi prima me mira de arriba abajo con los labios un poco entre abiertos. Esta sería la mejor oportunidad para burlarme de ella solo un poco, oportunidad que no desaprovecho.

- Que paso Val? Parece que viste algo que te llamo mucho la atención

- Ah? Que?

Son las únicas palabras que logra pronunciar, pero al cabo de un minuto se corrige, sin embargo veo que sus mejillas están muy sonrojadas.

- No Ore, no vi nada, solo me quede pensando, tu sabes

- No, no se, por que no me lo cuentas

Después de que hablo me voy acercando mucho más a ella, estoy consciente que estoy medio desnudo, pero hey!, esto es parte de la broma, estamos tan cerca que puedo sentir como toma leves suspiros y los deja escapar muy lentamente, chocando así contra mis labios.

- Porque estas tan cerca de mi?

- Qué? No puedo?, Haz puesto una orden de restricción en contra mía que no sepa?

- No seas idiota obvio que no

Lo dice mientras da pasos hacia atrás alejándose de mí, cosa que no funciona porque cada vez que ella retrocede yo avanzo

- Sabes qué?

- No, que tienes –le tiembla el labio-

- Me duele algo

- Donde?

- Acá

Agarro su mano y la llevo a mi pecho desnudo, la ubico en mi corazón y puedo sentir la calidez de su palma contra mi piel fría, me agrada esta sensación, puedo sentir que estoy mucho más cerca de ella. Las señales de PELIGRO se activan en mi mente y necesito romper este momento.

Y como si ella leyera mi mente me empuja hacía a la piscina, solo que sin contar que la agarraría del brazo de manera que ambos estuviéramos totalmente sumergidos en el agua.

- Orestes! –grita mi nombre- donde estás?, ayuda

- Tranquila, desde hace rato que te estoy agarrando

- Porque me haces esto?

- Hacerte que?, deja que te recuerde que fuiste tu la que me empujaste

- Pero la idea era que te cayeras tú, no yo

- Porque será que siempre tenemos que terminar mojados?

Mi Gorda BellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora