03; questions

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Era una mañana fría, más fría de lo normal y el chico de cabellos castaños lo estaba notando, pues aunque el hospital siempre se sentía frío, aquel día mucho más y eso no le gustaba. Suponía que ni a él ni a ningún paciente. Tan frío estaba todo, que sus manos empezaban a entumecerse en aquel viejo patio en el que se encontraba. Incluso estaban empezando a picar un poco.

Suspiró mientras abrochaba mejor su chaqueta y volteó su cabeza para seguir atendiendo a las explicaciones que Seokjin, su hermano y enfermero, decía. Hacía mucho que llevaba hablando, o eso creía pues no estaba seguro del todo ya que había dejado de prestar atención hace un buen rato, de algo relacionado a su persona pero que a él le daba igual.

Todo le daba igual en verdad.

Estaba desanimado, demasiado desanimado y no quería hablar con nadie asique la presencia de su hermano le daba igual. Sólo quería estar un rato sólo, pero en aquel lugar no iba a conseguirlo, pues, ni siquiera, podía estar sola en aquel espacio que le habían dado como habitación. Ni en ese viejo y frío patio donde siempre había gente, aunque fuese un par de señores mayores, podía encontrar un poco de soledad y buscar la paz consigo mismo que tanto ansiaba por encontrar.

— ¿Me has escuchado? — El muchacho más alto de los dos preguntó tras percatarse que la mirada de su hermano había abandonado su visión y se encontraba perdida por algún lado del patio — Hey, Jeongguk — Chasqueó los dedos para llamar sus atención.

El chico giró su cabeza un poco, de manera lenta, y fijó su visión en el más alto, que se encontraba sentado a su lado para que no hubiese tanta diferencia y el otro no sintiese, de una manera u otra, un tanto incómodo.

— No, perdón ¿Qué decías?

El enfermero suspiró y procedió a repetir lo que había dicho momentos antes sobre la rehabilitación del contrario una vez que este pareció prestarle atención de nuevo.

¿Servía de algo intentarlo? Había perdido las esperanzas y no creía encontrarlas.

Le parecía inútil.


( . . . )


Las risas de los chicos inundaron la habitación del rubio tras la estupidez que él había dicho dentro de la conversación trivial que mantenían sentados en su cama.

— No sería posible que una hormiga ganase a ningún otro bicho, es muy pequeña como para conseguirlo Jimin - Rió y golpeó su brazo sin fuerza alguna, como un gesto cariñoso y juguetón.

— Podría ser, son muy fuertes Hyie. Yo creo que incluso podrían ganarnos a nosotros si fuesen grandes.

—Si si lo que tú digas.

Rieron de nuevo tras unos segundos, acabando, otra vez, con el poco silencio que había en el cuarto. La chica había llegado hace media hora para ver a su amigo y hablar un rato con él, contándole que su hermano había ido el domingo pasado allí y que le había traído un par de cosas para él. Jimin feliz las había aceptado y dejado en la mesilla que le pertenecía, asegurando que se leería el par de libros que Namjoon había traído para él.

También le habló al rubio del chico que había visto el otro día en el patio, obviando el hecho de porque había salido a allí, que ya se lo contaría a su médico al día siguiente, y convenciéndole de que tenían que entablar amistad con él pues no le gustaba verle tan triste. Consiguiendo una respuesta afirmativa, habían decidido ir al pequeño gimnasio de rehabilitación esa misma tarde, pues lo más seguro es que aquel muchacho podría encontrarse ahí. Porque sí, había estado investigando un poco esos cuatros días que había pasado desde que le vio, enterándose más o menos del por qué se encontraba allí ingresado.

Reminiscence | jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora