병원

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El día es gris y llueve. La pequeñas gotas recorren las ventanas de aquel lugar y un sentimiento de tristeza se transfiere en el ambiente, nublando las paredes blancas de aquel espacio. Kim Hyieri mantiene su cabeza apoyada en la palma de su mano mientras mira a través de la ventana de su cuarto sin mucho interés, simplemente porque se aburre y no tiene nada más que hacer; las personas correr de un lado a otro, bajando y subiendo de las ambulancias donde personas son transportadas en camillas sacandolas fuera y dentro, con rapidez como si el tiempo fuese escaso, y de alguna manera u otra lo es, pues la bomba de reloj está ahí, indicando que puedes morir, que aquellas personas pueden morir en tus propias manos sin tú poder llegar a hacer nada. Por lo que la rapidez y la perfección en aquellos momentos es totalmente necesaria. Como una rutina, siempre igual y repetitiva; pero que realmente a la chica le parece interesante. Incluso suele preguntar a algún trabajador de allí, con el que tenga confianza pues lleva ya en aquel sitio bastante tiempo, sobre la historia del paciente. A veces, y si ve que no es mala idea pues suele ser un tema muy sensible, incluso a ellos mismos.

Es una chica curiosa, desde pequeña ha preguntado mucho y ha sido caracterizada por eso. Además, tampoco es que haya muchísimas cosas que hacer aparte de ayudar a las personas y conversar con ellas en aquel lugar.

Podría gastar su tiempo en pasatiempos, y lo hace, pero nada es tan interesante, por lo menos no para ella, que imaginarse las duras vidas que han llevado los ancianos de allí, o cuales son los posibles accidentes de las personas que entran ahí cada día. Incluso cuida de los niños internados en pediatría cuando no tiene nada más que hacer.

Aparta la vista de la ventana cuando alguien entra a su cuarto y gira su cabeza hacia la entrada. Un chico rubio le mira con curiosidad desde allí.

— ¿Cuántas van ya? — Pregunta mientras aparta su cuerpo del marco de la puerta y se acerca ella con paso lento hasta sentarse a su lado en la camilla.

— Mmm quince, quizás más — Duda, no está segura pues no ha estado muy atenta a la cuenta — No se, hoy han pasado muchas y aún es por la mañana.

— Quizás ha habido algún accidente.

Hyieri vuelve a mirar hacia fuera. Otra ambulancia más llega, los médicos bajan rápido, con urgencia y otros más salen para ayudar. Parece grave y la chica traga con dificultad pensando en alguna historieta de la llegada de esta.

— Puede ser.

Se muerde el labio inferior pensativa y sigue mirando por la ventana acompañada del rubio. La habitación se queda en total silencio pero a ninguno le desagrada, están acostumbrados al silencio que acompaña a algunas partes del hospital asique no les importa.

Realmente están acostumbrados a aquel lugar. A las personas, a las enfermedades y a todas las desgracias o bendiciones que pueden acompañarlo.

También a los lamentos, a los lloros y a la tristeza.

Por eso Hyieri se esfuerza en ayudar a la gente.

No le gusta ver a las personas sufrir, no como la ha hecho ella y lo sigue haciendo.

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Heterosexual | Historia corta

Capítulos cortos

Ficción. 

El funcionamiento real de un hospital, o de la planta psiquiátrica de este, es de bastante desconocimiento por mi parte. Me baso en series y en lo poco que sé o imagino para escribir esto. 

Reminiscence | jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora