Capitulo 3 un nuevo dia una nueva aventura

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Era sábado por la mañana. El despertador de Naoto sonaba con insistencia. Su padre lo llamó desde la cocina.

—¡Nao, es hora de levantarte! Son las 11 de la mañana.

Naoto se despertó con un bostezo y se sentó en la cama.

—¡Voy, papa!

Su padre le había preparado el desayuno. Naoto se sentó a la mesa y comenzó a comer.

—Hoy vas a salir con Kenta al centro, ¿verdad? —preguntó su padre.

—Sí, papa. Vamos a comprar el nuevo juego de estrategia que acaba de salir.

—Bueno, espero que te vaya bien. ¡Que tengas un buen día!

Naoto se despidió de su padre y salió de la casa. Kenta lo esperaba en la parada del autobús.

—¡Buenos días, Nao! —dijo Kenta con una sonrisa.

—¡Buenos días, Kenta! —respondió Naoto.

Subieron al autobús y se dirigieron al centro de la ciudad. Al llegar, caminaron hacia la tienda de videojuegos. Naoto se sorprendió al ver a Sakura y Saya, la hermana de Kenta, dentro de la tienda.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Kenta, sorprendido.

—Vinimos a comprar el nuevo juego

Era sábado por la mañana. El despertador de Naoto sonaba con insistencia. Su padre lo llamó desde la cocina.

—¡Nao, es hora de levantarte! Son las 11 de la mañana.

Naoto se despertó con un bostezo y se sentó en la cama.

—¡Voy, papa!

Su padre le había preparado el desayuno. Naoto se sentó a la mesa y comenzó a comer.

—Hoy vas a salir con Kenta al centro, ¿verdad? —preguntó su padre.

—Sí, papa. Vamos a comprar el nuevo juego de estrategia que acaba de salir.

—Bueno, espero que te vaya bien. ¡Que tengas un buen día!

Naoto se despidió de su padre y salió de la casa. Kenta lo esperaba en la parada del autobús.

—¡Buenos días, Nao! —dijo Kenta con una sonrisa.

—¡Buenos días, Kenta! —respondió Naoto.

Subieron al autobús y se dirigieron al centro de la ciudad. Al llegar, caminaron hacia la tienda de videojuegos. Naoto se sorprendió al ver a Sakura y Saya, la hermana de Kenta, dentro de la tienda.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Kenta, sorprendido.

—Vinimos a comprar el nuevo juego de estrategia —respondió Saya.

Naoto se sintió nervioso al ver a Sakura. Kenta se dio cuenta y le dio un codazo.

—¡Vamos, Nao! ¡Compramos el juego y lo jugamos en tu casa!

Compraron el juego y se dirigieron a la casa de Naoto. Subieron a su habitación y comenzaron a jugar. Pasaron horas jugando y riendo.

—¡Oye, Nao! —dijo Kenta durante un descanso—. ¿Por qué no le pides ayuda a Saya para conquistar a Sakura?

Naoto se sintió sorprendido por la sugerencia de Kenta.

—¿Crees que Saya me ayudaría? —preguntó.

—¡Claro que sí! —respondió Kenta—. Mi hermana es muy buena onda.

Naoto se sintió emocionado por la posibilidad de pedir ayuda a Saya. Se despidió de Kenta y se dirigió a su casa.

Al llegar, Saya lo recibió con una sonrisa.

Era sábado por la mañana. El despertador de Naoto sonaba con insistencia. Su padre lo llamó desde la cocina.

—¡Nao, es hora de levantarte! Son las 11 de la mañana.

Naoto se despertó con un bostezo y se sentó en la cama.

—¡Voy, papa!

Su padre le había preparado el desayuno. Naoto se sentó a la mesa y comenzó a comer.

—Hoy vas a salir con Kenta al centro, ¿verdad? —preguntó su padre.

—Sí, papa. Vamos a comprar el nuevo juego de estrategia que acaba de salir.

—Bueno, espero que te vaya bien. ¡Que tengas un buen día!

Naoto se despidió de su padre y salió de la casa. Kenta lo esperaba en la parada del autobús.

—¡Buenos días, Nao! —dijo Kenta con una sonrisa.

—¡Buenos días, Kenta! —respondió Naoto.

Subieron al autobús y se dirigieron al centro de la ciudad. Al llegar, caminaron hacia la tienda de videojuegos. Naoto se sorprendió al ver a Sakura y Saya, la hermana de Kenta, dentro de la tienda.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Kenta, sorprendido.

—Vinimos a comprar el nuevo juego de estrategia —respondió Saya.

Naoto se sintió nervioso al ver a Sakura. Kenta se dio cuenta y le dio un codazo.

—¡Vamos, Nao! ¡Compramos el juego y lo jugamos en tu casa!

Compraron el juego y se dirigieron a la casa de Naoto. Subieron a su habitación y comenzaron a jugar. Pasaron horas jugando y riendo.

—¡Oye, Nao! —dijo Kenta durante un descanso—. ¿Por qué no le pides ayuda a Saya para conquistar a Sakura?

Naoto se sintió sorprendido por la sugerencia de Kenta.

—¿Crees que Saya me ayudaría? —preguntó.

—¡Claro que sí! —respondió Kenta—. Mi hermana es muy buena onda.

Naoto se sintió emocionado por la posibilidad de pedir ayuda a Saya. Se despidió de Kenta y se dirigió a su casa.

Al llegar, Saya lo recibió con una sonrisa.

—¡Hola, Nao! —dijo—. ¿Qué tal?

—¡Hola, Saya! —respondió Naoto—. Estoy bien, gracias.

Saya se sentó en el sofá y Naoto se sentó a su lado.

—¿Qué pasa, Nao? —preguntó Saya—. Pareces nervioso.

Naoto se sintió sorprendido por la observación de Saya.

—Es que... —comenzó a decir—. Me gustaría pedirte un favor.

Saya se inclinó hacia adelante, interesada.

—¿Qué favor? —preguntó.

Naoto se sintió nervioso, pero decidió seguir adelante.

—Me gustaría que me ayudaras a conquistar a Sakura —dijo.

Saya se sorprendió por la petición de Naoto, pero luego sonrió.

—¡Claro que sí, Nao! —dijo—. Estoy dispuesta a ayudarte.

Naoto se sintió emocionado por la respuesta de Saya. Se despidió de ella y se dirigió a su casa, sintiéndose más confiado que nunca.

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