Actualmente- Sandra
Habían venido a recibirme varias amigas, compañeros de clase y compañeras de atletismo pero no recibí a ninguno. Les pedí que se fueran. Mis amigas insistieron pero no cambie de opinión.
-Oye Sandra, ha venido un chico que…- Empezó a decir mi Padre.
-No quiero recibir a nadie.- Le corte a mi padre.- Por favor dile que se vaya.-
Estaba tumbada en mi cama no se cuanto tiempo, escuche a mi padre hablar con alguien pero no conseguí descubrir quién era, se me fuero cerrando los ojos y me quede dormida.
Al despertar vi sobre mi mesa de noche un ramo de flores azules, me incorpore rápidamente sobre mi cama, incorpore mis piernas para sentarme, con ayuda de mis brazos ya que bueno… ellas por sí misma no podían hacerlo. Cogí el ramo, estaban puestas en un jarrón de cristal, habrían sido cosa de mi madre. En ese momento entro mi padre.
-¿De quiénes son?- Le pregunte
-Antes vino un chico y como no querías verle me dijo que te diera las flores.- Fue a salir pero se giro.- Casi se me olvida… rápidamente te escribió una nota esta encima de la mesa.-
Detrás del jarrón vi que efectivamente había un folio doblado. Estire un poco mi brazo para alcanzarla. Era un folio normal, con un boli, y una bonita caligrafía para ser un chico, estaba escrito mi nombre. La abrí, ponía:
Sandra,
Siento que no hayas podido recibirme, probablemente no sepas quien soy, mi nombre es Dereck. Fui al hospital a verte con estas mismas rosas, pero a ti ese día ya te habían dado el alta, te vi mientras estabas en el coche y nuestras mirada se cruzaron unos segundos. La verdad, es que me gustaría ayudarte en lo que pueda, se que lo estas pasando muy mal y no puedo decir que te entienda, te estaría mintiendo, pero si puedo hacer algo para que te resulte menos difícil lo que te está pasando quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que sea que siempre estaré ahí para ti. Me pasare mañana a verte si resulta que tampoco quieres verme me resignare a eso y te dejare tranquila.
Con cariño
Dereck
Ahora sabia de que me sonaba aquel chico, yo también lo había visto en el instituto de vez en cuando, siempre me quedaba embobada en sus ojos. Nunca pensé que alguien hiciera eso por mí. Lo que siempre había querido que me regalaran, rosas azules, y eran preciosas. Leí la carta dos veces más, parecía un chico tan dulce. Tan absorta estaba en la carta que no me di cuenta de que mi madre se había asomado por la puerta de mi habitación.
Estaba sonriendo.
-¿Qué? – Le pregunte yo y ella se rio un poco
-No es nada, es solo… que es la primera vez que te veo sonreír desde que paso el accidente.- Me dijo ella con una mirada triste.- Supongo que las flores serán de alguien especial.- Dijo sin más y se fue por donde vino.
¿Era alguien especial? La verdad es que no lo sabía pero… estaba empezando a serlo.
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No digas nada, Solo quédate conmigo (en espera)
Teen FictionSandra iba a ser una prometedora atleta, había ganado ya cientos de trofeos, medallas etc… Pero un día todo eso se termino. Buscando a su gato en una casa abandonada, se vio rodeada de fuego mientras intentaba huir del incendio sin previo aviso se l...