I Can't Help It. He's My Kryptonite

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—Jungkook, por favor deja de dar vueltas y solo ayúdame aquí. Apenas sé qué camisas quieres llevar contigo —dice Hoseok, con las manos hurgando en la ropa del más joven mientras sus ojos buscan en su extremadamente amplio clóset. ¿Cómo es que tiene diez camisas blancas? ¿Y diez negras? Uno podría pensar que teniendo la cantidad de dinero que el niño tiene, al menos tendría muchas de colores diferentes.

—No puedo. No voy a ir—es toda la respuesta que recibe, apenas audible sobre el bullicio del gran televisor encendido al fondo. Hoseok escucha cómo el guapo periodista sigue alertando sobre posibles tormentas de invierno durante el día de mañana, pero no dice nada.

—En serio, hemos pasado por esto. Lo estás haciendo por todos los empleados que necesitan sus trabajos para vivir—hace una pausa antes de agregar —Y para Joon, por supuesto —Habla como si estuviera haciéndolo con un niño pequeño porque, si no lo conociera mejor, podría serlo.

—Como si él alguna vez hubiera hecho algo por mí—Jungkook resopla. Hoseok no puede evitar que sus ojos rueden para después lanzarle una mirada asesina por encima de su hombro.

—Hey, él lo hace y tú lo sabes. Ahora, ¿negro o blanco?—él pregunta sosteniendo dos camisas, una en cada mano, aunque realmente no hay mucha diferencia teniendo en cuenta que el tipo está usando una negra en este momento.

—Solo me quedo por un día —Jungkook es quien pone los ojos en blanco ahora, ignorando el hecho de que acaba de decir que no iría de todas formas, ya que no es como si tuviera muchas opciones. Sus ojos se dirigen al reloj sobre su buró y hace una mohín cuando los números pasan a una velocidad anormal. Sigue moviéndose de un lado a otro en su habitación, el amanecer burlándose de él desde la ventana.

—Si las cosas van bien, ustedes dos van a pasar la Navidad en Japón viendo anime sin salir de la habitación del hotel—se escucha la sonrisa satisfecha de Hoseok a través de sus palabras.

—Gracioso. De hecho llamé al hotel para verificar que nuestras habitaciones estuvieran en pisos diferentes—dice Jungkook con una sonrisa, como si estuviera orgulloso de sí mismo; es la única cosa que lo relaja muy levemente, la idea de ocho pisos separándolos. Hoseok no sabe si reírse o compadecerse del pobre chico.

—No tienes mucha fe en ti mismo, ¿eh?—Pregunta con una ceja levantada antes de mirar hacia atrás a la maleta con una mueca. ¿Puede estar más vacía?

—Creo que los recientes acontecimientos son prueba suficiente de eso...—el joven responde avergonzado mientras se muerde el labio inferior, ignorando el dolor.

—Es verdad —su primo se estremece cuando coloca tres camisas dentro de la maleta sobre la cama. —Si algo pasa siempre puedes llamarme. ¿Lo sabes, cierto?—pregunta volteándose para mirar al joven después de cerrar la maleta.

—Gracias, en serio. Por todo. Sé que no lo digo a menudo... pero es bueno tenerte cerca, siempre lo ha sido—dice Jungkook con una pequeña sonrisa, casi avergonzada, adornando sus labios. Hace que el corazón del mayor se infle. Él sabe lo difícil que es para su primo abrirse, y mucho más hablar de sus emociones, por lo que realmente acelera su corazón cuando lo hace.

—Lo sé Kook, no te preocupes. Cuido tu espalda. Siempre lo haré—dice Hoseok, con una mano en su hombro y una increíble calma inundando su expresión. Él le da un apretón cariñoso antes de sacudir la cabeza, no queriendo hacer que Jungkook se sienta más incómodo. —Suficiente de eso, ¿tienes tus boletos de avión? ¿Pasaporte?

—Sí, señor—responde el joven forzando a sus nervios a disminuir.   

—Okay, solo un día. Tú puedes hacer esto, recuerda lo que nosotros hablamos —Hoseok dice y Jungkook suelta un quejido porque ugh, esto no ayuda en absoluto.    

Unwanted Butterflies ❥ KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora